Capítulo 55: Segundo y último acto

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En cuanto el telón se cerró, todo el elenco se metió detrás del escenario y se miraron entre sí. Estaban bordando el espectáculo y todo parecía estar saliendo rodado.

Todo su trabajo durante tantos meses parecía estar emocionando al público y se sentían muy agradecidos.

Cassie tenía que volver al escenario y tocar algunos villancicos durante el descanso para entretener al público, pero necesitaba tomar algo de aire, ser consciente de todo lo que estaba pasando y sobre todo beber algo de agua.

—Cass, ¿podemos hablar?

—Alex, ahora no puedo.

—Por favor, Cass. Sólo un segundo.

—Está bien, pero rápido. Tengo que salir al escenario otra vez —dijo apoyada sobre una pared.

—Hemos sido amigos tantos años que no puedo pasar los días sin contarte todas mis cosas. Incluso, cuando a Emily la lavaron el cerebro, tú y yo siempre hemos estado juntos. ¿Podemos, por favor, arreglar las cosas?

—Ya, pues deberías haberlo pensado antes de ocultarme que Emily me había drogado.

—Me enteré unos días antes que tú. Le dije a Emily que tenía que decírtelo o te lo diría yo, pero creo que era algo que ella debía confesarte.

Cassie resopló.

Alex tenía razón. Emily tenía que ser la persona que le confesara algo tan gordo. Alex no había hecho nada más que guardarse el secreto sólo unos días para que Emily tomara el valor de decírselo.

—Sabes que yo siempre quise averiguar la verdad y cuando le comenté a Emily todas nuestras sospechas, ella me lo confesó todo —se sinceró—. Pensé en llamarte en ese momento, pero era ella quién debía hacerlo. Lo siento muchísimo —Cassie se pasó la mano por la frente.

—Supongo que tú no tienes la culpa de que ella lo hiciera —Alex asintió y Cassie suspiró—. Está bien, te perdono —la cara de Alex se iluminó por completo—, pero no vuelvas a ocultarme nada. Dime las cosas en cuanto las sepas.

—Eso está hecho, querida.

Alex se abalanzó sobre ella y le dio un abrazo tan fuerte que la morena pensó que se ahogaría.

—No volverá a pasar, te lo juro, te lo prometo. Te quiero tanto, amiga.

—Vale, vale —rio—. Déjame que me tengo que ir.

—Está bien, pero deberías considerar perdonar también a Emily —Cassie lo miró incrédula.

—No sé si recuerdas que me drogó y, además, me hizo creer que Tyler lo había hecho.

—Lo sé, lo sé. Pero esas arpías...

—Cassie, vamos. Tienes que salir —intervino el profesor Fisher tirando de su brazo.

Cassie y Alex se dedicaron una última sonrisa y ambos desaparecieron de la vista del otro.

—Cassie, no quiero ponerte nerviosa, pero la señora Chen, una representante de Juilliard, está entre el público.

—¿Qué?

—Mark la ha visto sentada entre las primeras filas y la directora Cox me lo ha confirmado. Quiere hablar conmigo al final de la función.

—¿Y qué hago?

—Tienes una oportunidad para entrar en Juilliard, así que no la desaproveches.

Y sin decir nada, la dejó allí sola, en el backstage a un paso de distancia de salir al escenario y sentarse frente al piano. Había ensayado los villancicos tantas veces para que salieran perfectos que en su cabeza no cabía otra cosa que tocar eso.

Último curso en Westhill RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora