Lección 2 (VI) - Terribles enemigos

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Debes saber que la autoestima cuenta con varios enemigos. Estos son aquellas prácticas que debilitan y pueden dañar nuestro amor propio. Muchas personas no son conscientes de estas prácticas y el terrible efecto que pueden causar en uno mismo. Los enemigos son muchos y es bueno que aprendas a identificarlos para poder hacerles frente cuando se presenten. Yo he identificado los siguientes enemigos, pero seguramente existen otros más. Lo importante es darte cuenta de qué es lo que hace disminuir y aumentar tu autoestima. Recuerda siempre que depende mucho de ti.

La comparación

"Veo a las personas y pienso que son mejores que yo... Me siento inferior como si no importara..."

Fue lo que una vez escribió María. Ella tenía el mal hábito de la comparación. Siempre se comparaba con las personas que estaban a su alrededor. Siempre veía a alguna persona más linda, más flaca, más inteligente, más estudiosa que ella. Siempre había alguien más divertida, más buena, más popular, mejor vestida y con más amigos. No importaba dónde María estuviera ni con quién. Siempre encontraba alguien con quién compararse. Comparaba su aspecto físico, personalidad, talento, bienes materiales, etc. Cada vez que se comparaba con alguien, más mal se sentía, como lo expresa aquí al pensar en sus hermanas:

"Estuve llorando un poco porque no soy tan perfecta como mis hermanas... Yo no me considero la mejor... tengo más imperfecciones que ellas".

Al leer esto me pongo a pensar en sus hermanas. Estoy segura de que cada una de ellas habrá pensado lo mismo de sí mismas en algún momento. Seguramente sus hermanas también luchaban contra este enemigo de la autoestima. Recuerda que cada uno de nosotros puede sentirse inseguro en aspectos diferentes. Quizás una persona se sienta insegura con su aspecto físico, otra con su nivel intelectual, otra con sus habilidades sociales, otra con sus talentos, etc. Quizás cada una de sus hermanas se veía menos que las demás en algún aspecto en particular, porque todos podemos caer en esta práctica de la comparación en mayor o menor medida.

Cuando no nos sentimos seguros ni nos aceptamos, tendemos a vernos como "menos" que los demás. "Menos lindos que..." "Menos inteligente que..." "Menos popular que...". Y esto se puede dar con alguien de nuestra familia o de nuestro entorno. Piensa en si tú te comparas con alguien en este momento. Piensa si tú crees que eres "menos" que otra persona. Te sorprendería descubrir que la persona con la cual te comparas tendrá sus propias inseguridades y de seguro también pensará que es "menos" que otro. Es como una cadena sin fin.

La comparación puede ser un gran enemigo de tu autoestima si es una práctica que realizas frecuentemente. Es verdaderamente terrible y te podrás cruzar con este enemigo a lo largo de toda tu vida. Si no le haces frente, podrá dañar mucho tu autoestima y tu felicidad. Debes tener cuidado cuando se presente y aprender maneras de deshacerte de él.

¿Qué ganaba María comparándose con los demás? Y, ¿qué ganas tú si haces lo mismo? Absolutamente nada. Lo único que esto hace es debilitar nuestra autoestima y autoconfianza. Creerte menos que los demás no cambiará lo que sea que quieras que cambie en ti. Debes entender que todos somos diferentes y cada uno tiene sus propias y únicas cualidades.

Evita compararte con las demás personas. Siempre creerás ver alguien mejor que tú y eso no te ayudará en nada porque no te hará sentir bien contigo mismo. No te hará sentir mejor. No te hará mejor persona. Cuando te comparas con alguien más, vas a empezar a pensar que deberías ser de cierta manera o lucir de cierta manera. Empezarás a crearte una imagen de cómo te gustaría ser y luego te sentirás frustrado cuando te des cuenta de que no puedes ser así. Claro que no puedes ser así porque tú eres único.

Te verás muy tentado a compararte con los demás. Las redes sociales, los medios de comunicación y las publicidades contribuyen a que distorsionemos la realidad y creamos que debemos vernos de cierta manera o tener algo para ser felices. Los programas de televisión, las novelas, las series y películas muchas veces pueden hacernos comparar nuestra realidad con lo que vemos en la pantalla. Pueden hacernos creer que lo que está ahí, en la pantalla, es cómo debe ser. Y, además, nos muestran ciertos prototipos de belleza que consideramos como lo normal. Lo que no cumple con estos prototipos creemos que no está bien. Creemos que quién no se parece a alguien que vemos en la televisión, no es normal o no está bien.

Corazón que aprende lección que permaneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora