"Creo que soy muy emocional, pero me prometí a mí misma que nunca más voy a llorar en frente a las personas. Hice esa resolución... Hay muchos otros problemas peores que los míos que me siento muy estúpida. Deseo no llorar en absoluto. Pero eso es imposible. Es algo que no puedo controlar, pero no lo haré frente a las personas otra vez. No quiero que nadie vea que lloro por problemas estúpidos, entonces, si voy a llorar, lo haré cuando esté sola. Nadie va a descubrir cuando estoy triste. Debo esconder mis sentimientos"
Una de las maneras más comunes y equivocadas de manejar las emociones es reprimirlas, guardarlas muy dentro de uno esperando que desaparezcan y, en ocasiones, negándolas e ignorándolas. Muchas veces se da esto no sólo porque nos culpamos por lo que sentimos sino porque queremos ocultárselo a los demás como lo hacía María. Ella creía que sus sentimientos eran malos. Le daba vergüenza que las personas supieran lo que verdaderamente llevaba dentro:
"Nunca más diré lo que siento, porque lo que siento es malo, siempre es malo y no debe ser descubierto... que mis sentimientos se pudran en mi interior"
Lo mismo le pasaba a Ana Frank:
"Gracias a Dios que los demás no pueden decir cuáles son mis sentimientos internos... Estoy completamente cerrada. Sobre todo, debo mantener mi reserva exterior, nadie debe saber que la guerra todavía reina incesantemente en el interior" (7)
Puede ser que, así como María o Ana, tú prefieras guardar lo que tengas en tu interior. Puede ser que tengas miedo o vergüenza a que las personas descubran lo que realmente sientes. Quizás tienes miedo a lo que puedan pensar o decir de ti. Quizás las personas piensen que eres débil o eres ridículo o quizás temes que se burlen de ti.
También, puede ser que pienses que eres una mala persona por la manera en la cual te sientes. Piensas que solamente las personas "malas" sienten enojo, envidia, miedo, celos, culpa, como pensaba María aquí:
"No quiero que las personas crean que soy egoísta porque la verdad es que lo soy. No quiero que vean que soy envidiosa de muchos porque es así como soy. No quiero que vean que tengo miedo porque tengo miedo todo el tiempo. No quiero que crean que odio muchas cosas porque estoy llena de odio muchas veces"
Todos lidiamos con las emociones. Todos las experimentamos. Nadie es malo o bueno por sentirse de cierta manera, pero muchas veces puedes creer que eres malo por sentir algún sentimiento lo que te lleva a reprimir tus emociones y esconderlas de los demás. El problema de reprimir las emociones es que, tarde o temprano, pueden conducir a un quiebre emocional, como les pasaba a estas dos adolescentes:
María: "Como soy muy cerrada, algunas veces exploto y rompo a llorar."
Ana Frank: "Si tan solo supieras cómo a veces hiervo bajo tantas burlas y burlas. Y no sé cuánto tiempo podré reprimirme. Voy a explotar un día." (8)
Quizás sientes lo mismo que María y Ana. Quizás también estés reprimiendo muchas emociones y sientas como si fuera que estás a punto de explotar. Quizás ya lo has hecho y sabes bien lo que se siente. Quizás alguna situación insignificante te haya hecho romper en lágrimas durante todo un día dejando a todos sorprendidos. Y tú sabes que no lloraste por eso último que te pasó, sino por todo lo que cargabas en tu interior.
Todo tiene su límite. Si cargas demasiado el vaso, terminará por derramarse. Siempre habrá algo que será "la gota que colmó el vaso". Las emociones buscan la manera de salir y no siempre es como uno lo espera.
Evita cargar tu vaso. Evita reprimir tus emociones. Encuentra la manera de abordarlas. ¿Sueles hablar de tus sentimientos con alguien? ¿Cómo los dejas salir? Mi consejo es que aceptes todas las emociones que experimentes sin sentirte culpable por ninguna de ellas. Es importante que siempre aceptes tus emociones y, a partir de ahí, decidir cómo vas a reaccionar ante ellas. Ignorar el sentimiento no lo hace desaparecer. De alguna u otra manera, va a buscar salir de tu interior. Es por eso por lo que tú debes identificar tus sentimientos y decidir actuar de la mejor manera que te ayude a ti.
Recuerda siempre que las emociones están y estarán ahí. Siempre las tendrás. No son ni buenas ni malas y es muy difícil controlarlas, pero sí puedes actuar sobre ellas. Sí puedes controlar y elegir lo que vas a hacer cuando te sientas triste, enojado, con miedo, cansado, ansioso, alegre, etc. Sí puedes manejar esas emociones y es lo que debes hacer.
Emociones tenemos manejarlas debemos.
(7) Ana Frank. El diario de Ana Frank.
(8) Ana Frank. El diario de Ana Frank.
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Corazón que aprende lección que permanece
Non-FictionCreo que muchas personas coincidirían conmigo en afirmar que la etapa de la adolescencia, entre los 11 a 18 años aproximadamente, es una etapa particularmente difícil por todos los cambios que se van dando y las experiencias que a uno le toca vivir...