Lección 4 (III) - Cambia tú primero

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La otra manera de empezar por uno mismo para ir a los demás se refiere a empezar el cambio en uno mismo. Si quieres un cambio, empieza a cambiar tú primero.

Empieza por ti. Algo que probablemente te habrán dicho o te lo van a decir muchas veces. Todos sabemos que esto es lo que tenemos que hacer. Empezar por uno mismo. El problema es cuando no seguimos este consejo y queremos cambiar al mundo y a las personas. Primero debes empezar haciendo las cosas tú si es que quieres que haya un cambio en tu vida.

Hay quienes se quejan mucho de las personas a su alrededor. Quisieran que fueran diferentes:

"Si mis padres fueran más comprensivos"

"Si mis amigos me tuvieran más en cuenta"

"Si mi profesora fuera más paciente"

"Si me escucharan más"

Piensan que, si pasa esto, se sentirían mejor o harían las cosas mejores o se solucionarían los problemas:

"Si mis padres fueran más comprensivos, me llevaría mejor con ellos"

"Si mi profesora fuera más paciente, me esforzaría en la clase"

"Si mis amigos me tuvieran más en cuenta, no me sentiría solo"

"Si me escucharán más, diría lo que pienso"

Muchas veces, se toma la postura de que los otros deben cambiar para que uno cambie. Los otros deben cambiar para que las cosas estén mejor. Los otros deben cambiar, para que yo haga algo.

Louise Hay decía: "Todos queremos que nuestras vidas cambien, que las situaciones sean mejores y más fáciles, pero no queremos tener que cambiar. Preferiríamos que ellos cambiaran. Para que esto suceda, debemos cambiar por dentro" (1).

No podemos cambiar a las personas. Tú no puedes cambiar a nadie. No tienes el control sobre lo que otros hacen, lo que dicen o lo que piensan. Si esperas a que los demás cambien primero entonces te vas a quedar en el mismo lugar y seguirás quejándote siempre de lo mismo. Lo único que puedes controlar es lo que tú piensas, haces y dices.

Hoy por mí significa que tú debes hacerte responsable de tu vida. Significa dejar de culpar siempre a los demás de tus problemas o de las cosas malas que te pasan.

"Me saqué mala nota porque la profesora me odia"

"Les falto el respeto a mis padres porque ellos me provocan"

"Trato mal a mi hermanito porque él me molesta"

"No tengo amigos porque nadie me habla"

En todos estos casos, la culpa siempre la tienen los otros. ¿Alguna vez has pensado tú así? ¿Cuántas veces piensas que la culpa de lo que haces la tienen tus padres, hermanos, profesores, compañeros, amigos, etc? Piensa en algunas dificultades que tengas en tu familia, en el colegio y con tus compañeros. ¿Crees que los otros son más responsables que tú? ¿Crees que tú no puedes hacer nada? ¿Crees que no tienes nada que ver con eso?

Echarle la culpa a otro te saca la responsabilidad que tú tienes y te quita el control sobre tu vida. Por supuesto que hay ocasiones en las cuales lo que hagan los demás te afectará mucho. Por supuesto que lo que hagan o digan los demás tendrá una gran influencia en tu vida. Todos estamos relacionados y todos nos influenciamos a todos. Sin embargo, tienes que poder ver de qué manera puedes cambiar la situación. Ver qué es lo que puedes hacer para que las cosas mejoren. Ver qué es lo que está a tu alcance y lo que puedes controlar. Esto se llama tomar el control de tu vida.

Si no te gusta la gente egoísta, ¿qué haces tú para no ser egoísta? Si te molesta la mentira, ¿eres tú siempre honesto con todos? Si te pone triste porque no te saludan, ¿saludas tú primero o esperas hasta que el otro lo haga? ¿Das tú el primer paso para hacer amigos o esperas hasta que otro se acerque?

Hoy por mi mañana por ti significa mirarte primero a ti mismo antes de mirar a los demás. Es evitar criticar a otras personas, esparcir rumores sobre otros o juzgar a los demás. Es mirar qué hay que arreglar y mejorar en tu vida, antes de mirar lo que hay que mejorar en la vida de los demás. Es más fácil ver lo que el otro tiene que cambiar lo que uno tiene que cambiar. Pero, si es que nosotros queremos que los demás cambien, debemos empezar con nosotros mismos. Como diría Louise Hay: "Esta es la única forma de cambiar a los demás: cambiarnos a nosotros mismos primero" (2).

Entonces, recuerda que puedes aplicar de tres maneras esta lección: ayudándote, practicando la asertividad y empezando el cambio en ti mismo. Teniendo bien en cuenta que estas tres maneras te conducirán a ayudar y dar mejor de ti mismo a los demás. Teniendo bien en cuenta que estás tú y los demás y que esos dos componentes no pueden ir separados. La lección te comprende a ti y comprende a los demás que están a tu alrededor. Es algo de yo y tú.

Hoy por mí mañana por ti

Referencias

(1) Louise Hay. Usted puede sanar su vida.

(2) Louise Hay. Usted puede sanar su vida



Corazón que aprende lección que permaneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora