De tal creencia tal experiencia implica que tú puedas confiar en ti y ver el gran beneficio que esto puede causar en ti. Confía en ti. Esto es algo que te dirán muy a menudo. Probablemente ya lo hayas escuchado varias veces. Ten confianza en ti para lograr lo que te propones. Llena tu mente de pensamientos positivos, de que puedes hacerlo, y lo lograrás.
Esto fue lo que intentó María cuando estaba jugando en un partido de basketball:
"Pensamientos positivos. Realmente ayuda. La mente es muy poderosa, creo que puedo estar de acuerdo con eso. Realmente puedes hacerlo si lo deseas. Puedes hacer que las cosas pasen.
Tuve un partido de basketball hoy. Ganamos. Estuve muy bien. Jugué maravillosamente. Me sorprendí a mí misma. Sé que podía hacerlo. José me dijo que llenara mi mente de pensamientos positivos y eso es lo que hice. Durante todo el partido me seguía repitiendo a mí misma: Lo puedo hacer – pensamientos positivos. Y eso fue todo. Sé que puedo ser mejor, lo sé. Es sólo cuestión de confianza"
Sí, es así. Con sólo pensar que eres capaz de algo, podrás llegar muy lejos. La confianza en ti mismo será el motor que requieres para hacer las cosas que debes hacer para alcanzar tus sueños. La confianza en ti mismo hará que hagas cosas que no imaginaste que podías hacer. Confiar te llevará más cerca de cumplir tus metas. Te acercará a la meta. No confiar te hará estancarte porque no avanzarás. Y la confianza es algo que uno elige tener. Tú puedes decidir si confiar en ti o no.
Si tú no crees que puedes lograr tus sueños, no vas a lograrlo. Y lo contrario también se aplica. ¿Por qué es así? Porque tú te vas a comportar o hacer las cosas de acuerdo con lo que tú crees. Si crees que puedes lograr algo, te vas a esforzar y hacer todo lo posible para conseguirlo. Si no crees que puedes lograrlo, ni siquiera lo intentarás.
Es lo que explicaba antes en esta lección: muy a menudo, cuando uno no cree en sí mismo, cuando uno cree que no es capaz, esto termina por cumplirse, termina por ser verdad. Y esto se da no porque es la realidad, sino porque uno se comporta de modo que alienta este pensamiento.
Pongamos de ejemplo a un deportista, a un nadador que quiere competir en las olimpiadas. Desea intensamente poder ganar las olimpiadas, pero, muy en el fondo, no cree que pueda lograrlo. Ve a los demás como mejor preparados que él. Piensa que no es lo suficientemente bueno como para ganar. Por eso mismo, no se esfuerza en los entrenamientos y no hace lo suficiente. Llega tarde a los entrenamientos, no termina de hacer los ejercicios, no procura mejorar, etc. Piensa constantemente "¿para qué esforzarme si no lo voy a conseguir?" "Es imposible". Con esta actitud compite en las olimpiadas y, como él lo esperaba, no gana el primer lugar. Entonces piensa: "yo tenía razón, no puedo ganar". Se cumplió lo que él creía inicialmente. Claro. Tú podrías decirme que este nadador igual podía perder si es que pensaba que podía ganar y se esforzaba, pero iba a tener muchas más probabilidades de ganar que si pensaba de manera diferente. Iba a llegar mucho más lejos. Si se esforzaba lo suficiente y hacía todo lo que tenía que hacer tenía muchas más posibilidades de obtener el premio. Era posible que él ganara.
"Cualquiera que sea tu situación, pon tu mente en lo que quieras hacer y ponle buena actitud, y creo que puedes tener éxito. Las personas pueden hacer lo que quieran si se lo proponen de corazón" (3) es el mensaje de Bethany Hamilton. Bethany es una joven que desde chica empezó a surfear y era muy buena en eso. Pero, a los 13 años, cuando estaba con una amiga nadando en el mar, un tiburón la atacó y, como consecuencia, perdió un brazo. Este no fue un impedimento para dejar de hacer lo que a ella le encantaba. Siguió surfeando y, no sólo eso, sino que ganó muchas competencias convirtiéndose en la primera persona sin un brazo en hacerlo. De tal creencia tal experiencia. Creo que Bethany habrá tenido muy presente esta lección en su vida. Cuando nadie antes lo había hecho, cuando las personas quizás le habrán convencido de lo contrario, ella creyó que podía. Su creencia fue tan fuerte que se convirtió en verdad. Ella pudo.
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Corazón que aprende lección que permanece
Non-FictionCreo que muchas personas coincidirían conmigo en afirmar que la etapa de la adolescencia, entre los 11 a 18 años aproximadamente, es una etapa particularmente difícil por todos los cambios que se van dando y las experiencias que a uno le toca vivir...