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Chan simplemente no se lo podía creer.

La imagen frente a él no solo lo perseguiría por el resto de su vida, sino que además le provocaría erecciones cada que llegara a su cabeza.

Felix estaba en medio de sus piernas dándole una mamada, ambos sobre la cama, con su bonito y redondo trasero alzado al estar inclinado sobre él para tener mejor acceso a su pene.

La gran mano de Chan acariciaba con cariño los rubios cabellos, apartándolos de su frente para que no le mostraran en la cara, por los jadeos del castaño Felix intuía que iba por buen camino, al principio Chan le dio un par de indicaciones, que procurara cubrir los dientes con sus labios para que no lastimara, que usara más su lengua y que dejara que la saliva ayudara en todo momento.

Y mierda, Felix aprendía demasiado rápido.

Porque ahora no solo la morbosa y excitante imagen de Felix chupándola lo estaba llevando al borde, sino que Felix empezó a hacer algo con la lengua que le estaba haciendo perder el control, iba a correrse y no quería que Felix se lo tragara, para algunos era una experiencia algo traumática.

—Lix...—jadeó su nombre con la voz un poco más ronca de lo normal, algo que provocó un gemido en el menor, haciendo que sintiera las vibraciones de su voz en el pene, gimió suave y acarició el rostro del menor para alejarlo, Felix se separó, pero solo lo suficiente para mirarlo, seguía chupando la punta—Dios...—la imagen era tan obscena, tan incorrecta y perfecta al mismo tiempo.

—¿Lo estoy haciendo mal? —preguntó con genuina preocupación, algo que apretó un poquito el corazón de Chan, con cariño acarició su cabello y sus sonrojadas mejillas.

—No bebé, lo estás haciendo muy bien, solo...

—¿Qué pasa?

—Tengo que explicarte algo, para este punto estoy muy cerca de venirme, así que te lo voy a preguntar directamente—respiró profundo y lo miró con seriedad—¿te crees capaz de tragarte el semen?

El rostro de Felix se puso todavía más rojo.

—¿Hace daño? —preguntó inocente y Chan sintió que se iba a morir de ternura y vergüenza, porque Felix no podía verse así de bonito e inocente si tenía todavía su pene entre sus pequeñas manos, bañado con su saliva y liquido pre seminal.

—Solo si la persona tiene alguna ETS, pero de ahí en fuera, no, no afecta en nada, puede que el sabor no sea del todo agradable, eso depende de la alimentación de cada quien... pero no, no hace daño...

—Puedo asegurar que estas limpio ¿verdad?

—Obviamente, me la vivo pegado a ti ¿Cuándo tendría tiempo de revolcarme con alguien? Además, ni me dan ganas...

Hasta que se te ocurrió pedirme esto...

Porque si, apenas llegara al final con Felix las cosas se podrían complicadas para Chan.

Felix entonces asintió y regresó a su trabajo, succionando con más entusiasmo y ganas, algo que tomó desprevenido a Chan, haciéndolo gemir ronco y provocando un escalofrió en Felix, pero aun así no se detuvo, continúo chupando, lamiendo y mordiendo ligeramente, sacándole más jadeos al mayor, haciéndolo temblar y tensarse.

Dios, iba a matarlo.

Y casi lo hizo cuando Felix se tragó por completo su erección, no supo cómo lo hizo, pero la frente del rubio pegó contra su abdomen y sintió sus labios acariciando hasta la base -está por demás decir que Chan no era precisamente pequeño- logrando que hiciera una arcada, por lo que, las paredes de su garganta se cerraron en torno al pene de Chan, logrando que el castaño no pudiera más y se corriera con un gemido ronco que intimidó a Felix.

3...2...1 ¡Acción!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora