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Hyunjin esperaba ansioso en el set de la casa, ya listo para grabar esa grandiosa escena de cama que tantas ganas tenía de hacer. Si se dejaba llevar como las otras veces que lo había hecho, la escena quedaría 10 veces mejor de lo que había pasado en su casa y quien sabe, capaz y el director pedía una escena completa en vez de solo la mitad.

Felix llego 10 minutos después de él, en teoría ese día ya tendrían que estar grabando las escenas del capítulo 8 -pues hace dos días que debían de haber hecho la escena de cama, pero habían decidido esperar hasta hoy y en el trascurso de esos días terminaron de grabar las escenas finales del capítulo 7- pero apenas terminaran comenzarían con el capítulo que marcaba "el principio de la desgracia" como lo había llamado el director en su momento.

Felix se cambió con la ropa que le dieron rápidamente pues aún tenían que maquillarlo, en el drama él no tenía pecas así que era necesario cubrir su rostro y orejas con maquillaje. Hyunjin ya estaba listo, solo faltaba él, así que se apresuraron, esa escena tenía que quedar antes de que acabara la mañana.

Apenas estuvo listo se situaron frente a la vivienda para empezar a grabar el recorrido que harían en la casa hasta la habitación de Sam, las cámaras ya estaban listas en la entrada, en la sala apuntando las escaleras, en la sima de las escaleras, en el pasillo y en la habitación.

—¡Muy bien todos! ¡Vamos a terminar con esto! —gritó el director—¡En 3...2...1... ¡ACCIÓN!

Sam caminó con su novio de la mano por la calle luego de bajar del autobús hasta por fin llegar a la puerta de su hogar, rápidamente sacó las llaves de la reja y una vez pasó YongBok la cerró de nuevo, el rubio se distrajo mirando el bonito gran jardín que tenía la casa, Sam por otro lado ya estaba tecleando el código de seguridad de la casa.

—Bokkie—lo llamó—vamos dentro.

El rubio se giró hacia él y casi corrió hasta llegar a la entrada, Sam lo dejó pasar primero, cerró la puerta luego de verificar que nadie de sus vecinos estaba espiando por las ventanas, cerró con seguro y suspiró, el hecho de ser una familia "extranjera" le había llamado mucho la atención a todo su vecindario aun si ya había pasado bastante tiempo desde que habían llegado.

—Wooooooow, tu casa es muy... occidental—dijo el rubio mirando todo, Sam solo se rio para después acercarse y abrazar al menor por la cintura para apegarlo a él y besarlo con suavidad.

YongBok correspondió, dejando su mochila en el suelo y abrazando sus brazos al cuello del alto.

—Bueno, ya estamos juntos sin que nadie nos moleste ¿Qué quieres hacer? —preguntó el pelinegro sobre los labios de su novio, rozándolos con suavidad contra los del menor.

—Quiero conocer tu habitación—pidió dejando un besito más sobre esos esponjosos labios.

—¿De la buena o de la mala manera? —preguntó pasado saliva algo nervioso, por lo general, YongBok siempre era tranquilo, adorable y encantador, básicamente un chico dulce en todo momento, verlo tan coqueto era algo a lo que aún no se acostumbraba.

—De la que tú quieras...—ronroneó sonriendo coqueto, algo que sin duda alteró al pelinegro.

Sam solo dejó un beso casto sobre sus labios y soltó su cintura para tomar su mano y subir rápido las escaleras hasta su habitación, apenas llegó a la puerta la abrió rápido dejando que YongBok se abrazara de nuevo a su cuello para besarse.

El pelinegro apenas y pudo cerrar la puerta con el pie porque, sus manos no estaban disponibles ya las había colado bajo la ropa del rubio mientras sus labios atacaban directamente ese blanco y delicado cuello, el menor soltaba suaves jadeos que solo estaban poniendo más ansioso al otro, así que a paso torpe se dirigieron directamente a la cama. Cuando Sam estuvo sobre el rubio todo se sintió más real, por lo que el sonrojo en ambos estaba presente, pero, sobre todo, el nervio, la angustia, pintadas en los ojos del menor, la valentía y coquetería de hace rato fueron opacadas por completo.

3...2...1 ¡Acción!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora