capítulo 26 ( especial de navidad 4/8)

147 17 4
                                    

Advertencia: Este capítulo puede resultar sensible para algunas personas porque hace referencia al abuso sexual, por lo que si no te consideras lo suficientemente capacitado para leerlo, puedes esperar al siguiente capítulo.

•••

Gimiendo para sí mismo y sintiéndose completamente agotado pero con demasiado calor y sed para seguir durmiendo, Mikey se liberó con cuidado de los brazos de Donnie y se puso a cuatro patas. Una vez allí y tambaleándose ligeramente por el aturdimiento, miró a su alrededor. Raph estaba durmiendo al otro lado de Donnie y Leo estaba sentado cerca, meditando mientras vigilaba.

Mikey miró a Leonardo con el ceño fruncido, preguntándose cuándo regresaron, cuando Leo abrió primero un ojo y luego el otro, demostrando lo consciente que estaba de su entorno, incluso cuando supuestamente estaba en trance.

—Fue sólo una meditación ligera

dijo. Le sonrió tranquilamente a Mikey.

—¿Cómo te sientes? ¿Alguna mejora?

Sorprendentemente, sí, se dio cuenta Mikey, rápidamente tocando afirmativamente antes de buscar el cuenco que estaba vacío.

—{L-sed...}

—Espera, te traeré un poco de agua

dijo. Prometió Leo, poniéndose rápidamente de pie y corriendo hacia la caja que guardaba las botellas de agua.

—¿Ya te apetece volver a beber de una taza?

Preguntó, con el ceño levantado en cuestión.

Mikey lo miró fijamente por un momento, los latidos de su corazón aumentaron dramáticamente ante el pensamiento y el recuerdo que lo acompañaba. Rápidamente lo apartó de nuevo.

— {No}

golpeó con decisión.

— {Bol. Por favor}

—Está bien

Leo murmuró decepcionado. Se acercó para vaciar la botella en el cuenco y luego se sentó y lo observó beber.

—Entonces...

—{¿Qué te dijo D?}

Mikey preguntó lentamente, incapaz de mirar a Leo a los ojos mientras continuaba bebiendo lentamente.

—No mucho

dijo. Admitió Leo con un profundo suspiro.

—Nos contó la esencia de lo que usted le dijo, pero no nos dio ningún detalle

—{Bien}

Mikey se marchitó de alivio.

—¿Es realmente tan malo si Raph y yo también lo sabemos?

Preguntó Leo suavemente, casi suplicando.

—Sabes que no pensaremos menos en ti, ¿verdad?

Los ojos de Mikey se elevaron para encontrarse con los de Leo, muy abiertos por la sorpresa y la incredulidad.

—{Sí, lo harías. Especialmente Raph, si supiera lo débil que era}

golpeó furiosamente, su corazón latía con miedo por el rechazo que estaba seguro que se ganaría.

—Más despacio, por favor. No puedo seguirte a esa velocidad

Leo suplicó.

—Realmente quiero entenderlo y, para que conste, el hecho de que hayas sobrevivido demuestra que no eres débil

¿cuánto cuesta esa tortuga en la ventana? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora