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Capítulo 44: Casamiento simbólico
—Hades... —empecé a decir pero él caminó hacia mí a paso determinado hasta estar frente a mí, no me moví pero sí me callé, alcé la cabeza para poder mirar ese rostro que tanto me gustaba manchado con harina y esos ojos dorados que se profundizaban en los míos.
—No puedes irte, no puedes dejarme —susurró y pestañeó un par de veces—, Nube, nos casamos en dos semanas...
Afirmé con la cabeza lentamente.
—Sí, yo también pensaba eso pero últimamente lo empecé a dudar —admití y bajé la mirada pero él me tomó de la barbilla para forzarme a mira sus ojos, podía ver que lucía realmente aterrado.
—¿Dudas de casarte conmigo? —preguntó y su voz se quebró.
«Creo que ya fuiste muy lejos, Nube».
Relamí mis labios y negué con la cabeza.
—No, no dudo de casarme contigo, dudo de casarme con esta versión de ti, donde soy infeliz —admití, todo esto de verdad lo pensé todas las semanas anteriores.
Él tomó una profunda respiración y la palma de su mano se extendió por mi mejilla, su pulgar lleno de masa de galletas deslizándose por mi mejilla.
—He comprendido que no te he dado lo más importante que es afecto —admitió—, he estado tan pendiente de... tantas cosas que te he dejado de lado.
Hizo una mueca de dolor y pegó su frente a la mía, conocía esa mueca, sabía que le pasaba cuando su pierna le dolía por el frío, me sentía egoísta por hacerlo sentir así, es decir, siempre estuvo al pendiente de que nada me faltara, pero, últimamente su carácter perro enojado me enfurecía y me hería.
—Te lo he dado todo de mí, Nube —susurró y percibí como sus lágrimas empapaban mi frente—, mi mundo entero es tuyo y si no te tengo ya nada tiene sentido. Disculpa por entrar en razón tan tarde, pero no quiero perderte.
—Hades... —empecé a decir para comentarle que lo reconsideraría, pero me interrumpió diciendo:
—Cambiaré más de lo que lo he hecho todo este tiempo —dijo—, no volveré a dejarte de lado, solo no me dejes.
—Hades yo solo quiero que sea como el principio siempre —susurré—, que cuando me mires sean con ojos de amor —me eché hacia atrás buscando su mirada; encontrando sus ojos dorados algo hinchados y cristalizados—, que cuando me tengas cerca me desees como antes, pero no quiero que fuerces esas cosas, no quiero realmente obligar esto...
—No me obligas a desearte, te deseo cada puto segundo de mi vida, Nube —dijo como si lo que yo acababa de decir era un disparate—, te deseo tanto que todos estos meses solo me esforcé en recuperarme para poder complacerte como te mereces, pero de nada vale recuperarme si te pierdo.
Su mano bajó a mi espalda baja y me presionó contra él, me estremecí al sentir como estaba de duro debajo de la tela de su pantalón y enseguida las intensas ganas acumuladas que le tenía me embriagaron encendiendo cada molécula de mi cuerpo.
—Siente como me tienes ahora solo por estar cerca, por eso evité estar tan cerca de ti todo este tiempo —susurró frunciendo el ceño—. No quiero hacerte llorar más a menos que sea de felicidad, perdón por haber sido tan indiferente y solo enfocarme en mí y mi maldita pierna.
—Quiero que mejores Hades, no te juzgo por eso —admití acariciando los músculos de sus brazos y sentí como su respiración se aceleraba.
—Te amo, nunca he amado a nadie, Nube, no quiero perderte. —percibí como tembló un poco ante la idea.
Relamí mis labios y sus ojos bajaron a mis labios, podía ver el deseo cuando sus ojos se oscurecieron, estaba tan cerca, mi respiración se empezó a descontrolar, deseaba tanto que me besara.
—Si te beso, voy a perder mis votos de castidad hasta el matrimonio y te voy a follar ahora.
Sentí sonrojarme, sí, se suponía que esperaríamos hasta casarnos en dos semanas, pero por Dios, tenía dos bebes en mi barriga, ¿qué diferencia había?
Ganas no me faltaban.
—¿Qué necesitamos para casarnos simbólicamente? —pregunté.
—Prometer amarnos y sernos fiel hasta que la muerte nos separe y consumar nuestro amor —contestó.
Sonreí y dije:
—Prometo amarte y serte fiel hasta que la muerte nos separe, Hades Parker.
—Prometo amarte, nunca más hacerte llorar a menos que sea de felicidad, y serte fiel hasta que la muerte nos separe, Nube Queen —susurró—. ¿Me aceptas como tu esposo?
—Sí —sonreí—, ¿me aceptas como tu esposa?
—Sí —respondió con seriedad—, para toda la vida.
Se inclinó hacia mí y sus labios tocaron los míos en un beso completamente profundo, su lengua invadió mi boca y yo le correspondí con la misma fuerza, sus manos bajaron por mi cintura hacia mis glúteos para apretarme y jadee en su boca, él empezó a besarme el cuello, joder y yo que ni me había bañado después de la fiesta y Hades olía a harina y galletas, pero tenía un plan b, lo jalé hacia el baño donde estaba el jacuzzi encendido, pero era como si no pudiéramos controlarnos, como si al apenas iniciar el beso no pudiéramos saciarnos ni despegar nuestras bocas. Hades me presionó contra la puerta y me intentó bajar la camisa pero del desespero lo que hizo fue romperla exponiendo mis pechos hinchados por todo lo que habían crecido por el embarazo.
—Joder, como las extrañaba —susurró casi en un ruego y se inclinó pasando su lengua por mis pezones...
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Tuya y mío #4 (completa)
RomanceNube se encuentra embarazada de un amor que se disputa entre la vida y la muerte en una camilla de hospital, pero parece haber un buen pronóstico para esto cuando Hades por fin despierta... Pero hay un problema, Hades tiene problemas para caminar t...