Capítulo 13: Eres muy obvia, Nube

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Capítulo 13: Eres muy obvia, Nube

«No, no, atrás tentación».

Negué con la cabeza quitándome esa idea de la cabeza, Hades tenia que descansar y es decir, si él seguía dormido esto sería una especie de necrofilia y qué horror.

No haría nada que perjudicada a Hades, no ahora que él estaba tan débil.

Cuando terminé de limpiarlo, tomé el pantalón que tenía puesto antes y se lo coloqué vistiéndolo, el bulto seguía ahí, muy evidente dentro de la ropa, pero solo dejé las toallitas húmedas a un lado y me acosté a su lado.

«En las buenas y en las malas, Liebe».

Apoyé mi cabeza en su pecho escuchando los latidos de su corazón, su respiración profunda, como si estuviera roncando, sumido en un profundo sueño.

Creo que podía entregarme a la castidad así supiera que él estaba bien.

Sería difícil, pero me sacrificaría.

De repente sentí una mano deslizarse por mi cintura, me estremecí alzando la vista, sus ojos estaban entreabiertos mirándome.

Me aliviaba siempre que me miraba con amor y cuando sus manos se movían para tocarme la piel; era como estar en mi lugar favorito por siempre.

—Hola. —susurré.

Él estiró sus labios en una leve sonrisa.

—Hola. —respondió con la voz un poco ronca y profunda.

—Me asustaste. —comenté.

Hades frunció un poco el ceño.

—¿Por qué?

—Te desmayaste después de que... pues... folláramos —admití.

Él pareció entrar en conciencia de todo lo ocurrido y tomó una profunda respiración negando con la cabeza.

—Lo siento, siento haberme desmayado, me siento muy agotado —murmuró y apartó unos mechones de cabello que estaban estorbando en mi rostro.

—Tranquilo —susurré—, lo importante es que estás aquí.

Se inclinó y yo alcé la cabeza uniendo nuestro labios por medio segundo antes de que me diera cuenta de que su respiración estaba agitada; seguía cansado por ese mínimo gesto.

Me separé rápidamente.

Me preocupaba demasiado.

—No podía mover las brazos cuando llegué a casa —dijo luego de unos segundos de silencio—, no hasta que te vi y de alguna forma, pude abrazarte. Tú me motivas a mejorar, Nube.

Mis ojos se cristalizaron, sus palabras resonando en todo mi ser al saber que pudo hacer un esfuerzo sobre humano y movió los brazos por mí, eso me das esperanzas de que entonces pudiera mover las piernas otra vez.

«Tú me motivas a mejorar, Nube».

Sonreí como única respuesta.

—¿Entonces papiprofe iniciarás tus terapias hoy? —pregunté.

Él pareció divertido por como lo llamé.

¿Papiprofe? —repitió.

Sentí sonrojarme un poco, en el momento en el que le cree el apodo, nunca pensé en que se lo llegaría a decir en su cara, ni mucho menos que estaría aquí en su cama, ni que pues... estuviera esperando un bebé suyo.

Realmente habían pasado demasiadas cosas hasta llegar a este punto donde por fin eramos consientes de nuestros sentimientos.

—Así te decía cuando me dabas clases solo que disimulaba. —admití tímidamente.

Él se rió, primero un poco, casi tímidamente, pero luego se rió más fuerte, con ganas y con ironía, me reí también pero era porque amaba su risa, muy pocas veces la llegaba a escuchar.

—Eres muy mala disimulando. —dijo aun riéndose, sus ojos se cristalizaron un poco y de su ojos derecho se escurrió una lágrima.

—Ah ¿sí? —alcé una ceja con una leve sonrisa.

—Siempre supe que te gustaba —dijo Hades—, desde el primer momento que pisaste mi consultorio.

Bueno, realmente él tenía razón, yo era muy mal disimulando, solo que miles de veces quise alejarme, pero él tomaba ventaja de mi lenguaje corporal para saber hasta mis pensamientos y así acercarse a mí.

Creo que desde el principio fue una atracción magnética que desde que nos atrapó, nunca nos soltó.

—Pero no sabías si tenía novio. —comenté.

—No me importaba —admitió—, la conexión que tuvimos al principio fue difícil de ignorar.

Mi mirada buscó la suya, sus ojos dorados profundizándose en los míos creándome miles de sentimientos encontrados, deseo, amor, pasión.

Estaba segura de que Hades Parker era el amor de mi vida y eso nunca cambiaría. De repente mi estómago gruñó resonando como un animal enjaulado.

Que vergüenza.

Hades mantuvo su ligera sonrisa y dijo:

—Vamos a la cocina por algo de comer.

Afirmé con la cabeza levantándome de la cama, acerqué la silla de ruedas y Hades se subió pareciendo fuerte, pero temía que estuviera aún agotado a juzgar por su respiración completamente desastrosa y sus brazos temblorosos.

Mi hombre fuerte pronto volvería a surgir y yo lo iba a ayudar a como diera lugar.

Los acompañé, Hades rodaba la silla, lo observaba cuando sus brazos se flexionaban y los músculos se contraían, la verdad era que mi deseo hacia él no había disminuido ni un poco.

Cuando llegamos a la cocina empecé a sacar algunos vegetales y quesos, me coloqué el delantal, Hades me dijo que había comida para calentar que había dejado la ama de llaves, pero yo quería cocinarle una lasaña de berenjena que era buenísima.

De repente se escuchó un alboroto en la entrada y me asomé rápidamente cuando un hombre encapuchado venía corriendo hacia nosotros.

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OMG :O recuerda votar o mato a todo el mundo D: okno jajhsnsjnjs

Tuya y mío #4 (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora