Tuya y mío #4 (completa)

Capítulo 24: Entregada al placer (Parte II)

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Capítulo 24: Entregada al placer (Parte II)

—Uhm —susurró con voz ronca— estas tan deliciosamente mojada...

Empecé a mover las caderas hacia adelante y hacia atrás en un lento vaivén mientras seguía tocándome con una lentitud torturante, mi trasero rozando con los tacones rojos, mi cabello rozando mi espalda siguiendo mis movimientos, estaba al borde, estaba a solo unos segundos de explotar en mi placer.

—Detente.

Me detuve abruptamente, el cosquilleo extendiéndose desde mis piernas por el resto de mi cuerpo en modo de queja, mi corazón latiendo desenfrenado, mi respiración hecha un caos queriendo llegar pero sabiendo que el amo tenía la última palabra.

—Quiero que tomes la caja negra a tu lado y la abras —me indicó.

Saqué la mano de entre mis bragas y busqué alrededor de la cama hasta tocar la caja que había visto antes. Toqué la tapa y la descubrí, mi mano sintiendo una extraña superficie con lo que había adentro, como una textura de cuero suave.

¿Qué era esto?

—Saca lo que hay dentro.

Toqué la extraña superficie, era gruesa y algo larga.

—Es un vibrador —me informó—. Quiero que te quites las bragas, el sostén y coloques el vibrador debajo de ti.

Aguanté la respiración, ¿un vibrador? Lo toqué ahora mejor y supe que sí, era un vibrador pero bastante grande.

—Es un vibrador personalizado —comentó— hecho con mi tamaño real.

Vaya.

Me mordí los labios sabiendo que el tamaño era muy realista. Demasiado.

Tomé una profunda respiración y me desabroché los diminutos botones dorados de los costados, quitándome las bragas, quedando desnuda de la cintura para abajo, seguidamente me desabroché en frente el sostén y lo deslicé ahora quedando enteramente desnuda frente a él. Coloqué el vibrador debajo de mí, la punta rozando mi entrada me hizo estremecer antes la anticipación, mi humedad rozando la textura creaba una sensación más excitante que antes.

—Desciende lentamente —me ordenó—, quiero que me sientas profundo dentro de ti.

Me mordí el labio inferior mientras empezaba a bajar lentamente por todo la longitud.

—¡Ah! —jadee poniendo los ojos en blanco, aún no llegaba al tallo, pero vaya que se sentía jodidamente bien cuando subí un poco y bajé nuevamente, empezando a moverme sobre él.

—Más rápido, quiero oírte gemir —susurró el amo—. Soy yo al que montas sin piedad y estas nublada en placer.

Estiré mis brazos aguantándome de la cabecera de la cama para tener un mejor equilibrio y empecé a montar al amo, arriba y abajo cada vez más rápido, cada vez más profundo.

—Así, justo así —dijo el amo—. Muévete más, me encanta cuando estás cabalgándome, me excita tenerte encima de mí mientras tus pechos me rebotan en la cara y sientes como mí miembro te encaja profundo mientras te mueves sobre él...

—Ah... ¡ah! —mi respiración completamente acelerada, mis jadeos hechos un caos.

Empecé a moverme adelante, atrás y en círculos, buscando que encajara y entonces el calor me inundó cuando toqué mi primer orgasmo, pero no se sentía suficiente, quería y ambicionaba más placer. Sentía que mi alma estaba poseída cuando acomodé mejor mis piernas para empezar a mover las caderas y el trasero rápido, de arriba a abajo encima de mi amo, quería que viera lo bien que me veía moviéndome sobre él mientras lo follaba.