Capítulo 31: La casa ha explotado

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Capítulo 31: La casa ha explotado

¿Taylor?

¿Qué ha explotado la casa? Sentía derrepente mi garganta reseca.

—¿Cómo saben que Taylor está muerto?, ¿encontraron su cadáver?, ¿cuándo sucedió esto?

—En horas de la madrugada, no quedó nada que se pueda salvar.

—¿Y ahora dónde viviremos? —Murmuré llevando una mano a mi pecho pero enseguida empecé a madurar un plan en mi cabeza— bueno, creo que puedo decirle a mi madre que nos quedaremos con ella, no creo que me diga que no, siempre está al pendiente de mí, de seguro nos dará privacidad y...

—No Nube —me interrumpió Hades con una leve sonrisa—, no es necesario, no te preocupes.

—Pero...

—Hace varios años había comprado un terreno en la costa, ahí empezaremos la construcción de una nueva casa para nosotros dos, una casa que elijas a tu gusto.

Me lo quedé mirando con la boca levemente abierta.

—¿Una nueva casa? —Repetí Incrédula.

—Para nuestra familia.

Eso era más de lo que esperaba, sonreí.

—Mientras tanto, nos quedaremos en este hotel —continuó— ¿te parece bien?

—Está bien —dije—, ¿y tus terapias?

—Serán aquí, cada tarde.

—Ah, vale —dije, al menos aquí teníamos suficiente espacio.

—Demetri trajo ropa, te la dejé en el closet del baño para que te vistas—dijo—, hoy es tu control con el obstetra, llegaremos tarde.

—Ah, cierto —Entre tantas cosas me había vuelto una completa despistada, de repente fruncí el ceño y lo miré confusa— ¿Llegaremos? ¿Me vas a acompañar?

—Sí —dijo firme—, quiero ver como va creciendo nuestro hijo.

Sonreí, pensar en que me acompañara me aceleraba el corazón. Sin embargo, podía ver sus hermosos ojos dorados, algo tristes.

—Lo siento mucho —dije—, sé que a pesar de todo lo ocurrido le tenías aprecio a Taylor.

Él se mantuvo en silencio varios segundos, hasta que finalmente murmuró:

—Se lo provocaron, todo esto... No fue su culpa, no totalmente, pero no vamos a pensar en eso, anda a vestirte.

Afirmé con la cabeza y fui a bañarme.

Me arreglé con la elegante ropa que me habían traído, una camisa de cuello alto color vinotinto, unos pantalones holgados y una chaqueta negra encima junto con unas cómodas botas, perfecto para hoy que el clima estaba bastante frio. Un poco de maquillaje para cubrir las ojeras debajo de mis ojos, labial y un poco de rubor, mis manos estaban ligeramente temblorosas; estaba nerviosa, siempre lo estaba antes de ir a una consulta médica.

Todos estos controles anteriores me habían dicho que todo iba bien con el bebé y algunos exámenes de sangre mostraban que solo necesitaba unas vitaminas, pero, realmente se me había olvidado ir las dos últimas consultas porque tenía demasiadas cosas en la cabeza, además de que ocasionalmente me agotaba muchísimo y no me daban ganas ni de levantarme de la cama, claro que en ese momento Hades estaba en coma y yo estaba muy al pendiente de él, ahora él estaba muy al pendiente de mí y mis necesidades.

Esperaba que estos descuidos no afectaran a mi bebé.

—¿Lista? —preguntó Hades cuando me escuchó salir del baño, sus ojos se alzaron del teléfono en sus manos y me recorrieron lentamente de arriba a abajo, definitivamente cada vez que él me desnudaba con la mirada adorándome era suficiente cumplido para mí.

Tuya y mío #4 (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora