Tuya y mío #4 (completa)

Capítulo 36: Mantengan a Florian vigilado.

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Capítulo 36: Mantengan a Florian vigilado.

—Es un pequeño compartir con familiares. —continué diciendo.

—Eso me dijo al parecer tu sobrina. —dijo Florian con una leve sonrisa.

—No importa, eres bienvenido. —dije intentando que el incómodo momento pasara, quería que este día fuera especial y que nada lo arruinara, además quería llegar rápido a casa para hacer galletas de avena, había comprado mantequilla de maní y el antojo de comer las galletas de avena con mantequilla de maní empezaba a desesperarme.

—Gracias. —dijo pareciendo saber que lo iba a invitar de todas formas.

—Vamos a ir de una vez, si quieres acompañarnos ¿vienes en auto? —pregunté.

—Sí, yo les sigo —dijo Florian, me entregó a Lasaña con una leve sonrisa.

Él se fue a su auto y yo al mío, solo cuando estuve adentro y cerré la puerta del auto, pasé una mano por mi cabeza descongelando mi sonrisa, ¿qué fue esto? Cuando el auto empezó a andar, me di cuenta de que todo estaba en un tenso silencio.

Que aprieto.

Solamente esperaba que Hades no le molestara la presencia de Florian, es decir, ellos nunca se llevaron bien.

—Erin no vuelvas a tomar mi teléfono —dije cansada—, mucho menos para invitar a personas que no conoces.

—¿Pero por qué todo el mundo me regaña? ¡Todos me odian! —gritó Erin haciendo un berriche cruzándose de brazos y sacando el labio inferior.

Oh joder, la consentimos demasiado, siempre que tenía estas actitudes me daba cuenta de eso.

Tomé una profunda respiración calmándome y luego le dije:

—Princesa, escucha, ¿qué sentirías si yo tomara tu teléfono, le escribiera a una persona que te cae mal en la escuela y la invitara a una fiesta de cumpleaños tuya?

Ella pestañeó un par de veces y luego me miró.

—¿Por qué harías algo tan malo?

—Exacto —dije—, eso fue parecido a lo que hiciste con Florian, así que para la proxima antes de hacer algo así, debes ponerte en los zapatos de la otra persona, ¿entiendes?

—Pero es muy guapo —dijo como si eso fuera justificación— y te había escrito como 10 mensajes que ni habías abierto.

Era la idea, nunca abrirlos, claro que ella aun era muy pequeña para entenderlo.

—Porque estoy comprometida —dije enseñándole mi anillo que me apretaba en el dedo anular de lo ligeramente hinchados que se me habían puesto los dedos—, me caso en unas semanas, lo que menos quiero es hablar con mi ex.

—¿Es tu ex? —repitió Erin ampliando sus ojos completamente asombrada.

—Sí, es mi ex. —dije.

Ella llevó una mano a su boca como si ahora comprendiera todo lo que me estaba molestando.

—Oh, mierda. —susurró.