Tuya y mío #4 (completa)

Capítulo 79: ¿Vas a dejarme?

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Capítulo 79: ¿Vas a dejarme?

Continué caminando a paso firme hacia la oficina de Hades, tomé un bolso y cerré la puerta para me arrodillarme frente a la caja fuerte que Hades tenía en su oficina al fondo. Me arrodillé y miré la combinación digital, recuerdo que cuando recién nos mudamos le pregunté qué guardaba ahí y cuál era la combinación, me dijo que cosas valiosas, dinero en efectivo en caso de emergencia y por su puesto, me dio la clave.

«Joder ¿cuál era?».

No lograba recordar cual carajos era la maldita clave.

Intenté con la primera que se me ocurrió, «1122» Metí el primer código y salió error, la pantalla volviéndose roja. Sentía que la hora me consumía ¿cuánto tiempo me quedaba?, empecé a sudar, agregué otra clave «1701» la fecha de cumpleaños de Hades, y me salió error nuevamente, la pequeña pantalla táctil alrededor se volvió roja advirtiendo que era mi último intento antes de bloquearse por seguridad.

De repente sonó mi teléfono, me sobresalté al ver que se trataba de un numero desconocido pero no era Melisa, era un número privado. Apreté los labios, y entonces contesté:

—Nube.

Era Hades, escuchar su voz me hizo gemir y algunas lágrimas salieron de mis ojos.

—Hades. —dije sintiéndome temblar, sintiendo que quería decirle todo lo que estaba pasando con rápidez y a la vez me frenaba porque ella tenía mi numero intervenido.

—Me ha llamado el control de seguridad —dijo Hades—, ¿quieres abrir la caja fuerte?

Sentí la sangre subir a mis mejillas, mis manos temblaban.

—Sí... —respondí.

—Creí que ya venías a visitarme —comentó, pero sabía muy bien que Hades no era estúpido, él sabía muy bien que algo raro estaba pasando conmigo como para querer abrir la caja fuerte.

—Sí, es que hubo un accidente en la casa... —murmuré sintiendo que me ahogaba, necesitaba contarle lo de Sebastian y Taylor, necesitaba que él lo supiera, pero decírselo sería ocasionar la ejecución de ellos.

Tenía que ser más inteligente que ella al saber que me veía por las cámaras de la casa y mi teléfono intervenido.

—Sé lo que ocurrió —me interrumpió Hades—, solo mantén la calma ¿sí? todo estará bien, nada logrará hacernos daño.

Sentía que el nudo en la garganta se me apretaba.

—No Hades, esto nunca acabará... —susurré.

Él hizo una leve pausa, su silencio aturdiéndome hasta que preguntó:

—¿Qué quieres decir, Nube?

Abrí la boca pero no pude hablar, sentía que le iba a decir todo.

—Estoy... estoy abrumada. —solté sin poder encontrar la palabra correcta a mi caos interior.

—¿Para qué necesitas abrir la caja fuerte?

Tragué pesadamente saliva.

—Vo... voy a retirar 10 millones.

Nuevamente unos segundos de silencio hasta que preguntó:

—¿Por qué?

Abrí la boca pero no pude hablar, ni decir nada que pudiera justificar el por qué iba a sacar 10 millones de su caja fuerte en efectivo.