Tuya y mío #4 (completa)

Capítulo 51: ¿Me está engañando?

Capítulo 51: ¿Me está engañando?

En la tarde salí con Saraelí a un centro comercial cercano, ella era mi compañera de piso en la universidad, de vez en cuando manteníamos el contacto, siempre le tuve mucho cariño. Teníamos muchísimo tiempo sin hablar ni salir, ella a mitad de la carrera decidió cambiarse a derecho y ahora trabajaba en un bufete de abogados muy importante de la ciudad.

—¿Y no te molestan que tantos agentes te sigan? —preguntó tomando de su malteada, andábamos de compras, pero nos detuvimos a tomarnos algo en una cafetería.

—Ya me acostumbré. —admití, que mi agente personal John me siguiera a todos lados y estuviera en cada esquina con lentes oscuros y uniforme negro, ya no me parecía raro.

Ella se echó hacia atrás, su cabello en trenzas sofisticadas junto con su vestimenta de jersey, falda y botas la hacía ver como toda una estrella de cine. Yo me había ido con un vestido muy cómodo y deportivos, con una barrigota de mi tamaño estar cómoda era primordial.

—¿Y que tal te va con Hades? —preguntó.

Solté un suspiro dejando mi batido de fresa sin azúcar aun lado.

—Es... maravilloso. —me limité a decir.

—No pareces convencida. —replicó.

De seguro que en la cara se reflejaban mis dudas.

Tenía un nudo en la garganta, sentía que si no hablaba me iba a atragantar.

—A veces me da miedo —solté—, pero no de él, sé que nunca me haría daño, solo... que tiene actitudes raras y le encanta hacer las cosas solo, es por lo que siempre discutimos.

Realmente, era el inicio de todas nuestras discusiones.

Ella afirmó con la cabeza.

—Comprendo.

—¿Lo haces?

—Es hombre —dijo—, de seguro tiene una amante.

Pestañee un par de veces, no podía imaginarme un escenario de Hades con otra mujer, en primera porque NO quería, y en segunda porque Hades nunca me había dado motivos para pensar que había otra mujer en su vida.

—No lo creo —dije—, es solo... que no me gusta que sea tan misterioso.

—Ah, pero si era lo que te fascinaba de él.

Me reí un poco.

—He logrado entrar, pero no por completo —dije—, así me siento.

Era como si hubiera derretido más de la mitad del iceberg, pero aun no por completo.

—Díselo.

La miré. ¿Cómo decirle que ya lo había hecho millones de veces y aunque lo había intentado mejorar, parecía aún ocultarme cosas?

—Preguntate esto Nube, ¿realmente quieres saber todo lo malo que ocurre y de lo que te intenta proteger? Amiga —negó con la cabeza—, si a mi un hombre rico me mantuviera a mí, y a mis bebés, estaría feliz siendo ciega.

Ese era el problema, yo no podía ser feliz siendo ciega.

Me reí un poco al igual que ella, abrí la boca para decir algo, pero mis ojos fueron a algo más allá, a la pareja que se había sentado en las mesas del fondo.

Abrí la boca en sorpresa y mis ojos casi se salieron de sus órbitas al ver a mi mamá y no solo eso, iba agarrada de la mano con el papá de Hades, el señor Ángel como dos tórtolos adolescentes.