Tres

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Aeri aceptó la invitación de Taehyung, y llegamos a nuestro departamento casi corriendo para que la humana tuviese oportunidad de prepararse.

De aquel vestidor salieron volando toda clase de vestidos, blazers, tacones, bolsos, pero ninguno era del agrado de Su Alteza Real, quien competía con la mismísima Kate Middleton o Letizia de España por el trono a la mejor vestida.

Kang Aeri realmente estaba muy estresada.

A la pieza entró Doyun, el hermano menor de Aeri bebiendo una lata de soda mientras se dejaba caer en ese sofá cómodo en el que yo muchas veces pasaba mis días.

Podrías prestarme tu Aston Martín. No creo que a los invitados les agrade verme llegar en una SUV.—Aeri le preguntó a su hermano mientras escogía la colonia que hoy usaría.

La humana estaba en un verdadero dilema.

—¿Christian Dior, Dolce & Gabanna o Jo Malone?

—El Dolce.—Doyun sugirió.—Y sobre mi Aston Martín, bien, me debes una viaje a la Toscana.

—Me sales demasiado caro.—Aeri dijo con frustración.

¿Podría haber una mujer menos indecisa que Aeri? Lo dudo rotundamente.

Doyun y yo hemos pasado las últimas dos horas ayudando a escoger el vestido de Aeri. Bueno, en realidad Doyun lo está haciendo, yo solo los animo tras bambalinas completamente ansioso porque esta mujer se marcha a mi encuentro con Aria.

Hasta que Aeri finalmente terminó.

Doyun silbó aprobando el modelito que Aeri escogió después de mil horas en el vestidor. No puedo decir que ella sea excéntrica, pero me da la impresión de que estoy viendo por primera vez a dos mujeres totalmente distintas.

Porque incluso en la nobleza hay niveles, y Aeri estaba muy por encima de todos los estándares, y bien podría agradecer a su madre por haberla dotado de unos genes envidiables.

Jamás tuve la oportunidad de conocer a Eugene Hayes en persona, pero las fotografías que se encuentran por cada rincón de esta habitación retrataban a una auténtica princesa.

—Dios hermana, si esta noche no logras encontrar al próximo yerno de la familia Kang, creeré que tienes serios problemas con los hombres.

—No me molestes.—Aeri resopló fastidiada.

—No es porque seas mi hermana, pero eres una mujer muy guapísima ¿Estás segura de que no existe algún caballero por ahí que te interese? Tu hermanito puede conseguirte una cita.

—¡Ya basta!—Aeri tomó una de sus almohadas con la única intención de arremeter en contra de Doyun. La misma que terminó impactada en el rostro del masculino.

—Es Kim Seokjin ¿Cierto?

El rostro de Aeri se pintó de un rojo carmesí que jamás había visto en ella. De cierta manera estás conversaciones no solía presenciarlas, tal vez porque Aeri ni siquiera tenía amigas con las que pudiera compartir sus intimidades cómo hablar de chicos y citas.

—Ahora que lo analizo, nuestras familias se llevan muy bien, pero la relación entre ustedes siempre ha sido muy hosca.

—Dejémoslo así, no necesito el compañerismo de Seokjin. Además, el romanticismo me resultan innecesario para alguien que probablemente termine contrayendo nupcias con el hijo de cualquier familia rica que la abuela escoja, así que estoy en sus manos.

—La última vez que la abuela escogió, Hyojin terminó divorciada ocho meses después, y criando a Jimin completamente sola.

—Hyojin es una mujer que se deja llevar fácilmente por las emociones. Yo creo que las emociones te arruinan la existencia.

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