Capitulo Final

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Aeri

Aún si tuviera mil vidas, el resultado seguiría siendo el mismo.

Muerte

Killian y yo seguiríamos muriendo no importa cuánto lo evitemos, y era desalentador solo de pensarlo. Pero entonces, las cosas se torcieron un poco.

Volvíamos a la misma situación del pasado, solo que esta vez los papeles se invertían y dejé de ser ingenua.

—Por favor, dile a Ravna o a Cyrene, como quieras llamarlas, que sus profecías son una mierda.

El rostro de Seokjin se distorsionó del terror que mis afirmaciones le causaron. Lo había atrapado.

—¿Acaso pretendías que esta vez muriera yo de la misma forma en como Killian se sacrificó en el pasado? Te sugiero que dejes de intrigarme.

Ravna no era más que una charlatana, instigando a la discordia desde el principio, lo supe cuando sugirió nuevamente que me dejara aniquilar por Atil, solo que ¿Cuál sería el resultado esta vez?

—Vaya, eres muy lista.

—Yo le llamo instinto.

Entonces, Atil torció una mueca llena de satisfacción cuando logró romper con la ilusión que yo cree para atraparlo, e intenté usar el mismo método, solo que esta vez el aura se sentía mucho más pesada que me impedía ahora moverme. Como si el efecto se haya revertido en mi contra por alguna extraña razón.

No solo yo estaba siendo amenazada por el poder de Atil, Jimin aparentemente estaba siendo aprisionado por la omnipotencia del otro ángel.

Nuestros esfuerzos por liberarnos de mi propio hechizo fallido nos costó el arrebato del arma quedando en manos de la persona equivocada.

Entonces ¿Volvería a suceder?

De pronto, la desesperación me invadió por completo. Quería ser capaz de acabar con este hombre y proteger a Jimin, pero conocía muy bien esta sensación. Atil estaba despertando una fase que desconocía por completo. Era como si fuese capaz de mimetizarme.

—¿Sorprendidos? Solo estaba siendo un poco tímido al respecto. Pero, debo reconocer que eres muy poderosa, ni siquiera puedes romper tu propio hechizo.
Pero bueno, averigüemos que puede hacer esta última bala.

Él era un bastardo, aquí la verdadera pregunta es ¿Cómo le pudieron confiar el cielo a este rufián?

A diferencia de Jimin y de mi, Seokjin estaba muy emocionado blandiendo esa arma dorada, en sus ojos era inevitable no ver como deseaba nuestra destrucción. Luego jugó con ambos para escoger a la presa final ¿Jimin o yo? Al parecer eso le estaba tomando demasiado tiempo.

Sin embargo, fui capaz de percibir una presencia abrumadora muy diferente a la de nosotros tres, y si, la conocía mejor que nadie.

El viento se detuvo y las aguas dejaron de agitarse, trayendo consigo una niebla espesa que a duras penas era capaz de distinguir los objetos y las dos personas cerca de mí.

Las flores de mi terraza se marchitaron a la velocidad de la luz, y la luna se tiñó de rojo carmesí. Y solo existía una criatura en el universo capaz de provocarlo.

Entonces, acompañado de un rayo, una colosal figura se interpuso entre Atil y yo cubriéndome con sus cautivadoras alas negras.

—Mis más sinceras disculpas por llegar un poco tarde.

Su profunda voz trajo consigo la liberación de mi hechizo, e incluso su mirada pétrea me hizo temblar del miedo. Porque este era el ángel negro con el que nunca te debías encontrar.

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