Aeri
Las casualidades existen, pero considero que no he sido una mala hija de Dios para recibir una bofetada del cielo de esta magnitud.
De acuerdo, digamos que este chico ha llegado a Yonsei por mera convicción como todos los que están aquí, e incluso yo lo hice, pero me parece ridículo que tenga el rostro de —mi ángel de alas negras— y puedo jurar que no es un error de visión, además, por su expresión vacía no parece perturbarle mi presencia, por lo que es poco probable que me haya conocido mucho antes.
Aunado a lo anterior, es un poco menor para ser aquel hombre que me ofreció ayuda durante la muerte de mis padres, pero no tanto para ser el mismo que me cargó en sus brazos unas cuantas noches atrás en la celebración de Aria.
Venga Aeri, estás actuando paranoicamente sabiendo que tienes asuntos más urgentes que verificar la identidad de este chico.
—Bienvenido.—traté de relajar mis expresiones, pero me era casi imposible y estoy segura de que él único en este espacio que puede reconocer mi incomodidad es Jimin por obvias razones.—Espero que todos sean generosos con él. Y al final de la clase podrías quedarte unos minutos, me ha comentado el Rector que te han designado como mi becario.
El chiquillo se limitó asentir con una ligera sonrisa de labios apretados mientras buscaba desesperadamente pasar desapercibido entre sus demás compañeros, pero era tan carismático que no debía esforzarse mucho, aún si su actitud fuese adusta.
—Quién es el otro compañero.—fingí casi demencia por qué sé exactamente quién es el rubiecito sentado en primera fila que espera cobrar protagonismo, que no me cabe la menor duda de que es legítimo bisnieto de Kang Minji. Está hecho a la medida de la abuela, tanto como yo.
—Park Jimin.—dijo mientras se acomodaba la chaqueta que precisamente le obsequié en la última navidad, por lo que me atreví a torcer una sonrisa muy falsa si me lo preguntan.
Me había estresado por primera vez en toda mi carrera como docente, por primera vez sentí esta aula terriblemente enorme, y ni contar de todas las veces que tuve que beber de mi botella de agua a causa de la resequedad en mi garganta.
Finalmente, no puede rendir del mismo modo en cómo lo venía haciendo, y fue ridículamente notorio, aún cuando quieres dejar una buena impresión.
—Profesora ¿Se encuentra bien?—la suave voz de Jimin llamó entre las tribunas muy inocentemente. Pero ¿Le parece correcto preguntar por mi transpiración y falta de aire tan a la ligera? No lo creo, él sabe perfectamente que estoy siendo afectada por un componente externo.
Juro que saliendo de estas paredes será carne de cañón con su madre.
—Probablemente he cogido un resfriado. Nada de que preocuparse.
Me forcé a sonreírle.
—Si es el caso, permita que mañana le traiga un remedio casero muy bueno que mi tía me preparaba cada vez que enfermaba de niño.
¿Qué dijo? Yo lo mato.
Jimin sí que era un insolente de primera, que ahora no dudo en que su padre lo haya echado el día de su boda. Obviamente este niño le tocó las bolas y no le gustó.
—Tú tía debe ser muy buena con la herbolaria.—me atreví a responder. Por supuesto que yo era una genio, aprendí unas cuantas recetas gracias a mi difunda madre, quien era una devota de las plantas.
—Mi tía es un diez, pero es una pena que sea tan voluble.
Quise replicar, cuando al fondo del aula se pudo apreciar una risilla que mi nuevo becario logró contener en cuanto mis ojos se posaron sobre él, esquivándome la mirada rápidamente y un tanto apenado.
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All Versions Of Me
FanfictionExistían muchas versiones de mi que no conocías, pero yo tampoco sabía que todas ellas te amaban irremediablemente.