Dieciséis

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"La profesora Kang se ausentará el día de hoy"

Fue una frase que se volvió habitual entre el alumnado, hasta que finalmente la noticia de su licencia por enfermedad trascendió. Una enfermedad que se volvió un enigma para todos.

Que era aquello que aquejaba a la querida profesora Kang. Nadie lo sabía, lo cierto es que desde su fallo en el congreso para ser elegida como magistrada, su vida se vino en picada, eso y la condición de salud que mantenía a Jimin atado a la cama de un hospital.

Dos meses antes

Luego de las penurias que atravesó la familia Kang, Minji, la matriarca del clan convocó a todos sus nietos a excepción de Jimin quien aún seguía hospitalizado, al Garden Hill, su residencia privada.

La hora de la comida se sumió en un rotundo silencio incómodo, sobre todo porque la matriarca de la familia no se encontraba con el mejor de los humores, externando su frustración casi de inmediato.

—No puedo creer que mis dos nietas se hayan dejado llevar por sus emociones. Una interpuso una denuncia en contra del nuevo magistrado del máximo tribunal por tentativa de homicidio, y la otra se encerró en su mundo llorando la muerte de un gato ¿Qué narices les ocurre?

Minji soltó los cubiertos sobre el plato generando un fuerte estruendo en la mesa, y que así sus tres nietos dejaran de comportarse tan dispersos.

—Por si fuera poco, los Kim han sido nuestros asesores legales por generaciones, así que no voy a permitir que arruinen una alianza como esta.

—Abuela, respeto las consideraciones que tienes con la familia Kim, pero se trata de mi hijo, a quien estuve a punto de perder por un arrebato de ese hombre.

—¿Por qué aseguras que Seokjin estuvo detrás de eso? Los médicos de la familia han determinado que Jimin tiene serios problemas con las adicciones, no es una mera coincidencia.

—¿Abuela te escuchas?—Aeri fue quien intervino en la conversación esta vez.—De dónde has sacado eso. El médico que atendió a Jimin asegura que fue un envenenamiento y el mismísimo Kim Seokjin me lo confesó.

—Al parecer la muerte de tu gato te sumió en un brote psicótico. Aeri, me preocupas querida.

—Aquí lo preocupante es que quieras re victimizar a tu propio bisnieto, e incluso insinúas que mi hermana desvaría. Vaya qué familia tan atípica.

—Retiren esa denuncia, es una orden para las dos. Porque ambas tienen cosas mejores por las cuales preocuparse. Hyojin, tú deber es encargarte de que nuestro heredero sea un chico sano y sin perturbaciones, y tú Aeri, solo deja de jugar a la abogada.

—Por qué siento que es una orden.—Aeri dijo mientras cortaba la carne de su platillo con mucha impotencia, que era incapaz de sostenerle la mirada a la anciana.

—Por mucho tiempo dejé que hicieras con tu vida lo que te placiera, y considero que eso se ha acabado. Tu hermana mayor necesita enfocarse en los problemas de su hijo, y tu hermano tiene una carrera prominente como deportista ¿Qué hay de ti?

¿Qué había de Aeri? Es una buena pregunta, y no se había detenido a pensar en eso, de repente su vida se volvió caótica y todo iba a una velocidad abrumadora, era como si hubiese entrado a una nueva dimensión en el que perdió muchas cosas en un tiempo récord, empezando por Kill.

Quería responderle a la abuela y decirle que estaba muy cansada como para pensar en sí misma. Pero nadie en su familia tenía el privilegio de mostrar sus debilidades, era casi inimaginable para Minji, para ella todos sus nietos debían ser fuertes como ella, y ahora entendía por qué.

No eran personas comunes, no eran adultos promedio, son humanos con grandes responsabilidades, y era tiempo de asumirlas por el bien de los demás.

—Aeri seguirá el curso de su vida abuela.—Hyojin fue la primera de los nietos en objetar.—Puedo ocuparme de mi hijo y del negocio familiar sin ningún problema.

—Lo has venido haciendo de ese modo, sin embargo, Jimin se metió en grandes problemas.

—Podríamos dejar de ser tan redundantes e ir al grano, sé que quieres algo de mi.—Aeri comentó con desgano. Sabía que sería algo irracional viniendo de su abuela, pero que más tenía para perder.

Casarse con Seokjin es la respuesta que más esperaba, sin embargo, la anciana erguió su espalda y asintió gustosa de presenciar la docilidad de Aeri.

—Toma el lugar de tu hermana mayor, al menos un tiempo en lo que Jimin regresa a ser el chiquillo de antes y pueda asumir oficialmente el cargo de heredero. Si queremos que Jimin sea el próximo sucesor y presidente de Royal Sea, Hyojin como madre tendrá un rol importante, no podemos abrumarla con más responsabilidades.

—De acuerdo, me haré cargo por un tiempo de Royal Sea, y procuraré que la llegada de Jimin a la presidencia sea todo un éxito, finalmente es su derecho. Pero, tendrás que olvidarte por un tiempo de mi compromiso con Seokjin, vamos abuela, necesito estar enfocada en lo que verdaderamente importa ahora.

La anciana apretó la mandíbula y después se echó a reír de manera no irónica. Su nieta la puso en un gran aprieto con una condición tan sencilla, pero eso habla de lo astuta que Aeri es al momento de negociar.

Se le daba tan bien, que le comenzaba asustar la idea de que por algún tiempo Aeri tendría el control de todos los activos de la familia.

No es una tirana, pero le gusta calcular cada paso que da.

—Favor con favor se paga.—Minji accedió levantando su copa para brindar por el nuevo acuerdo.—Por la nueva directora general.

Aeri sonrió, y negó.

—Creo que no me has entendido abuela, culpa mía si no me expliqué. Por supuesto que ayudaré a mi hermana y a mi sobrino. Pero quiero tu lugar en la asamblea general de accionistas, es decir, desde la presidencia.

La anciana y los hermanos de Aeri compartieron un par de miradas antes pronunciarse.

Kang Minji no se había separado de la presidencia desde que su esposo falleció, ni siquiera su único hijo o su nieta mayor habían rozado esa silla, es más, nadie podía soñar con ella porque implicaba perder su poder, y eso no es negociable. Desde luego que si Jimin lo hacía, Minji lo manejaría desde la umbría con tal de no perder la injerencia que tenía en las decisiones de Royal Sea.

No lo era, hasta que Aeri pretendió ocupar su lugar.

Jimin siempre fue su mejor opción, era listo, carismático y tenía la fuerza de un león, pero una piedra lo hizo caer en el camino a la cima.

—Abuela, sé que estás muy cansada y le has dedicado gran parte de tu vida a esto. Así que no necesitas preocuparte más, mi hermana y yo nos encargaremos de que Jimin lo haga bien.

Minji sabía que era como firmar un cheque en blanco con el diablo. No dudaba en que Aeri cumpliría con su promesa por el cariño que sentía hacia Jimin, pero no estaba segura de lo que haría con ella.

Lo mejor era tenerla cerca, dejar la presidencia en sus manos y postergar el compromiso con Seokjin.

Porque Aeri como enemiga era peligrosa. Y desconocía exactamente lo que pretendía con todo esto.

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