Doce

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Jungkook

El día del concurso de oposición para ocupar la magistratura en el máximo Tribunal del país había llegado.

Aeri despertó desde muy temprano, gastando gran parte de la mañana en sesiones de pilates y un desayuno para si misma y su única compañía, el gato que siempre está a su lado.

A comparación de otras veces, lucia decidida a contender en contra de uno de los abogados más rigurosos del país, y quizá de los más corrompidos por el poder. Aeri lo sabe bien, sin embargo, no parece afectarle en lo más mínimo que sea Kim Seokjin su rival.

Aeri recibió varias llamadas entre las cuales estaban las de sus dos hermanos, quienes lamentaron no poder acompañarla a causa de sus agendas ocupadas, Doyun se había marchado a una competencia en Dublín, y Hyojin de por sí llevaba una vida ajetreada como la cabeza del negocio familiar.

Así que los únicos que asistirían al congreso general eran Jimin, Yoongi y yo, después de que el mayor nos hubiese persuadido, lo cual tiene mucho sentido, somos sus becarios, lo justo es mostrar un poco de apoyo, tampoco es que me desagradara la idea, finalmente he pasado la mayor parte de la vida de esa chiquilla a su lado como su amigo.

Al parecer nada podría obstaculizar la llegada de Aeri al Tribunal Supremo, todos estábamos convencidos de ello y faltaban menos de tres horas para que diera inicio su comparecencia en el senado, donde sería sometida a una ronda de preguntas profesionales y personales para determinar su postura y saber qué idónea era para un cargo demasiado importante en el país.

Cuando las horas se acercaban para el gran momento, toda esa tranquilidad que la mujer externó durante los días previos se esfumó, no era para menos si se trata de las horas más cruciales donde nada puede fallar. Aeri es una persona totalmente calculadora que incluso cuidó estrictamente su alimentación días antes para evadir las enfermedades, midió sus tiempos una noche antes para no dormirse, sin antes buscar las rutas alternas por si debía enfrentar el tráfico. Si algo salía mal, entonces, decir que fue su culpa quedaría descartado para alguien que preparó todos los escenarios posibles.

[••••]

Aeri

Parecía una gelatina a punto de derretirse en cuanto puse los pies en el congreso general. Por primera vez me parecía enorme a comparación de otras ocasiones.

Era un evento que muy pocas veces pasaban en la vida, al menos en la mía después de pasar por varios filtros antes de llegar a la recta final.

Miles de abogados se postularon para este momento estelar en la trayectoria profesional, quedando Seokjin y yo como los únicos dos con la posibilidad de rozar la magistratura. Y muchas personas estaban preparadas para un evento así, luego de que el puesto quedara vacante después de que estallara el escándalo de corrupción del anterior titular.

Por lo que la sociedad esperaba a un nuevo abogado en quien confiar. Y yo quería ser esa abogada.

Pero al parecer, el destino no quería eso para mi. Lo supe cuando a mi celular llegaron llamadas que insistían en ser atendidas por mi, pero buscaba de todas las maneras declinarlas, hasta que verifiqué en mis registros quien lo hacía con tanta convicción.

Aria.

Entre llamadas y mensajes de texto la chiquilla ya había saturado mi móvil.

—Solo contesta.—Yoongi me animó.

Juro que si se trataba de otro de los trucos de Seokjin, me desquitaría de él de la peor forma cobrándole todas las que me debía.
No es para menos que la hermana menor de tu enemigo insistiese tanto.

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