Kang Aeri
Cuando llega la noche, las mismas imágenes se reproducen en mi cabeza una y otra vez; existen tantos fragmentos en mi mente desde aquellas alas negras envolviéndome para protegerme del fuego junto con un sentimiento enloquecedor que empezó a ocurrir después de perder a mis padres en ese accidente hace veinte años.
Eran sueños escabrosos de algo que jamás ha sucedido, sin embargo, están dentro del imaginario cada vez más vividos.
Como esa noche en el festejo de Aria, en la que él me salvó. Ese ángel de alas negras me volvió acunar en su pecho, y me cargó como si yo fuese su todo, justo como lo hizo cuando yo era una niña. No era un sueño, y si lo fue, entonces, quería que él se quedara en mi cabeza para siempre.
Porque solo en el poder de ese ángel, yo me sentía acogida.
Él tiene rasgos perfectamente cincelados, desde la nariz, hasta la barbilla, y una mirada áspera inconfundible, la misma que me regala Kill cada vez que meto la pata. Una belleza tan abrumadora que no ves todos los días en la tierra. Ningún hombre se le podía asemejar si quiera un poco.
Pregunté muchas veces por su nombre entre balbuceos, mientras me llevaba en brazos a casa, pero solo obtenía regaños de su parte, y un "Niña tonta".
Estaba muy furioso. Lo supe desde que levantó en cada uno de sus brazos a los hombres que intentaban abusar de mi, y los mandó tan lejos que las paredes terminaron dañadas.
—No querrás saber quien soy.
Lo dijo con voz ronca y desinteresada.
Sin embargo, había mucha familiaridad de por medio. Aparentemente era ese mismo hombre que estuvo a mi lado el día del accidente de mis padres, y en los reencuentros siempre hay preguntas de por medio, sin embargo, él sabía cada cosa de mi, incluso el lugar donde vivía.
—¿Eres mi ángel guardián?
No hubo respuesta, en su lugar obtuve una tonta risilla, y en ese momento me desarmó por completo.
La idea de enamorarme era nula para mi, sin embargo, existía algo en ese hombre que me atrapó por completo, y no supe por qué exactamente. Solo quería quedarme en su pecho más tiempo.
Las fantasías acabaron cuando mi despertador indicó que era hora de levantarme para ir a dar mis clases. Pero sinceramente la brillante idea de inventar cualquier excusa para ausentarme era tentadora.
—Kill, ¿Qué opinas de un resfriado... o tal vez una caída?
Le dije al felino que se encontraba lengüeteando su pelaje negro y brilloso, pero curiosamente esta mañana me ignoró por completo.
¿Qué demonios le ocurrió a mi gato panzón y cariñoso que adora restregarse a mi?
Kill parecía más interesado en lo suyo como para escuchar a una mujer con crisis existenciales después de una enorme resaca.
—De acuerdo. Tú ganas, no volveré a salir por la noche, y dejarte con Doyun.
No estoy muy segura de que el gato sea capaz de entenderme como lo haría comúnmente un humano promedio, pero el que esté sobre mi cama existiendo únicamente, llena todos los vacíos que existen en mi vida.
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All Versions Of Me
FanficExistían muchas versiones de mi que no conocías, pero yo tampoco sabía que todas ellas te amaban irremediablemente.