Narra Daila:Al llegar tuve que cargar a Salo hasta el depa, el cual no pude abrir pues tenía a Salo cargando.
-¿Necesitas ayuda?- preguntó una voz masculina detrás mío.
-Ahh, hola Sebas.- dije con una sonrisa. -Si no es molestia- dije apenada.
-Para nada.- sonrío.- Te ayudo con Salo.- dijo para después yo pasársela a sus brazos.
Abrí el depa y Sebas recostó a Salo en la cama.
-No me sorprende que esté así de dormida, se la paso todo el día corriendo en el parque.- dije y Sebas sonrió.
-Salo es una niña muy dulce.- dijo ahora Sebas.
-Lo es.- sonreímos ambos.
Invite a Sebas a que se quedará un rato, eran las 10 pm así que el acepto.
Nos encontrábamos en un silencio sentados en el sillón.
-Oye Daila, ¿a ti te gustaría ser mamá algún día?- pregunto Sebas de la nada.
-Me encantaría, solo que no con cualquier hombre, sería muy específica al elegir al padre de mis hijos.-
-¿Como te gustaría que fuera?- pregunto Sebas curioso.
-Que sea caballeroso y comprensivo, digo caballeroso porque lo ultimo que elegiría sería un hombre machista, los detesto, y comprensivo porque no me gustaría que mis hijos tuvieran recuerdos malos o el peso de vivir con gritos, que me apoye en todo a mi y a mis hijos porque también es algo que necesitan en el crecimiento, de ahí en mas no me importaría el físico o algo así, simplemente quiero un buen chico.- dije y Sebas sonrió. -¿A ti como te gustaría que fuera la madre de tus hijos?.- pregunto ahora yo.
-No es ser interesado, pero para tener hijos tendríamos que tener buena estabilidad económica los dos, me gustaría que me apoyara en mi carrera o en cualquier decisión que tome, odio las peleas y regaños así que me gustaría que fuera paciente y arreglara las cosas con nuestros hijos hablando, nada de gritos ni golpes.- dijo y yo sonreí.
-Eso es muy lindo Sebas.- quedamos haciendo contacto visual, nos fuimos acercando poco a poco hasta quedar a tan solo unos pocos centímetros, salí de mi nube al recordar que ambos teníamos pareja.
-¿Y como vas con Lulú?.- dije separándome y sentándome bien en el sofá.
-Terminamos el día del restaurante.- dijo haciendo una mueca.
-Quiero pensar que no fue por mi culpa.- dije preocupada.
-Pff, para nada, teníamos otros problemas que ya le había perdonado.- yo solo abrí los ojos sorprendida. -¿Y tú, tienes novio, prometido o algo?.-
-Estuve comprometida, lo amaba más que a nadie.- dije y Sebas abrió la boca sorprendido.
-¿Te ibas a casar, en serio?.- dijo y yo asentí.
-Si......pero me enteré que me era infiel con una chica Justo días antes de nuestra boda.- dije bajando la mirada, aunque con Diego ese tema fuera chiste en el fondo me dolía, y me dolía demasiado.
-No te merecía, estoy seguro de que llegará el indicado.- dijo levantando mi cabeza del mentón delicadamente.
-Esque, llegó a pensar que en un punto soy yo el problema o la mala suerte, siempre me engañan o hay una chica más, siempre me utilizan y por eso me cuesta confiar en las personas.-
-Pues yo pienso que el problema son los chicos, no tú, tú no decides que ellos sean tan poco hombres como para engañarte o ilusionarte.- dijo Sebas y yo sonreí.
-Estoy segura de que Sam no me haría eso, así que para mi el es el indicado.- dije con una sonrisa y Sebas solo se paró del sofá rápido.
-Bueno, ya me tengo que ir, dile a Salomé que veré si un día de estos vamos al McDonald's.- dijo Sebas mientras abría la puerta del depa. -Adios Li.- dijo sacudiendo su mano.
-Adios Sebas........te quiero- le dije por primera vez.
-Yo también te quiero, Li.- dijo con una sonrisa mientras cerraba la puerta.
Después de despedirme de Sebas me dirigí a la habitación a ducharme y cambiarme, ya eran las 11 pm, algo tarde diría yo.
Al salir me recosté en la cama, me di la vuelta para dormirme cuando escuché un llanto de una niña pequeña, si, era Salo.
-Mi vida ¿pasa algo?- dije preocupada volteándome hacia ella.
-Quiero a mi papá.- dijo aun con lagrimas.
-Tu papá tuvo que salir por unas cosas con tu mami, pero va a llegar mañana así que haremos pijamada tú y yo.- dije tratando de animarla.
-¿Pijamada? ¿Que se hace en las pijamadas?- preguntó Salo inocente.
-Puees veremos películas, las que tú quieras.-
-¿Y comeremos botanas?- dijo Salo sentándose de golpe en la cama.
-Mmm, está bien, comeremos palomitas y dulces ¿te parece?- dije por lo que Salo asintió emocionada, obviamente no le daría tantos dulces, Mauro me mataría.
Prepare todo y ya nos encontrábamos viendo películas de barbie, las cuales me fascinaban.
En ese momento entro una videollamada de Diego.
-Holaaa- dijo Diego del otro lado de la línea, parecía estar en un lugar ¿raro?.
-Holaa, ¿se podría saber dónde estás?- dije confundida.
-¿Se podría saber que hace Salomé en tu depa comiendo dulces tan tarde?- dijo viendo a Salomé atrás mío.
-Pff, es pijamada, y no me contestes una pregunta con otra.- dije fastidiada.
-Yaya, estoy en la farmacia, vine por unas cosas y quería saber cómo estaban allá.- dijo encogiéndose de hombro.
-Mm, pues nada nuevo.-
-Tio Diegoo- saludó Salo llegando de la nada (siempre hace eso, ya me da miedo 😭).
-Hola mi vidaa, ¿cómo estás?- dijo Diego.
-Bien, estoy viendo películas de barbie con mi tía Li- dijo sonriendo.
-Que seguro eligió la tía Li.- dijo Diego riendo por lo que yo hice un "Shh" del otro lado. -Bueno, las dejo porque ya es tarde, adiooos.- dijo y colgó, que llamada tan rara.
Después de un rato Salo se quedó dormida abrazándome por lo que la tape con la cobija, la abracé igual y me dormí junto a ella.
Al día siguiente escuché que tocaban el timbre, supuse que era Mauro pero eran las 6 am así que parecía muerta.
-Como joden- dije abriendo la puerta mientras me tallaba los ojos todavía sin ver quien era.
-Hola, ¿me extrañaron?.-
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo