Narra Daila:La fiesta continuó y todos comenzaron a emborracharse, excepto Caro y yo que hablábamos tranquilamente sobre cosas de chicas, ya saben, temas de maquillaje, moda y esas cosas.
-Y dime ¿Te gustaría formar una familia algún día?- estábamos hablando sobre sus hermosas hijas, Trini e Isabella, por eso surgió la pregunta.
-Me encantaría.- sonrei. -Siento que estoy en el momento perfecto de mi vida para formar una familia.- mi sonrisa se desvaneció.- Excepto por el tema de el matrimonio, no me gustaría tener hijos fuera de este.- hice una mueca y Caro me sonrío.
-Todo a su tiempo, Dai. Sino te sientes preparada para casarte entonces no lo hagas solo por presión, todo a su tiempo.- repitió de nuevo y yo asentí.
-Todo a su tiempo- dije con una sonrisa.
-¿Que generó te gustaría que sea tu primer bebé?- me pregunto emocionada y yo me encogí de hombros.
-No lo sé, los 2 géneros me parecen demasiado lindos, sea cual sea el género seguirán siendo un pedacito chiquito mío y de Sebas.- Caro asintió.
-Tienes razón, con cualquier género se disfruta la maternidad.- explico. -Cuando nació Trini estaba feliz de ser mamá de una niña, pero cuando nació Isabella tenía esperanzas de que fuera un niño. De igual forma conforme pase las semanas con una bebé recién nacida de nuevo se sentía exactamente igual y el mismo amor, después de unos días de nacida me alegro mucho que fuera niña ya que en realidad lo que importa es vivir la experiencia de la maternidad.- me sonrío. -Aunque claro, el embarazo no es nada fácil.- yo reí.
-¿No lo es?- ella negó con una mueca.
-El dolor de parto es terrible, las contracciones, náuseas, mareos, dolor de pies, hinchazón y más cosas son etapas algo feas.- me aseguró. -Aunque cuando nace tu bebé y lo tienes en tus brazos te das cuenta de que vale la pena. Más si es con el hombre de tus sueños. Igor me ayudo mucho durante el embarazo y el pos-parto.- yo sonrei.
-Espero poder ser madre algún día.- nos quedamos en silencio cuando hable de nuevo. -Ire por bebidas ¿quieres algo?- ella asintió.
-Un refresco por favor.- yo asentí y me dirigí a la cocina, porque claro el "convivio" que terminó en borrachera era en la casa de uno de los jugadores. Estaba sirviendo refresco para ambas cuando sentí que alguien me tomo de la cintura, haciendo que voltear de golpe hacia atrás.
-Sebas, me asustaste!- golpeé levemente su pecho y el río.
-Lo siento amor, no quería asustarte.- yo fruncí el ceño al percatarme de un olor.
-Hueles a alcohol- hice una mueca. -¿Tomaste mucho?- el nego.
-Solo un poquito.- hizo una seña con sus dedos refiriéndose a poco.
-No te creo- me negué.
-¿Si estuviera borracho podría hacer esto?- se paro con un solo pie pero antes de caer cayó sobre mi.
-Estás muy borracho, amor.- el nego. -Deberías ir a descansar ya.- mire mi reloj. -Son las 12 am.-
-¿Podemos quedarnos un rato más?- hizo un puchero. Parecía Niño pequeño pidiéndole permiso a su madre para jugar más rato.
-Si tomas más nos iremos antes ¿esta bien?- el asintió.
-Esta bien, corazón.- tomo mi cara y beso mis labios.
Iba con los dos refrescos en las manos, aunque todavía sentía un poco débil el brazo derecho, mientras caminaba observaba mi brazo asegurándome de que tuviera la suficiente fuerza como para que no cayera el refresco. Estaba mirando mi brazo cuando después alce la mirada para percatarme de que venía alguien al cual no le vi el rostro, pues venía distraído y me chocó, derramando el refresco sobre mi vestido y tirándome al suelo.
Me moleste, claro que me moleste. Mi vestido era nuevo.
Mire molesta a la persona, quien estaba parada como si nada y no lograba ver quien era por las luces detrás de la persona.
-¿Que te pasa?- exclame con molestia.
-Lo siento, déjame ayudarte.- escuche una voz masculina, quien me estiro la mano y me ayudo a pararme. Una vez de pie lo mire a la cara; era Kevin.
-Que sorpresa, primero tu novia y ahora tu. Ya, ¿no?- el nego apenado.
-Lo siento mucho Daila, déjame ayudarte con tu vestido.- me tomo de la mano y me dirigió al piso de arriba, donde me dio una sudadera y un pantalón de mezclilla.
-Discúlpame que la sudadera sea de hombre, pero es la única que tengo. La traje por si me daba frío, y el pantalón de mezclilla si es de mujer, lo traje por si Nai lo necesitaba.- yo asentí.
-Muchas gracias, ya me tengo que ir.- iba a bajar por las escaleras cuando el me tomo de el brazo.
-Espera.- lo mire. -Lo siento por lo de Nailea, solo esta celosa, ella es un amor de persona.- asentí tratando de darle una sonrisa que salió más como una mueca.
-No pasa nada.- baje las escaleras y me dirigí a la mesa donde estaba con Caro, la cual cuando me vio se sorprendió.
-Vaya, ya decía yo que te habías tardado.- rio y yo bufé.
-Ni lo menciones, un chico me choco y me mancho todo mi vestido nuevo.- hice una mueca molesta y Caro soltó una carcajada.
-En serio, ojalá cada que te enojes me pagaran un dólar. Ya estaría en Italia.- yo reí.
Pasamos el rato así hasta que me fui a mi depa con Sebas. Fui manejando yo pues el inteligente y hermoso de mi novio no obedeció y venía bastante, BASTANTE borracho.
-¿Por que estás tan hermosa?- me miraba con atención.
-Gracias por el cumplido, así nací.- bromee. El sonrío con los ojos cerrados y una cara de extremadamente ebrio.
Al llegar a casa el se acostó mientras yo me cambiaba de ropa. Supuse que caería dormido pero al parecer no, estaba mirando con atención tomo me quitaba la ropa para vestirme.
-Eres preciosa.- hizo un sonido extraño por el hipo que presentaba y yo reí.
-Ya duermete.- respondi divertida mientras negaba con la cabeza. Antes de acostarme a su lado se me ocurrió una idea. Le iba a coquetear.
-Y bueno guapo ¿tienes novia?- el asintió.
-La tengo, incluso es más hermosa que tu.- sonrio con los ojos cerrados, pues sus ojos de borracho no aguantaban la luz.
-¿No quieres darme un beso?- me acerque peligrosamente a el y el nego con la cabeza.
-Respeto a mi novia, gracias.- me mordí el labio para evitar reír.
-Pero tu novia no se enterara.- el abrió los ojos.
-Chica, no lo haré, en serio respeto a mi novia.- yo reí por lo bajo.
-De igual forma te besare.- le robe un beso y el se levanto de golpe, asustado y nervioso.
-Oye! ¿Por que hiciste eso?- pregunto molesto y yo me encogí de hombros.
-Disfrútalo, tu novia no está.- el nego.
-Pero es el amor de mi vida, nunca la traicionaría.- se quedó mirando a un punto fijo para después comenzar a llorar.
No miento, mi cara era como de "¿Wtf?" Así que salí de mi papel y salí por la puerta para después entrar de nuevo, ahora con el papel de su novia.
-¿Por que lloras amor?- me acerque a el.
-Una chica me beso, te juro que yo no la bese a ella.- yo evite reír por lo tierno que era.
-Amor, era yo.- solté una risita.
-¿Tu?- yo asentí.
-Si, no te preocupes, no me fuiste infiel.- su sonrisa fue de oreja a oreja y después se lanzó hacia a mi para darme un abrazo.
-Te amo mucho.- me susurro. Ahora estaba romántico.
-Te amo mucho más, pequitas. Pero ya descansa ¿si?- el asintió y me dio un beso antes de acostarse y caer completamente dormido.
Ay Cordovita, mañana no te salvas con el bullying que te haré por esto.
(Modificado)
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo