🤍 Capitulo 55 🤍

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Al día siguiente Sebas se fue a entrenar por la mañana. Me dijo que me arreglara porque terminando los entrenamientos me llevaría a comer, así que yo encantada me arregle.

Sebas llegó y nos fuimos a comer.

-¿A donde quieres ir?- me pregunto antes de arrancar el auto.

-¿Podemos ir a los mariscos? Me encantan.- Sebas asintió con una sonrisa y fuimos directo a los mariscos.

Al llegar era un restaurante lujoso y bastante hermoso.

Entramos y el mesero nos guió a una mesa disponible.

Nos sentamos, nos dieron el menú y el olor de los mariscos llegó a mis fosas nasales, haciendo que se me revolviera el estómago de inmediato.

Corrí al baño a vomitar y Sebas fue detrás mío, solo que obviamente el se esperó afuera de los baños para mujeres.

-Amor, ¿estas bien?- me grito desde afuera.

Yo no dejaba de vomitar así que no pude responderle.

Después de unos minutos me enjuague la boca y salí.

-Ey, ¿que paso?- me pregunto preocupado mientras me veía salir del baño.

-No lo sé, solo me dieron asco los mariscos.- hice una mueca de disgusto y Sebas rio, risa que fue interrumpida a los segundos por una expresión de sorpresa.

-No me digas que hay bebé.- hizo una sonrisa de oreja a oreja y yo abrí los ojos como plato.

-No, solo no me gusto el olor, le pasa a cualquiera.- rodé los ojos acompañado de una sonrisa y salimos de el restaurante.

Al final terminamos yendo a un restaurante italiano.

-Me cayo mucho mejor la comida aquí.- sonreí como niña pequeña y Sebas rio.

-Sigo sin descartar la idea de el bebé.- dijo emocionado y yo negué.

-No te hagas ilusiones, Sebas. Acabo de terminar mi periodo.- el hizo una mueca decepcionado y yo reí.

Continuamos platicando hasta que Sebas hablo.

-Espera, tengo que ir al baño.- yo asentí. Se paro y se dirigió a los baños.

Estaba tomándome mi agua fresca cuando alguien me asustó por la espalda.

-Buh!- salte de el susto y voltee exaltada.

-Marco!- me lance a abrazarlo.

-Hola linda! Te extrañe mucho.- me correspondió el abrazo de inmediato acompañado con un beso en la mejilla.

-¿Como estas? Hace mucho no hablamos.-

-Mucho mejor, por fin siento que mi vida va bien.- sonreí y Marco imitó el gesto.

-¿Que te tiene así eh?- me dio una mirada pícara y yo levanté mi mano izquierda señalando mi dedo anular.

-¡Me voy a casar!- Marco abrió los ojos como plato y me dedico una sonrisa de oreja a oreja.

-Que feliz estoy por ti Dayiyi!- me abrazo.

-¿A ti como te ha ido?- cambie el tema.

-Muy bien, ya tengo pareja.- confeso emocionado.

-Me alegro mucho Marco- dije con una sonrisa en mi rostro.

Seguido de eso sentí como alguien me tomo de la cintura.

-Ya regrese amor.- me dio un beso corto en los labios m para después dirigir su mirada a Marco, quien estaba frente a el. -¿Te conozco?- pregunto serio y dándome un apretón en la cintura. Estaba celoso.

-Sebas, el es Marco: mi amigo de la universidad- lo presente. -Marco, el es Sebas: mi prometido.- Marco estrecho la mano con una sonrisa.

-Un gusto Sebas.- Sebas tomó su mano en forma de saludo y Marco movió horizontal la cabeza viendo más detalladamente a Sebas. -Me pareces conocido.- pareció recordar algo. -Claro! Eres jugador de Tigres, ¿verdad?- Sebas asintió.

-Así es.- ¿Ya dije que mi hombre se ve muy guapo estando serio?.

-Bueno Dai, me tengo que ir. Espero verlos pronto.- en forma de despedida chocó el puño con Sebas y a mi me dio un beso en la mejilla para después marcharse de el restaurante.

-¿Sebastián Córdova celoso? Que bonito.- pellizque su mejilla juguetona. Seguido de eso llegó el mesero para cobrar la cuenta.

-Sigue jugando, Dagmar.- Amenazo mientras pagaba. Yo lo mire mal.

-Te dije que no me digas Dagmar, FRANCISCO.- lo llame por el nombre que el odia.

-Okay DAGMAR.- Sebas rio y yo rode los ojos. Agradecimos al mesero y nos dirigimos a casa.

(...)

Sebas se tiro al sofá exhausto.

-Estoy cansado.- lo mire confundida, pues hoy no habíamos hecho nada.

-¿De que, amor?- pregunte mientras comía las palomitas que había preparado.

-Es pesado ser el mejor y mas guapo novio del mundo, ¿sabes?- reí.

-Sin duda, y yo cargo con el peso de ser la futura esposa mas guapa de el mundo.- el asintió con una sonrisa sin mostrar los dientes, me tomo de el mentón y se acercó a mi.

-Eres la chica más bonita ante mis ojos y me muero por oficialmente casarme contigo y formar una familia. Me muero porque dejes de ser "Daila Lainez" y convertirte en "Daila Córdova".- acaricie su mejilla y lo mire con bastante amor y ternura. Era mi hombre ideal.

-Muy pronto mi amor, muy pronto.- los dos sonreímos y nos dimos un beso, el cual duró unos segundos.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora