Al día siguiente Sebas se fue a entrenar por la mañana. Me dijo que me arreglara porque terminando los entrenamientos me llevaría a comer, así que yo encantada me arregle.Sebas llegó y nos fuimos a comer.
-¿A donde quieres ir?- me pregunto antes de arrancar el auto.
-¿Podemos ir a los mariscos? Me encantan.- Sebas asintió con una sonrisa y fuimos directo a los mariscos.
Al llegar era un restaurante lujoso y bastante hermoso.
Entramos y el mesero nos guió a una mesa disponible.
Nos sentamos, nos dieron el menú y el olor de los mariscos llegó a mis fosas nasales, haciendo que se me revolviera el estómago de inmediato.
Corrí al baño a vomitar y Sebas fue detrás mío, solo que obviamente el se esperó afuera de los baños para mujeres.
-Amor, ¿estas bien?- me grito desde afuera.
Yo no dejaba de vomitar así que no pude responderle.
Después de unos minutos me enjuague la boca y salí.
-Ey, ¿que paso?- me pregunto preocupado mientras me veía salir del baño.
-No lo sé, solo me dieron asco los mariscos.- hice una mueca de disgusto y Sebas rio, risa que fue interrumpida a los segundos por una expresión de sorpresa.
-No me digas que hay bebé.- hizo una sonrisa de oreja a oreja y yo abrí los ojos como plato.
-No, solo no me gusto el olor, le pasa a cualquiera.- rodé los ojos acompañado de una sonrisa y salimos de el restaurante.
Al final terminamos yendo a un restaurante italiano.
-Me cayo mucho mejor la comida aquí.- sonreí como niña pequeña y Sebas rio.
-Sigo sin descartar la idea de el bebé.- dijo emocionado y yo negué.
-No te hagas ilusiones, Sebas. Acabo de terminar mi periodo.- el hizo una mueca decepcionado y yo reí.
Continuamos platicando hasta que Sebas hablo.
-Espera, tengo que ir al baño.- yo asentí. Se paro y se dirigió a los baños.
Estaba tomándome mi agua fresca cuando alguien me asustó por la espalda.
-Buh!- salte de el susto y voltee exaltada.
-Marco!- me lance a abrazarlo.
-Hola linda! Te extrañe mucho.- me correspondió el abrazo de inmediato acompañado con un beso en la mejilla.
-¿Como estas? Hace mucho no hablamos.-
-Mucho mejor, por fin siento que mi vida va bien.- sonreí y Marco imitó el gesto.
-¿Que te tiene así eh?- me dio una mirada pícara y yo levanté mi mano izquierda señalando mi dedo anular.
-¡Me voy a casar!- Marco abrió los ojos como plato y me dedico una sonrisa de oreja a oreja.
-Que feliz estoy por ti Dayiyi!- me abrazo.
-¿A ti como te ha ido?- cambie el tema.
-Muy bien, ya tengo pareja.- confeso emocionado.
-Me alegro mucho Marco- dije con una sonrisa en mi rostro.
Seguido de eso sentí como alguien me tomo de la cintura.
-Ya regrese amor.- me dio un beso corto en los labios m para después dirigir su mirada a Marco, quien estaba frente a el. -¿Te conozco?- pregunto serio y dándome un apretón en la cintura. Estaba celoso.
-Sebas, el es Marco: mi amigo de la universidad- lo presente. -Marco, el es Sebas: mi prometido.- Marco estrecho la mano con una sonrisa.
-Un gusto Sebas.- Sebas tomó su mano en forma de saludo y Marco movió horizontal la cabeza viendo más detalladamente a Sebas. -Me pareces conocido.- pareció recordar algo. -Claro! Eres jugador de Tigres, ¿verdad?- Sebas asintió.
-Así es.- ¿Ya dije que mi hombre se ve muy guapo estando serio?.
-Bueno Dai, me tengo que ir. Espero verlos pronto.- en forma de despedida chocó el puño con Sebas y a mi me dio un beso en la mejilla para después marcharse de el restaurante.
-¿Sebastián Córdova celoso? Que bonito.- pellizque su mejilla juguetona. Seguido de eso llegó el mesero para cobrar la cuenta.
-Sigue jugando, Dagmar.- Amenazo mientras pagaba. Yo lo mire mal.
-Te dije que no me digas Dagmar, FRANCISCO.- lo llame por el nombre que el odia.
-Okay DAGMAR.- Sebas rio y yo rode los ojos. Agradecimos al mesero y nos dirigimos a casa.
(...)
Sebas se tiro al sofá exhausto.
-Estoy cansado.- lo mire confundida, pues hoy no habíamos hecho nada.
-¿De que, amor?- pregunte mientras comía las palomitas que había preparado.
-Es pesado ser el mejor y mas guapo novio del mundo, ¿sabes?- reí.
-Sin duda, y yo cargo con el peso de ser la futura esposa mas guapa de el mundo.- el asintió con una sonrisa sin mostrar los dientes, me tomo de el mentón y se acercó a mi.
-Eres la chica más bonita ante mis ojos y me muero por oficialmente casarme contigo y formar una familia. Me muero porque dejes de ser "Daila Lainez" y convertirte en "Daila Córdova".- acaricie su mejilla y lo mire con bastante amor y ternura. Era mi hombre ideal.
-Muy pronto mi amor, muy pronto.- los dos sonreímos y nos dimos un beso, el cual duró unos segundos.
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo