🤍 Capitulo 68 🤍

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Han pasado 2 meses. Kevin llevo muchas veces a mis amigos, incluso llevo a Diego y a Mauro para que intentaran hablar conmigo pero no les resulto. No quiero hablar con nadie.

Me la pasaba llorando, no soportaba esto.

Mientras Kevin entrenaba decidí salir a un parque cercano a tomar aire. Estaba sentada en un árbol pensando todo lo que he vivido en tan poco tiempo cuando alguien se paro frente a mi.

-Vaya, que sorpresa, topándome a la llorona.- rio.

-¿La llorona?- pregunte confundida.

-Sii, las dos se la pasan llorando, fastidiando y ninguna de las dos tiene hijos vivos, ¿ves? No hay diferencia entre ustedes dos.- la mire con rabia, me pare dispuesta a darle un golpe pero me percaté de que tenía a la bebé en brazos. -Atrévete a dañarme con la bebé en brazos y Sebas te va a odiar el resto de tu vida.- mire a la bebé y después mire a Lu. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Déjame vivir en paz, quédate con Sebastián, en serio no me importa, cásense y tengan mas hijos pero deja de hacerme la vida imposible solo por un hombre. Ya me arrebataste todo lo que más amaba...- susurre dejando caer lágrimas.

-Empezando por tu padre.- soltó una carcajada. -Samuel si fue inteligente al golpearlo con guantes de látex eh, así no dejamos pruebas y de todas maneras si las hubiera dejado su papá es Aarón así que no hubieran presentado cargos.- rio para después empujarme.

-Fuiste tu.- juro que la hubiera golpeado sino tuviera a la bebé en brazos.

-Y espero que la siguiente que se muera seas tú. ¿No te das cuenta? Kevin está contigo por lástima, Sebastián todos los días habla mal de ti conmigo. Por cierto, dijo que eres una puta gorda y que no sabes coger. En cambio yo.- levanto a su bebé. -Si le doy hijos, y si duran más que los tuyos, ni para hacer hijos sirves Daila.- grito con rabia.

Para mi buena o mala suerte no había personas en ese parque.

-Tus hermanos...ay querida, que te puedo decir, les importa más su trabajo que tus estúpidos problemitas. Tus padres...uyy, lo siento, recordé que están muertos.- sonrio. Se acercó a mi amenazante, tomo mi camisa acercándome a ella y susurro con rabia.

-Acéptalo, estás sola, no tienes a nadie, solo das lástima con tu supuesta depresión y tu hijito muerto, por eso Sebastián te dejo, por ridícula.- me aventó. -Mátate.- sin más que decir se dirigió al local que estaba frente al parque donde vi a Sebas pidiendo café.

-Hola amor.- la saludo.

-Holaa- le dio un beso en los labios.

-¿Ya llevaste a Melanie a el parque?- Lu asintió.

-Sii, estaba muy divertida.- rio.

-¿Si estaba muy divertida mi princesa?.- la cargo en el aire jugueteando con ella mientras la bebé reía. Sebas la bajó a la altura de su pecho cargándola con normalidad y la bebé recostó su cabeza en su pecho. -Gracias por esta hermosa familia mi amor.- miro a Lu con una sonrisa y después se besaron, un beso largo.

Mi corazón se partió en mil pedazos, no aguantaba verlo con Lu, ver a su bebé, no aguantaba no ser suficiente.

Ellos no se esconden de la prensa, de las personas, de las redes sociales, ellos no sacrificaron nada. ¿Por que la vida es así de injusta conmigo?.

Llegue a el departamento y mientras temblaba me encerré en el baño y tomé una navaja. Quería acabar con todo, no quería sentir más este dolor, no soportaba haber perdido al amor de mi vida y verlo formar su familia, no soportaba haber perdido a mi bebé, no soportaba sentir que a nadie le importaba, no soportaba vivir.

Corte profundamente mi brazo izquierdo sin importar el dolor, con tal de terminar con todo.

Narra Kevin:

-Dai, Ya llegue!- grite desde la puerta pero nadie me respondió. -¿Dai?- la llame de nuevo al ver que no respondió. -Dai, no me asustes, si tienes ganas de bromear solo dime.- solté una risita. Seguí buscándola hasta que vi el baño cerrado. -Estás en el baño cierto, ¿estás bien?- no respondió. Comencé a alterarme. -Daila, ¿estas bien?- de nuevo no respondió. Rápidamente me alarme y corrí por las llaves de el baño.

Al abrir la puerta me quede inmóvil. Vi a Daila tirada en el suelo el cual estaba lleno de sangre, en su mano derecha sostenía una navaja y en su mano izquierda múltiples cortes y muy profundos.

-D-Daila no, no Daila.- la tome en mis brazos. -Linda, despierta por favor, no puedes irte, no puedes dejarme solo.- comencé a llorar y la llame con la esperanza de que despertara pero no lo hizo.

Manchado de sangre corrí rápidamente por mi teléfono y temblando, como pude, llame a una ambulancia.

Tardaron 5 minutos en llegar y mientras tanto yo amarre las heridas de Daila con un trapo para evitar que se desangrara.

Para cuando la ambulancia llegó; ella ya estaba pálida y algo fría, jure que ya no estaba con nosotros.

Los doctores llegaron y le tomaron los signos vitales.

-Todavía respira, pero vámonos! No sobrevivirá 2 minutos más.- los doctores corrieron y se la llevaron en la ambulancia, donde obviamente fui con ella.

-Daila, despierta.- la sacudía mientras lloraba. La doctora que venía en la parte de atrás conmigo tomó mi mano.

-Vamos a hacer lo posible por regresarte a tu novia.- me aseguró.

No era el momento para corregirla y decirle que no somos novios, solo quería que Daila estuviera bien.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora