🤍 Capitulo 21 🤍

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¿Que me encuentro haciendo ahora? Si, estoy jugando Free Fire con Marcelo.

-BOOYAH!- grite después de matar al último personaje que quedaba.

-Se nota que te obligue a jugar.- se burló Marcelo.

-Lo hiciste, porque no es algo que jugaría por gusto o sola.- hice cara de desagrado.

-Sisi, lo que digas amiguiby.- palmeó mi espalda y yo le saqué la lengua.

-Marcelo, dijo Sebastián que todos los chicos irán a pasear por la playa, ¿no quieres ir?.- llego Tatiana para avisarle a Marcelo.

-Sisi, no me extrañen.- grito mientras salía y cerraba la puerta de la habitación.

-Agh, aveces es muy molesto.- se quejó Tatiana mientras se sentaba al lado mío.

-¿Aveces?- pregunté bromeando y Tati río.

-Bueno, siempre.- ahora reí yo.

Quedamos en un silencio hasta que ella hablo.

-Ser novia de un futbolista es complicado, ¿no?.- preguntó y yo asentí desanimada.

-Lo es. En este momento no se ni si quiera si Sebastián estará para mi graduación.- recargue mi cabeza en mi mano y Tati acaricio mi cabello.

-Te entiendo, linda. Yo soy futbolista y también es pesado, Marcelo y yo podemos convivir pocas veces al año.- yo la mire y ella a mi.

-Ven, Linda y Evelyn estaban esperándonos para cocinar algo y ver una peli o leer un libro.- asentí sonriendo y fuimos con las chicas.

-Hasta que llegan.- se quejó Evelyn y nosotras solo reímos.

-¿Que haremos?- pregunté confundida y Linda me miro.

-Disfrutar que se fueron los chicos.- se encogió de hombros y Tati rio.

-Ya se! Como sería muy aburrido quedarnos aquí ¿que tal si salimos a caminar por las tiendas?- propuso Evelyn y nosotras accedimos.

Nos fuimos a cambiar, me puse un top y unos jeans pegados.
Salimos a caminar, estábamos tranquilas viendo las tiendas cuando cayó la noche, estaba oscuro y ya no sabíamos por donde estábamos, básicamente era de noche, no teníamos celulares, estábamos perdidas y no había nadie por las calles.

-Tiene que haber al menos una maldita persona por aquí.- dije mientras buscaba con la mirada a alguien o alguna tienda abierta.

-Agh, pero te dije que por aquí no pasáramos, Tatiana.- regaño Evelyn a Tatiana y ella la miro mal.

-Esque tú también babosa, ¿como vas a confiar en mi como si viviera aquí en Mazatlán? No conozco ni mi colonia y voy a andar conociendo acá.-

-Aver, cálmense. Buscaremos una forma de salir de aquí.- Linda calmó el ambiente pero yo noté a un grupo de 3 chicos entrando por una cuadra.

-Quédense aquí, me pareció ver personas por allá.- las chicas asintieron y yo corrí hacia el grupo de chicos, ellos se dirigieron a lugares más lejos haciendo que yo perdiera de vista a mis amigas pero aun así alcancé a los chicos.

-Disculpen, ¿me podrían prestar su celular para una llamada? o sino ¿podrían decirme en que parte de la calle estamos?.- los chicos voltearon a verme, tenían muchos tatuajes y una mirada un tanto extraña.

-¿Estas perdida, hermosa?- dijo uno acercándose hacia mi así que yo retrocedí.

-N-no, bueno si pero v-vine con mis amigas.- uno de ellos me acorraló en la pared.

-¿Y que hace una chica tan hermosa aquí sola? Puede haber gente mala por aquí.- dijo tratando de besarme pero yo me aparte.

-¿Que te pasa idiota? Suéltame.- le di una patada y cuando estaba apunto de ser libre de ellos uno me saco una navaja. Me quede paralizada y bastante asustada.

-No irás a ningún lado, hermosa.- dijo el otro para acorralarme de nuevo y comenzaron a quitarme el único dinero que tenía y pertenencias de valor.

-Ya por favor, suéltenme.- estuve apunto de escaparme pero nuevamente me regresaron de la blusa haciendo que se rompiera, en ese momento vi como les dieron un puñetazo a los 3.

-Les dijo que la suelten, imbecil.- Les grito Sebastián mirándolos en el piso, los chicos corrieron y Sebastián se acercó a mi, yo estaba sentada en el piso, no me hicieron nada pero me asuste demasiado.

-Bonita, ¿te hicieron algo?- preguntó Sebastián viéndome asustado, yo negué rápidamente y  Sebastián vio mi blusa. -Esos idiotas ya se fueron, ya no te van a hacer nada y yo estoy aquí.- Sebas me abrazo y yo le devolví el abrazo de inmediato. Duramos así unos minutos hasta que llegaron los chicos.

-Dios, perdónanos por dejarte sola, no tuvimos que dejarte haber ido.- dijo Tatiana llegando a abrazarme.

-¿Que paso?- preguntó Marcelo viendo la escena.

-Habían unos chicos que no le hicieron nada pero tenían una navaja.- explicó Sebastián y Marcelo fue hacía conmigo.

-¿No estás herida?- yo negué. -Vente, vámonos a el hotel para que te distraigas.- Marcelo me levanto y yo me fui caminando con Sebastián.

-Te enfermaras, tu blusa está totalmente rota de el hombro.- explico Sebas mientras veía mi blusa. -Ten, la necesitas mucho.- dijo quitándose su sudadera para dármela. Yo le agradecí y me puse la sudadera.

Llegamos al hotel y todos fuimos a dormir porque ya era tarde.

-Amor, ¿segura que no estás herida?- preguntó Sebastián tomando mi cara entre sus manos para inspeccionarla.

-No, Sebas. Estoy bien.- le sonreí y el pareció creerme.

-Bueno, te creeré. ¿Quieres ver una película o hacer algo?- yo negué.

-Nop, quiero dormirme porque estoy muy cansada.- bostecé y el asintió.
Me recosté en la cama y Sebastian me arropo.

-Buenas noches, mechitas.- le llame por un apodo que le había puesto hace poco.

-Buenas noches mi Ricitos de oro.- yo sonreí por el apodo que el me puso ahora y me acurruqué a su lado hasta quedarnos dormido.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora