¿Que me encuentro haciendo ahora? Si, estoy jugando Free Fire con Marcelo.-BOOYAH!- grite después de matar al último personaje que quedaba.
-Se nota que te obligue a jugar.- se burló Marcelo.
-Lo hiciste, porque no es algo que jugaría por gusto o sola.- hice cara de desagrado.
-Sisi, lo que digas amiguiby.- palmeó mi espalda y yo le saqué la lengua.
-Marcelo, dijo Sebastián que todos los chicos irán a pasear por la playa, ¿no quieres ir?.- llego Tatiana para avisarle a Marcelo.
-Sisi, no me extrañen.- grito mientras salía y cerraba la puerta de la habitación.
-Agh, aveces es muy molesto.- se quejó Tatiana mientras se sentaba al lado mío.
-¿Aveces?- pregunté bromeando y Tati río.
-Bueno, siempre.- ahora reí yo.
Quedamos en un silencio hasta que ella hablo.
-Ser novia de un futbolista es complicado, ¿no?.- preguntó y yo asentí desanimada.
-Lo es. En este momento no se ni si quiera si Sebastián estará para mi graduación.- recargue mi cabeza en mi mano y Tati acaricio mi cabello.
-Te entiendo, linda. Yo soy futbolista y también es pesado, Marcelo y yo podemos convivir pocas veces al año.- yo la mire y ella a mi.
-Ven, Linda y Evelyn estaban esperándonos para cocinar algo y ver una peli o leer un libro.- asentí sonriendo y fuimos con las chicas.
-Hasta que llegan.- se quejó Evelyn y nosotras solo reímos.
-¿Que haremos?- pregunté confundida y Linda me miro.
-Disfrutar que se fueron los chicos.- se encogió de hombros y Tati rio.
-Ya se! Como sería muy aburrido quedarnos aquí ¿que tal si salimos a caminar por las tiendas?- propuso Evelyn y nosotras accedimos.
Nos fuimos a cambiar, me puse un top y unos jeans pegados.
Salimos a caminar, estábamos tranquilas viendo las tiendas cuando cayó la noche, estaba oscuro y ya no sabíamos por donde estábamos, básicamente era de noche, no teníamos celulares, estábamos perdidas y no había nadie por las calles.-Tiene que haber al menos una maldita persona por aquí.- dije mientras buscaba con la mirada a alguien o alguna tienda abierta.
-Agh, pero te dije que por aquí no pasáramos, Tatiana.- regaño Evelyn a Tatiana y ella la miro mal.
-Esque tú también babosa, ¿como vas a confiar en mi como si viviera aquí en Mazatlán? No conozco ni mi colonia y voy a andar conociendo acá.-
-Aver, cálmense. Buscaremos una forma de salir de aquí.- Linda calmó el ambiente pero yo noté a un grupo de 3 chicos entrando por una cuadra.
-Quédense aquí, me pareció ver personas por allá.- las chicas asintieron y yo corrí hacia el grupo de chicos, ellos se dirigieron a lugares más lejos haciendo que yo perdiera de vista a mis amigas pero aun así alcancé a los chicos.
-Disculpen, ¿me podrían prestar su celular para una llamada? o sino ¿podrían decirme en que parte de la calle estamos?.- los chicos voltearon a verme, tenían muchos tatuajes y una mirada un tanto extraña.
-¿Estas perdida, hermosa?- dijo uno acercándose hacia mi así que yo retrocedí.
-N-no, bueno si pero v-vine con mis amigas.- uno de ellos me acorraló en la pared.
-¿Y que hace una chica tan hermosa aquí sola? Puede haber gente mala por aquí.- dijo tratando de besarme pero yo me aparte.
-¿Que te pasa idiota? Suéltame.- le di una patada y cuando estaba apunto de ser libre de ellos uno me saco una navaja. Me quede paralizada y bastante asustada.
-No irás a ningún lado, hermosa.- dijo el otro para acorralarme de nuevo y comenzaron a quitarme el único dinero que tenía y pertenencias de valor.
-Ya por favor, suéltenme.- estuve apunto de escaparme pero nuevamente me regresaron de la blusa haciendo que se rompiera, en ese momento vi como les dieron un puñetazo a los 3.
-Les dijo que la suelten, imbecil.- Les grito Sebastián mirándolos en el piso, los chicos corrieron y Sebastián se acercó a mi, yo estaba sentada en el piso, no me hicieron nada pero me asuste demasiado.
-Bonita, ¿te hicieron algo?- preguntó Sebastián viéndome asustado, yo negué rápidamente y Sebastián vio mi blusa. -Esos idiotas ya se fueron, ya no te van a hacer nada y yo estoy aquí.- Sebas me abrazo y yo le devolví el abrazo de inmediato. Duramos así unos minutos hasta que llegaron los chicos.
-Dios, perdónanos por dejarte sola, no tuvimos que dejarte haber ido.- dijo Tatiana llegando a abrazarme.
-¿Que paso?- preguntó Marcelo viendo la escena.
-Habían unos chicos que no le hicieron nada pero tenían una navaja.- explicó Sebastián y Marcelo fue hacía conmigo.
-¿No estás herida?- yo negué. -Vente, vámonos a el hotel para que te distraigas.- Marcelo me levanto y yo me fui caminando con Sebastián.
-Te enfermaras, tu blusa está totalmente rota de el hombro.- explico Sebas mientras veía mi blusa. -Ten, la necesitas mucho.- dijo quitándose su sudadera para dármela. Yo le agradecí y me puse la sudadera.
Llegamos al hotel y todos fuimos a dormir porque ya era tarde.
-Amor, ¿segura que no estás herida?- preguntó Sebastián tomando mi cara entre sus manos para inspeccionarla.
-No, Sebas. Estoy bien.- le sonreí y el pareció creerme.
-Bueno, te creeré. ¿Quieres ver una película o hacer algo?- yo negué.
-Nop, quiero dormirme porque estoy muy cansada.- bostecé y el asintió.
Me recosté en la cama y Sebastian me arropo.-Buenas noches, mechitas.- le llame por un apodo que le había puesto hace poco.
-Buenas noches mi Ricitos de oro.- yo sonreí por el apodo que el me puso ahora y me acurruqué a su lado hasta quedarnos dormido.
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo