🤍 Capitulo 29 🤍

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-¿ESTUVO EN EL HOSPITAL?- me pare casi gritando.

-Me pidió no decirle nada a nadie sobre esto.- me explicó, pero yo seguía preocupado y enojado con Marcelo por no decirme nada.

-Dime ahora que fue lo qué pasó!- le exigí y Marcelo asintió.

-Te explicare solo si te sientas y te tranquilizas.- me senté de nuevo en la banquita de los vestidores.

-Daila si estuvo en el hospital y fue por exceso de drogas.- suspiró. -Su cuerpo no aguantaba más, se drogaba incluso 6 veces al día para desahogarse y olvidarse de todo pero nadie lo notó. No fue hasta que Diego presenció como en el cine Daila se desmayó, la llevaron al hospital, parte de sus pulmones se dañaron por el cigarro ya que también fumaba a escondidas y como Diego tenía que ir a Europa, Daila se fue a Mexico con Kevin. Allá toma sus terapias, estudios, medicamentos, partidos de basketball y todo eso.- no podía creerlo, ¿desde cuando Daila se estará drogando?.

-No se que decir.- negué mientras tomaba mis cosas para empezar con el entrenamiento.

-Ella esta bien, por fin se está sintiendo amada.- esas palabras fueron como apuñaladas para el corazón, ¿Daila no se sintió amada cuando estaba conmigo?. Yo solo asentí, me iba a ir pero Marcelo me detuvo por tercera vez.

-Espera, harán una fiesta por la noche ¿quieres ir? Irán las chicas también.- Irán todos, pero no Daila, mi Daila.

-Como sea, ahí estaré.- susurre y me fui a entrenar.

Narra Daila:

Ya tengo 4 meses en la casa de Kevin. Todo es mucho más fácil, como el lo dijo me lleve bien con las chicas, normalmente todas acompañan a sus esposos o novios para los partidos de visitante y yo también lo hago con Kevin, en cada partido lo apoyo desde los palcos o gradas y eso a él le gusta.

-Daiii.- me llamo Kevin mientras entraba a mi habitación.

-¿Si?-

-No quiero sonar alterado.- respiró hondo pareciendo tranquilo. -PERO NOS ADELANTARON EL VUELO.- gritó esto último y yo abrí los ojos como plato.

-¿En serio?- pregunté y el asintió. -Vámonos entonces.- tome mis maletas las cuales ya estaban hechas porque me gustaba tener todo antes de tiempo.

Llegamos al aeropuerto casi corriendo, ahí ya nos esperaba la gente del club, subimos al avión y nos fuimos rumbo a Monterrey.

Al llegar el ambiente de Monterrey seguía sintiéndolo triste, y no por la gente de ahí sino por los recuerdos que tengo de ese lugar. Suspire y entré al hotel donde nos hospedaríamos.

-Puedo comprarte un vuelo a Mexico en este momento. ¿Segura que quieres quedarte?- yo asentí.

-Claro que quiero hacerlo, las personas de aquí son solo mi pasado así que pudo hacerlo.- Kevin accedió no tan convencido. Entramos a las habitaciones del hotel, cada quien tenía una sola habitación así que me parecía bien, tenía mi espacio y eso me gusta.

Los entrenamientos comenzaban pronto y como todavía no comenzaba el partido me puse algo casual, no me maquille, me puse un short de licra blanco al igual que un top del mismo color, me puse una sudadera holgada y agarré mi cabello con una pinza para el pelo.

Salí de mi habitación y ahí estaba Kevin.

-Hola Kev.- salude pero no recibí respuesta alguna. -¿Kev?- lo llame de nuevo pero el seguía sorprendido, tipo shockeado. -¿Pasa algo?- pregunté confundida.

-Nada, solo que- se quedó en silencio. -¿Saldrás así?- me señaló y yo me miré de arriba a abajo.

-Ay no, ¿se ve mal?- pregunté preocupada pero el negó rápidamente.

-No, no es eso.- habló rápidamente. -Esque me gusta que seas así, que recuperes confianza de ti misma y- se quedó en silencio admirándome. -Me encanta tu carita sin maquillar.- me sonrió y yo me sonroje.

-¿En serio?- el asintió.

-Maquillada también te ves hermosa, pero me gustas mas cuando eres tú.- ¿había oído mal o Kevin dijo que le gustó? Me sonroje aun mas y le regale una sonrisa.

-Vamos a los entrenamientos Kev.- cambié el tema mientras reía, enrede nuestros brazos y fuimos directo a los entrenamientos. Una vez ahí me senté en las gradas mientras el entrenaba.

-Daila!- saludó Linda mientras se sentaba al lado mío.

-Hola Linda.- le sonreí y ella hizo lo mismo.

-Oye.- suspiró. -Me ejerce sobre lo tuyo con Sebas, lo siento mucho.- Sebas, de nuevo su nombre se hacía presente en mi vida, no podía evitar dejar de sentir esas mariposas o emociones inexplicables cuando escuchaba su nombre y esque ¿cómo hacerlo? Si sigo rotundamente enamorada de él.

-¿Daila?- Linda me llamo de nuevo, sacándome de mi trance,

-Ah si, ¿que pasa?- la mire de nuevo.

-Te decía que si necesitas algo Jorge y yo estamos para escucharte.- yo asentí. ¿Cuantas veces no he escuchado esto? Cuando descubrieron mis problemas con la comida, mis autolesiones, que era una estupida drogadicta, cuando termine con Samuel, me mudé, me sentía sola y ahora cuando termine con Sebastián también, pero nunca hablo con nadie al final de cuentas.

-Ah, si, muchas gracias Lind.- le sonreí y ella hizo lo mismo.

-¿Sabes?, desde que Sebastián salió del America me sorprende que Jorge y el sigan siendo amigos, ¿si tú te mudaras seguirías siendo amiga de tus viejos amigos?- rápidamente recordé a mis amigos, esos amigos que dejé en Monterrey, deje a Tati, Marcelo, Juan y a Ali. ¿Como iba a cortar lazos con ellos por una decisión que yo tomé por cobarde? Aunque con Marcelo y Ali llamo o chateo de vez en cuando no es lo mismo, aveces los dejo en visto, le cuelgo aunque esté desocupada porque simplemente no me siento cómoda con todo lo relacionado a Monterrey pero nunca se lo he dicho a Kevin porque se que a él le hace ilusión que lo acompañe y más cuando son partidos importantes.

-No, yo creo que el pasado se queda atrás y tienes que rehacer tu vida.- comencé a temblar, Dios pensé que esta sensación se había ido para siempre. -Voy al baño.- rápidamente me pare y me dirigí al baño para mojarme la cara, eso me tranquilizo un poco pero no por completo.

Comencé a llorar de la desesperación. Kevin me había tirado todo tipo de sustancias que fueran dañinas, me quito el cigarro, las pastillas, los medicamentos que no necesitaba y las jeringas.

No podía calmarme, llevaba 10 minutos así y por suerte como casi no hay chicas en los entrenamientos solo estaba yo ahí.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora