🤍 Capitulo 63 🤍

87 8 7
                                    


Llego el día de la boda de Diego. Ya tengo 4 meses de embarazo así que el vientre se me nota más, para explicarme más; ya se nota que estoy embarazada. Kevin ha sido más papá que Sebastián en el proceso de mi embarazo. Le habla al bebé, le platica muchas cosas y las aventuras que hemos tenido el y yo juntos, también me acompaña a las ecografías y de hecho me acompañará a la ecografía para saber el género de el bebé.

-No se si el vestido que Blanca me dio sea adecuado.- hice una mueca mientras me veía al espejo. El vestido es rosa claro, es pegado y me llega arriba de la rodilla, obviamente por lo pegado se me nota el vientre.

-Te ves espectacular, claro que es el adecuado. ¿Que es lo que no te agrada?- baje mi vista a mi vientre el cual ya no era tan pequeño. -¿No te sientes lista para mostrar tu embarazo?- me encogí de hombros.

-No lo sé, pero creo que lo ideal es simplemente mostrarlo sin importar lo que digan.- Kevin sonrio.

-Si te sientes cómoda al actuar así solo hazlo- se encogió de hombros. -Sino quieres responder quien es el papá o porque no están juntos solamente no respondas. De todas formas estaré en todo momento contigo.- le sonreí.

-Muchas gracias Kevin.- lo abrace por el cuello y el me abrazo por la cintura. -A todo esto- me separe de el abrazo. -¿Por que no invitaste a Nailea?-

-Terminamos hace unos meses.- hice una cara de sorpresa.

-Oh, lo siento mucho.-

-No pasa nada, estoy mejor sin ella.- sonrio e imite el gesto.

Después de unas horas llegamos a la iglesia donde me percaté de que no estaba Sebas y espero así sea el resto de el día. Después de la ceremonia nos dirigimos al salón de fiestas.

Estaba sentada en la mesa mientras Kevin platicaba con sus amigos cerca de aquí, al parecer se tomó en serio lo de no dejarme sola.

-Dai!- gritó Marcelo al verme.

-Holaa- lo salude con un beso en la mejilla.

-¿Como va tu embarazo? ¿Como te sientes?- hice una mueca.

-Es bonito, pero los síntomas son pésimos.- Marcelo rio.

-Ahh pero querías una criatura.- yo reí tras su comentario. -Hola bebé.- acaricio mi vientre y se acercó un poco. -Yo soy el tío Chelo. Cuando nazcas yo te voy a enseñar a jugar fútbol.- pareció recordar algo. -Aunque bueno creo que no seré el único, casi todos tus conocidos son futbolistas profesionales.- se separó de mi vientre. -Quien pudiera ser el o ella- hizo una mueca. -Su mamá es actriz, su papá es futbolista y todos sus tíos también.- yo reí.

-Esta bendecido.- Marcelo asintió. En ese momento llegó Tati.

-Hola Dai.- me saludó con un beso en la mejilla. -Aww, ya se te ve la pancita.- la acaricio. -¿Todavía no sabes el género?- yo negué. Tati se acercó y susurró. -Ojalá seas una niña para peinarte y ponerte vestiditos.- Marcelo la empujo levemente.

-No, no, va a ser un niño.- se cruzó de brazos.

-A mi me da igual el género, solo que venga con salud.- intervine en su discusión.

-Bueno, tienes razón.- dijo Tati y los 3 reímos. Es raro porque al estar con personas que me hacen sentir cómoda es como si todos mis problemas desaparecieran, ojalá estén siempre conmigo.

Duramos un rato platicando hasta que me percaté de que Sebastián ya tenía rato en la fiesta.

Cuando lo vi mi corazón comenzó a palpitar con rapidez, no podía sacarme de la cabeza la escena de el metiéndose con Lu, de ellos dos besándose y de su próximo bebé.

-No lo veas.- me susurro al oído Kevin y recargo mi cabeza en su hombro. -Aqui estoy, tranquila.- comencé a inhalar y exhalar para que mi corazón se tranquilizara y así fue. Gracias al cielo que mis amigos que estaban en la mesa no escucharon por el ruido de la música.

Después de unos minutos ya estaba mejor y comencé a platicar con Kevin y mis amigos en la mesa los cuales compartía con Jana, Edgar, Ali, Kevin, Marcelo y Tatiana.

-¿Podemos ir a tomar aire?- le pregunte a Kevin refiriéndome a salir al patio.

-Claro.- se paro. -Chicos, iremos a tomar aire, regresamos en un rato.- me tomo de la mano y nos dirigimos al patio. Una vez ahí mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. No puedo estar cerca de Sebastián, ni si quiera la terapia me ayuda.

-Todo está bien, aquí estoy yo.- Kevin me abrazo y yo comencé a sollozar.

-Ya no quiero que me afecte, pero aun lo amo.- confesé entre sollozos.

Después de un rato de nuevo pude tranquilizarme. Pasaron unos 20 minutos cuando sentí que alguien tocó mi hombro.

-Daila, ¿ya estás lista para hablar?- al escuchar su voz mi corazón de nuevo se aceleró. Me di la vuelta e hice contacto visual con el, sus ojos color café tan lindos, sus pecas que resaltaban en la oscuridad, su pelo rubio, todo de el me gustaba, todavía estaba enamorada de él.

-¿Lo harás?- Kevin me miro preocupado y Sebas lo miro mal.

-Si, ve a la mesa, en un rato voy.- Kevin asintió y se fue. Los ojos de Sebas brillaron al escuchar mi respuesta. -Bien, ¿de que quieres hablar?- me cruce de brazos.

-Quería disculparme, perdóname, perdóname Daila, dame otra oportunidad, estaba borracho y me arrepiento muchísimo de la estupidez que hice ese día.- su voz comenzó a cortarse.

Narra Sebas:

Daila al escuchar mis palabras solo me miro.

-Te perdono, pero no te doy otra oportunidad.- mi corazón se quebró en ese momento.

-Te amo Daila, déjame reparar mi error.- Daila nego.

-Estoy pasando cosas difíciles. Mi psicóloga dijo que no es recomendable mantener una relación ahora.- pareció recordar algo. -De hecho se supone que debería de tener contacto cero contigo.- sentí un nudo en mi garganta al oír sus palabras. Le estoy haciendo daño.

-¿Que cosas estás pasando? ¿Puedo ayudarte en algo?- ella suspiro.

-Son tantas cosas Sebas. Tengo ansiedad, anemia, depresión, amenaza de aborto, mi madre acaba de fallecer y sigue doliéndome lo que me hiciste. La única forma en la que puedes ayudarme es dejándome tranquila.- suspire con pesadez y comencé a derramar lágrimas. Todo lo que está pasando....¿es por mi culpa?.

-Lo siento por todo.- agache la cabeza. -¿Puedo...estar con el bebé, saber de el?-

-Claro, ¿Quieres saber algo de el bebé en específico?- sonrei al escuchar que no se negó.

-¿Ya sabes el género?- ella nego.

-Aun no, lo sabré en la siguiente cita con mi ginecóloga.- sonreí al escuchar eso.

-¿Puedo acompañarte a las citas de hoy en adelante?- Daila asintió.

-Claro Sebas.- sonrió levemente. -Bueno, me tengo que ir. Kevin debe de estar esperándome.- nos despedimos y se fue hacia su mesa. Ya podré dormir tranquilo, no conseguí su amor de nuevo pero si a mi bebé.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora