Llegamos a la cafetería, no se quien va a la cafetería a las 3 pm pero bueno, tengo amigos que les falla.-Como te decía, ya soy heroico en free Fire.- yo reí. Marcelo siempre me contaba sobre sus videojuegos, aunque dice que Free Fire es para niños cada que tiene ratos libres lo juega y me presume sus victorias.
-Lo bueno que ese juego es para niños.- le hice recordar sarcásticamente, pues es lo que el siempre dice.
-Oye! Ya no pienso lo mismo.- fingió indignación y yo reí de nuevo.
-Mejor jueguen Roblox.- hablo Sebastian entrando a la conversación y yo no paraba de reír.
-Marcelo también juega Roblox.- lo delate y todos rieron.
-De que hablas, yo no juego eso.- fingió no saber hasta que Tati volvió a delatarlo.
-Uyy si, si ayer hasta robux compraste.- todos nos reíamos de Marcelo y el nos miraba indignado.
-Bueno, si juego ¿y que?- el rio y en ese rato llegó nuestro café.
Estábamos hablando de cualquier cosa cuando recibí una llamada, así que salí de la cafetería para contestarla.
-Hola?-
-Daila, ven rapidísimo a Ciudad de México.- Era Diego, parecía asustado, preocupado y en shock así que me confundí demasiado.
-¿A donde? ¿Que paso?- el tenía la voz entrecortada.
-Es nuestro papá, Daila. Tuvo un accidente automovilístico.- mi cara cambió por completo, a una seria.
-No pienso ir a Ciudad de México por ese maldito enfermo.- después de lo que me hizo si por mi fuera que se muera, al fin y al cabo ni mi papá es.
-Dail- Diego iba a hablar pero lo interrumpí.
-No ire, Diego.-
-Pero Da- de nuevo lo interrumpí.
-Que no iré!- le grite, harta de que siguiera insistiendo.
-Daila, escúchame!.- me grito el también y yo me quede en silencio para escucharlo. -No me refiero a nuestro padrastro, al hombre que te hizo eso.- se quedó en silencio. -Me refiero a nuestro padre biológico.- abrí los ojos como plato. No puede ser mi papá, es imposible que le haya pasado algo malo a él.
Rápidamente colgué, corrí dentro de la cafetería por mi bolsa, ni si quiera les explique a los chicos, solo tome mi bolsa rápidamente y corrí a la calle, hasta que sentí que alguien me tomo del brazo.
-Ey ¿que pasó?- me preguntó Sebastián preocupado y yo con la respiración agitada, los ojos cristalizados y una punzada en el pecho, hablé.
-Mi papá, mi papá tuvo un accidente.- Sebastian se quedó confundido, yo también lo hubiera estado si estuviera en su lugar, no he hablado de mi padre biológico con nadie.
-No es mi "padre" el que tú piensas, es mi padre biológico.- Sebastian abrió los ojos confundido.
-¿A donde iras?-
-A Ciudad de México.- Sebastian me tomo de la mano y corrió por su auto que estaba cerca de la cafetería. Me llevo rapidísimo al aeropuerto mientras yo compraba los boletos de avión en el camino. Ni si quiera lleve equipaje, solo mi bolso que tenía maquillaje, mi celular, $500 y mi cargador.
Subí al avión rumbo a Ciudad de México, las 2 horas que tardo el vuelo se me hicieron eternas pero llegué a tiempo, corrí al hospital que Diego siempre paga cuando hay una emergencia así que al llegar efectivamente estaba Diego y Mauro ahí.
-Daila.- Diego corrió a abrazarme mientras lloraba y yo trataba de contener mis lagrimas. Nos separamos del abrazo y me acerque a Mauro quien también me abrazo. Por la gran diferencia de estatura yo estaba a la altura de su pecho. Es nuevo para mi porque nunca fui cercana con Mauro, desde que tengo memoria el siempre se la vivía fuera de casa y cuando tuve consciencia donde me importaba convivir con mis hermanos, Mauro ya tenía relaciones serias y no convivíamos tanto, este abrazo es algo nuevo para mi y no sabia que lo necesitaba tanto.
-Debes dejar de guardarte todo siempre, está bien llorar frente a alguien, soy tu hermano.- Esas palabras se sintieron como un curita para el corazón, lo mire a los ojos y me solté a llorar mientras el frotaba lentamente mi espalda con su mano en forma de consuelo, Diego nos dio nuestro espacio y se sentó en uno de los sillones en la sala de espera.
-Tengo miedo que algo le pase a mi papá, Mau. Fue la única persona que me hizo sentir el amor de un padre, el amor que mi mamá nunca me supo dar.- dije mientras sollozaba.
-Daila, verás que papá estará bien y cuando despierte estará muy feliz de verte, hace años que no lo hacía.- yo me separé del abrazo y lo miré limpiándome las lágrimas.
-Lo extraño mucho, quiero verlo al menos una vez de nuevo.- Mauro asintió.
-Lo veras, en un rato nos dejaran pasar.- yo asentí y me senté en el sillón junto a Diego recargando mi cabeza en su hombro.
-Todo estará bien.- me susurró y yo asentí.
-Eso espero.- Mauro se sentó junto a mi y nos quedamos por primera vez los tres juntos, apoyándonos y dándonos palabras de aliento. Es la primera vez en todas nuestras vidas que hemos convivido de esa manera, solo los tres, aunque ahora estamos conviviendo por un tema desagradable disfruto de la compañía de mis hermanos, mis compañeros de vida.
Esperamos un buen rato respuestas de los doctores, hasta que después de unas horas salió un doctor.
-Ustedes son la familia Lainez, ¿cierto?- nosotros asentimos. -Lamentó decirles que...
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo