🤍 Capitulo 39 🤍

85 6 2
                                    


Me dirigí a casa, ya era tarde y tenía que darle una pastilla a mi padre en estas horas.

-Ya llegue, pa.- no recibí respuesta así que me dirigí hacia la sala y ahí estaba. Se encontraba dormido en el sofá así que le di una sonrisa de lado mientras lo veía dormir, pero fui interrumpida por el sonido de el teléfono de la casa.

-¿Hola?- salude.

-Daila, ¿mi padre esta bien? ¿Ya le diste su pastilla?- habló Diego de el otro lado de la línea,

Suspire. - Claro, el esta bien.- le afirme

-Acabo de ver tus llamadas perdidas, pensé que necesitabas ayuda con mi padre o estaba mal.- dijo preocupado.

-No es eso, lo que pasa es que quería saber como estab- fui interrumpida por Diego.

-Daila, lo siento pero no tengo tiempo de hablar contigo, llamaba solo para saber como estaba papá. Ahora que se que esta bien no puedo perder tiempo, cuidate.- Sin dejarme responderle, colgó.

Suspire de nuevo, deje el teléfono en la mesa y desperté a mi padre para que fuera a su cama. El se fue a dormir y yo igual, que por cierto duermo en el sofá.

Me quede pensativa mientras miraba al techo, después los ojos se me llenaron de lagrimas mientras sobrepensaba.

¿Realmente nadie tiene tiempo para mi? Tampoco Sebastian, Marcelo, Ali, Tatiana y los demás lo tenían.

Pero.. ¿por que estoy llorando? ¿No quería que mi hermano cumpliera sus sueños? El siempre quiso jugar en Europa y no le arrebataría eso, así que me di la vuelta en el sofá e intenté dormir.

Narra Sebastián:

-Que gusto volver a verte, Sebas.- saludó Jorge y Sebastián le dio un sonrisa de lado.

-Igual es un gusto volverlos a ver.- pase a saludar a los demás para después llegar a sentarme en una banca.

-No querías venir, ¿cierto?- preguntó Zendejas y yo asentí.

-No es que no me guste el equipo, de hecho acepte venir aquí, solo estoy algo decepcionado de mi.- Zendejas negó.

-Eres un futbolista grandioso, cuando vean que recuperaste tu nivel regresarás a Tigres.- yo le sonreí y seguimos platicando de otras cosas.

Terminando los entrenamientos llame a Daila para saber como estaba, obviamente también para vernos y entregarle un regalo.

-Holaa-

-Sebas, ¿como estas?- pegunto Daila felizmente.

-Bien, ¿y tu?- pregunte devuelta.

-Me alegro, yo estoy bien.-

-Igual me alegro.- quedamos en silencio. -Oye Dai.-

-¿Si?-

-¿Tienes tiempo para ir al parque?.- pregunte y ella dio un "mjm" tranquilo de respuesta. -Bien, entonces paso por ti en 1 hora.-

-Claro, Sebas. Te espero.-

-Bye, te amo.- me despedí y ella soltó una leve risita nerviosa.

-Yo también te amo.- colgamos y comencé a arreglarme para pasar por ella.

Narra Daila:

Sebastián me invitó al parque así que comencé a arreglarme. Me puse algo sencillo ya que hacía mucho frío; me puse unos pantalones de mezclilla un poco flojos, una sudadera blanca con estrellas negras, unos tenis Converse negros y me ate el pelo en una coleta abajo dejando dos mechones al costado de mi cara.

No quise maquillarme ya que cuando hacía frío realmente no me gustaba maquillarme, por alguna extraña razón me daba más frío, así que me considere lista y espere a Sebas en la sala. Pasaron 10 minutos cuando escuché el timbre, me dirigí a abrir.

-Sebas, te extrañe.- me lance a abrazarlo y el correspondió a mi abrazo.

-Tambien te extrañe, corazón.- yo le sonreí, separándome del abrazo. -Te ves preciosa sin maquillaje.- rei nerviosa. -No quise decir que con maquillaje no, con maquillaje también te ves preciosa porque eres preciosa, ¿me entiendes?- rei por lo nervioso que estaba.

-Ya vamonos.- rei mientras lo dirigía hacia su auto. Entramos y fuimos al parque.

Cuando llegamos me sorprendí ya que no era un parque, era el edificio de su departamento donde se estaba hospedando, yo me quedé confundida.

-Wow, que lindo parque.- dije sarcástica y Sebas río.

-Confía en mi, te va a gustar.- yo me encogí de hombros, el me tomo de la mano y me dirigió al tejado, dejándome aún más confundida.

Cuando llegamos arriba se podía apreciar toda la Ciudad de México, después me percaté de que también había una mini cama hecha por una alfombra, varias cobijas y almohadas, acompañado de velas alrededor y un poco de fruta en medio, en efecto era un picnic nocturno, en el techo de un edificio.

Me pareció creativo así que sonreí de oreja a oreja.

-Sebas, esto es hermoso.-

-Quería que fuera especial.- me regreso la sonrisa, nos dirigimos a la "cama" y nos recostamos. Nos quedamos unos minutos en silencio cuando de repente el rompió el hielo.

-No puedo creer que anteriormente me hayas dado la oportunidad de ser tu novio.- yo rei nerviosa.

-Eres un chico genial, ¿quien no quisiera ser tu novia?.- el sonrió como niño pequeño.

-¿Tu quisieras?- bromeé haciendo como que pensaba.

-Quizás, si me regalas a Taylor Swift.- el río.

-Te regalo la Luna si quieres.- dijo para después mirarme, los dos estábamos acostados a tan solo unos centímetros mientras hacíamos contacto visual.

Nos acercamos poco a poco, al punto de escuchar nuestras respiraciones cuando Sebas se sentó de golpe, dejándome confundida.

-Tengo algo para ti.- me senté a su lado.

-Me gustan las sorpresas, ¿que es?- se paró dirigiéndose a un par de cajas, atrás de ellas había un ramo gigante de flores, junto a ellas un tarjetón. Sebas me lo entregó, parecía nervioso. Abrí la carta y comencé a leerla.

Okay, quizás soy un poco cobarde al no decírtelo frente a frente pero esque me cuesta trabajo, más si se trata de ti. Contigo he experimentado sentimientos que nunca he sentido con alguien, estoy completamente enamorado de ti, eres mi gran princesa, mi gran amor. El motivo de esta carta no es solo para recordarte cuando te amo sino para otros asuntos más. Se que te gustan mucho las flores, por eso quise darte este regalo, también se que siempre quisiste que alguien se te declarara de esta forma así que quiero ser el primero y único en hacerlo. Como tú nombre lo dice, Daila, eres tan hermosa como una flor y como tu segundo nombre lo dice, Dagmar eres brillante. Ese es el significado de tus nombres (muy lindos, por cierto) así que hoy quise preguntarte ¿Quieres ser la más hermosa y brillante Daila de mi jardín?, Dai ¿Puedo ser tu novio?

De: Sebastián.
Para: Dai

Al borde de las lágrimas, mire a Sebas, quien estaba jugando con sus manos nervioso.

-Sino quieres aceptar, realmente no pasa nad- lo interrumpí con un beso, el cual el me siguió.

-Si quiero ser tu novia, pequitas.- el sonrío y me dio un fuerte abrazo. Nos quedamos en ese picnic un buen rato hasta que era la madrugada. Sebas me llevo a mi casa y el se fue a la suya.

Sin duda fue el mejor día de mi vida. Investigó el significado de mis 2 nombres solo para esta declaración.




(Actualizado)

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora