🤍 Capitulo 61 🤍

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Paso 1 semana desde mi ruptura con Sebas, mi vientre se notaba cada vez más así que tuve que confesárselo a el equipo de producción de la película.

-Alejandra, quiero...hablar contigo.- ella asintió.

-Claro Dai, dime. ¿Ya te sientes mejor?- pregunto amable y yo negué.

-No se trata sobre eso, lo que pasa es que- la mire mientras jugaba con mis manos. -Estoy embarazada.- de inmediato la sonrisa de Alejandra se desvaneció.

-Sabes...sabes cómo afecta esto tu carrera, ¿no?- asentí con la cabeza agachada. -Con toda la pena de el mundo- Alejandra suspiro. -Puedes pasar a retirar tus cosas de tu camerino.- me dirigí por mis cosas a mi camerino. Mientras las guardaba comencé a llorar. ¿Tengo que sacrificar mi carrera cuando Sebastián esta feliz y tranquilo en la carrera que ama? Eso es injusto.

Tome mis cosas y me fui de ahí.

Solo dure 3 días en casa de Diego y Blanca, actualmente estoy en mi antiguo departamento.

Llegue a mi departamento y me tire en mi cama para cancelar las cosas de la boda.

Cada cosa que cancelaba me dolía aún más. No asimilaba aún. Hoy debería de estar nerviosa por mi boda y no estar en mi antiguo departamento, tirada en la cama y sin el papel que tanto me costo conseguir.

Una vez que termine de cancelar todo me senté en la cama haciendo que mi vientre se notara más.

-Vamos a salir adelante juntos bebé.- acaricie mi vientre con ternura.

(...)

-¿Como estas?- pregunto Kevin mientras entraba a mi departamento. Me visitaba todos los días, me traía comida y me acompañaba para saber que estuviera bien.

-Mejor que antes, supongo.- me encogí de hombros.

-Daila, tienes que dejarte ayudar, por ti y por tu bebé.- mire mi vientre el cual estaba tapando con una sudadera. No se notaba mucho pero igual me gustaba solo verlo yo.

-No se que hacer Kevin.- lo mire asustada. -No creo que pueda hacer esto sola, necesito a Sebastián.- Kevin me abrazo.

-No, no lo necesitas y no lo harás sola, estaré yo cuidando de ti y de el bebé.- frotó mi espalda en forma de apoyo.

Nos sentamos en el sofá mientras yo recargaba mi cabeza en su hombro.

-¿Que te ha dicho la psicóloga?- me pregunto mientras acariciaba mi cabello.

-Me dio antidepresivos y pastillas para la ansiedad, solo no debo tomarlos tan seguido como antes de estar embarazada.-

-¿Y los doctores que te han dicho sobre tus mareos?- pregunto preocupado.

-Me hicieron estudios y tengo anemia, me dieron una dieta para eso.- Kevin me miro preocupado.

-¿Tienes anemia? ¿Por que no me lo dijiste?- yo me encogí de hombros.

-No importa.- Volvi a recostarme en su hombro.

-Si importa. Estas cansada todo el tiempo, no comes, no duermes y ya tienes amenaza de aborto.- me "regaño".

-Trató de estar mejor Kevin, si lo intento.- susurre por lo débil que me sentía.

-Se que lo intentas Dai, lo sé.- me dio un beso en la cabeza y se quedó en mi departamento acompañándome.

Narra Sebas:

Estos días sin Daila han sido terribles. Hace unos días quise ir a verla a su departamento varias veces pero me cierra la puerta en cuanto me ve.

Lo poco que la he visto la he notado pálida, con ojeras y muy cansada. Supongo que es el embarazo y la mal temporada que la estoy haciendo pasar.

Por otro lado; he acompañado a Lu a sus ecografías, ya escuché el corazón de mi bebé y sentí muchos sentimientos encontrados. Me gustaría también acompañar a Daila algún día.

Lu ha insistido en volver pero me he negado. Sigo amando a Daila, sigo buscando otra oportunidad con ella pero no quiere ni si quiera verme.

La boda de Diego se acerca y espero poder hablar con ella.

Narra Daila:

Estaba terminando de vomitar cuando me llego una llamada de el hospital Monterrey.

-¿Hola?-

-¿Con la señorita Lainez?- hablo la voz de un chico.

-Claro, ¿que pasa?-

-Buenas tardes señorita. Le llamamos de el hospital Monterrey para darle la la entablé noticia de que su madre tiene cancer terminal que nunca le detectaron. Tiene aproximadamente 2 días de vida.- mi cara en ese momento no tiene explicación. Si, ella me odia pero yo no a ella, es mi mamá al final de todo.

-Voy de inmediato, gracias por avisarme.- colgué la llamada y me dirigí al hospital. Al llegar me encontré con un médico de aproximadamente 29 años.

-Señorita Lainez, déjeme guiarla a la habitación donde se encuentra su madre.- yo asentí y el me llevo a una habitación. Le agradecí al doctor y entre.

-Mamá...- susurre al verla en esa cama tan débil y pálida.

-Daila.- mi madre comenzó a llorar. -Perdóname, perdóname hija, perdóname.- se disculpo múltiples veces y yo me puse de rodillas frente a la cama.

-Tranquila mamá.- acaricie su mano y ella la tomo con fuerza.

-Te quiero decir lo que nunca te he dicho- tomo mi mano con sus dos manos. -Te amo hija, estoy orgullosa de ti, muy orgullosa. Eres mi princesita, siempre lo haz sido solo no sabía como tratarte, nunca tuve el amor de mis padres.- mi madre comenzó a llorar y mis ojos también empezaron a acumular lágrimas.

-Mamá, te perdono.- le dedique una sonrisa y ella me devolvió el gesto.

-Te amo Daila.- me dio un beso en la mejilla y después me abrazo. Comencé a llorar al sentir su cariño, se sentía mejor viniendo de mi madre.

-También te amo mamá.- ella acariciaba mi pelo mientras yo estaba recargada en su pecho.

-Mamá.- la llame.

-¿Si?-

-¿Puedes...darme unos consejos de maternidad? No se que hacer.- mi mamá se separo de el abrazo y me miro con los ojos abiertos como platos.

-¿Estas...- No terminó la frase por el shock y yo asentí con una sonrisa.

-Si mamá.- ella abrió la boca sorprendida.

-Felicidades hija- me abrazo y en el abrazo aclaro. -A ti y a Sebas.- la piel se me erizo al oír su nombre.

-Gracias...- susurre ahora evitando que las lágrimas salieran.

-¿Como han estado? ¿Como les fue en su boda? También me gustaría verlo para otorgarle una disculpa.- yo negué con la cabeza.

-Mamá- las lágrimas comenzaron a salir. -Sebas y yo ya no estamos juntos.- abrió los ojos sorprendida.

-¿Fue...fue por lo que dije?- yo negué.

-No mamá, fueron por otras razones.- acaricie su mano.

-Lo siento mucho hija.- me abrazo recostándome en su pecho. -Cualquier razón por la que hayan tomado esa decisión sabes que siempre te apoyaré.- dijo mientras acariciaba mi cabello.

-Gracias mami.- la abrace con fuerza mientras lloraba.

¿Por que la vida me habrá arrebatado a mi mamá cuando por fin tuvimos un vínculo bueno?

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora