🤍 Capitulo 66 🤍

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-Respira, ya vamos.- me tranquilizo Kevin mientras Diego conducía. -Acelera cabron!- le grito a Diego.

-Eso hago!- le grito ahora Diego.

Sentía que me moría, las contracciones eran horrendas, el aire me faltaba cada vez más y ni si quiera apretando la mano de Kevin con fuerza hacia que mi dolor disminuyera un poco.

-¿Le marcaste a Sebastián desde su teléfono?- Kevin asintió.

-Lo hice pero no respondió así que le mande muchísimos mensajes, imposible que no se haya dado cuenta.- dijo Kevin.

Llegamos al hospital y Diego pidió una silla de ruedas. Las enfermeras actuaron rápido y me pasaron a quirófano, porque obviamente había elegido cesárea.

-¿Quien es el padre?- pregunto la enfermera mirando a Diego y a Kevin.

-Soy yo!- hablo Kevin.

-Esta bien, venga con nosotros.- lo llevaron a cambiarse con un traje especial para que pudiera acompañarme durante la cesárea.

Mientras me preparaban seguía retorciéndome de dolor por las contracciones.

-Tranquila, mírame.- Kevin acaricio mi frente e hizo contacto visual conmigo. Tenía un cubrebocas y un gorro para quirófano así que lo único que resaltaba de su cara eran sus hermosos ojos.

Me anestesiaron y dejé de sentir el cuerpo. Seguía despierta solo que no sentía nada.

Kevin estaba platicando conmigo para distraerme mientras que los doctores realizaban la cesárea.

Paso aproximadamente 1 hora cuando escuche el llanto de mi bebé. Acto seguido las enfermeras pusieron el bebé en mi pecho.

Comencé a llorar al ver que se tranquilizó al sentir contacto conmigo y al ver su hermoso cuerpecito tan pequeño.

-Lo hiciste Dai, eres mamá.- dijo Kevin con una sonrisa mientras acariciaba mi frente y observaba detalladamente al bebé.

-Venga para cortar el cordón umbilical.- pasaron a Kevin y cortó el cordón de Santiago el cual al estar en brazos de Kevin también se tranquilizó.

Después de unas horas me encontraba reposando con mi bebé en la habitación de hospital.

No paraba de verlo, era tan hermoso. Era blanco, de pelo castaño y tenía hoyuelos. Era exactamente igual a Sebastián.

Estaba enrollado en una cobija mientras dormía tranquilamente al lado mío.

Vinieron varias visitas a la habitación, pero el que siempre estuvo conmigo y en ningún momento me dejó sola fue Kevin.

-Que hermoso bebito- dijo Diego con lágrimas en los ojos mientras cargaba a Santi.

-Esque se parece a mi.- sacudí mi pelo y Diego río.

-Quisieras, parece que a este lo vomito Sebas.- todos reímos.

En la habitación se encontraba Ali, Edgar, Marcelo, Tatiana, Jana, Blanca, Mauro, Diego y Kevin. Como sino pudieran conocer al bebé otro día.

-Hablando de Sebas.- hablo Tati. -¿Donde esta?- me encogí de hombros.

-Lo mismo me gustaría saber.- solté una risa nerviosa. -Kev, ¿puedes pasarme mi celular?- el asintió y me lo entrego.

De nuevo me había dejado en visto.

Mire a todos en la habitación los cuales esperaban a que diera una respuesta.

-Dijo que....vendrá después, esque estaba de vacaciones en otro estado o algo así me había comentado.- solté otra risa nerviosa.

-Bueno chicos, ya conocimos a Santi, creo que es hora de dejar a Daila descansar.- hablo Jana.

Todos accedieron y salieron de el hospital dejándonos a Kevin, Santi y a mi en esa habitación.

-Si está igualito que Sebastián no dudo que en unos años comience a llenarse su carita de pecas.- rio Kevin y yo asentí.

-No lo dudes, aunque se vería hermoso.- lo mire con ternura.

-Oye- me llamo y voltee hacia el. -No vendrá, ¿cierto?- suspire y me encogí de hombros,

-Me dejó en visto, como siempre.- hice una mueca. -Ni si quiera sabe el género de el bebé, con eso de que esta de novio con Lu.- Kevin abrió los ojos sorprendido.

-Son...¿son novios?- asentí.

-Ya no le rogare atención para Santi, si se la quiere dar que se la dé, sino que se enfoque solo en su otra familia, como lo está haciendo ahora.- la voz se me cortaba así que no quería hablar más.

Kevin lo noto y se paro de el sillón en el que estaba sentado para abrazarme.

-Aquí estoy yo para proteger a MI familia.- me dio un beso en la frente y se sentó conmigo en la camilla.

Narra Sebastián:

Mi relación con Lu hasta ahora era sana, aunque no estoy de el todo contento, solo estoy con ella porque no quería rechazarla en su embarazo, debe de ser difícil y no quiero provocarle emociones fuertes.

-Mira que grande está mi bebita.- sonrei mientras la veía por la pantalla de el ultrasonido.

-¿Que nombre le pondrán?- pregunto la ginecóloga mirándonos con felicidad.

-Se llamará Melanie.- le respondió Lu con emoción.

Era más que feliz con mi familia, mi novia y mi hija, simplemente eran mi todo.

Llegamos a casa aproximadamente a las 3 pm y me percaté de que tenía mensajes de Daila, eran muchísimos pero todos decían lo mismo.

-Daila ya va a dar a luz, ven al hospital por favor, te necesita.
2:55 pm

Estaba a tiempo, mire mi reloj y eran las 3:05, rápidamente corrí a la puerta.

-Sebastián!- se quejo de nuevo Lu y se agarro con fuerza el vientre. -Me duele mucho, llévame al hospital por favor.- rápidamente tome la maleta de la bebé y salimos lo más rápido posible.

La lleve a un hospital privado, no permitiría que diera a luz en uno publicó, quería toda la seguridad para mi bebé y mi novia.

-¿Es el papá?- yo asentí. -Pase.- me entregaron un traje para quirófano y pase con Lu a la cesárea.

-Me duele mucho Sebas.- estaba llorando mientras presionaba mi mano con fuerza.

-Respira amor, ya va a pasar, pronto vamos a tener a Melanie aquí con nosotros.- bese sus labios y acaricie su cabello para que se tranquilizara.

Ella pidió que la durmieran así que así fue, yo no quise ver la cesárea porque bueno...no es agradable.

Después de un rato escuché el llano de mi bebé, de mi niña.

Rápidamente corrí y las enfermeras me dieron unas tijeras para cortar el cordón umbilical.

Después de eso me la entregaron en mis brazos. Comencé a llorar, se parecía demasiado a Lu y era hermosa.

Después de unas horas estaba descansando con Lu en su habitación.

-Esta hermosa.- la miro con ternura.

-Se parece a ti amor, tiene toda tu cara, por eso está así de hermosa.- me dirigí con ella y la bese. -Siempre soñé algo así contigo.- dije mientras la abrazaba y observaba a mi bebé. Dentro de mi, solo muy dentro sabía que no era así, que no había soñado esto con Lu, que a la que debería de estar abrazando mientras observaba a mi bebé diciéndole "siempre soñé algo así contigo" era con Daila, Daila es la mujer de mis sueños, no Lu.

Pasamos el resto de el día en el hospital y observando a la bebé, a mi Melanie.

-Ya nació nuestro bebé. Es niño y se llama Santi, por si quieres venir a visitarlo.
7:37 pm.

No respondí ese mensaje, estaba conviviendo con mi familia y no quería desaprovechar esos momentos.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora