(Pueden reproducir la canción)-M-madre- tartamudee al verla. No, no otra vez. Temía que ella supiera que estaba en la Ciudad de México, y que supiera mi ubicación. ¿Como se enteró de todo?
-Dagmar, tu si que eres idiota.- de nuevo le valió un carajo como estaba.
-¿De que hablas?- ella me tomo de la camisa.
-¿Como se te ocurre? ¿¡Te vas a casar!? ¿En serio?- yo asentí.
-No tiene nada de mal- me interrumpió con una bofetada.
-Claro que es malo, muy malo. Tu tenias que estar con Samuel, no con ese muchachito...Sebastián.- dijo con desprecio y yo fruncí el ceño molesta.
-Sebastián es mi prometido y lo amo. ¿Por una vez en tu vida puedes dejar de meterte en la mía?- sus pupilas se dilataron por la rabia y se acercó peligrosamente a mi.
-Escúchame mocosa- me tomo de el pelo. -si te mantuve viva todos los años que viviste conmigo fue por un objetivo y era que te casarás con alguien rico, para eso estás, para complacer a un hombre rico, no para que tu seas feliz!- me señaló.
-No es justo. No seré hombre como mis hermanos pero si soy una persona con sentimientos madre, si me enamoro, y tus palabras si me dañan.- la señale. -¿Por que Mauro y Diego siempre tuvieron "más valor" que yo? ¿Es porque soy mujer? Dios, madre, tu también eres una! Compréndeme un poco.- ella nego mientras reía.
-Mirate! Si acaso tienes linda cara, ni si quiera tienes lindo cuerpo, eres gorda.- dijo con coraje. -tienes suerte de que un chico se fije en ti, pero al menos que tenga dinero Dagmar! Tienes que ser la hija de mis sueños para que tengas valor ante mis ojos.- comencé a derramar lágrimas de coraje.
-No quiero ser "la hija de tus sueños" solo quiero sentirme parte de la familia. ¿No te das cuenta? Esa Daila de 5 años te necesito, esa Daila adolescente te necesito, siempre quiso contarte sus problemas amorosos como lo hacen las madres, siempre quiso que jugaras con ella, siempre quiso que estuvieras con ella en momentos importantes, siempre quiso que la consideraras su hija.- dije mientras derramaba lágrimas, pero manteniéndome firme, sin sollozar ni cualquier otra cosa que me hiciera ver mas débil de lo que ya me estaba viendo.
-Solo sirves para casarte con alguien rico. Y si no obedeces en terminar a ese muchachito te vendrás a vivir con nosotros tus padres, quieras o no!-
-Deja de llamar a ese hombre "mi padre"- negué con la cabeza, pues claro, se refería a mi padrastro. -El único padre que tenía murio.- comencé a llorar ahora si.
-Pff, ese hombre siempre ha sido débil.- rio burlesca. -Y tu padrastro es tu padre, no quiero que lo niegues.- yo reí con ironía.
-Yo no querré que niegues que tú sabías que el me tocaba y nunca hiciste nada para impedirlo.- me acerque amenazante. -Porque créeme que si tus "hijos" ricos y famosos se enteran de que tu sabias lo que ese hombre me hacía, te darán la espalda, igual como yo lo hice hace varios años.- ella tenso la mandíbula y me dio un puñetazo en el ojo para después marcharse de ahí.
Irónico ¿no?. La persona que me dio la vida me la está acabando poco a poco. Se supone que las madres están para apoyarte, aconsejarte y amarte, pero realmente esa persona que me tocó a mi como "madre" solo tiene la sangre, pero sentimentalmente para mi es solo una persona cualquiera, que ni amo y ni odio, simplemente no me importa, pero esa Daila pequeña siempre soño con una fiesta de cumpleaños como la de sus hermanos, siempre soñó con un "yo estoy para ti" de su madre, siempre soñaba con que su madre fuera a sus festivales, siempre soñó que su madre la abrazaba y le pedía perdón, pero nunca paso.
Mi madre se fue y de nuevo me quede sola en ese departamento. Me senté en el piso y comencé a llorar. Realmente necesitaba una madre, realmente quería una, no sabía como era el amor maternal pero siempre quise experimentarlo. Me sentía tan envidiosa de mis amigas, de mis primos....de mis hermanos. Yo quería eso, quería a mamá.
Lloraba con bastante fuerza, en serio no podía con estos problemas. Apreté mi puño, tanto que mis nudillos se coloraron blancos.
Comenzaba a tener un ataque de ansiedad. No podía respirar, el pecho me dolía y mis manos se movían con inquietud. Estaba en un momento "Necesito a mamá" pero ¿que hago? Si "mamá" era la que estaba provocando todo esto.
El ataque de ansiedad se hacía cada vez más fuerte, no sabía cómo controlarlo y en serio, EN SERIO me estaba ahogando, así que aporte por llamar a Sebastián.
Como pude marqué a su numero el cual contesto de inmediato.
-Amor, ¿necesitas algo?- tenia voz ronca, al parecer dormía.
-S-Sebas, ven.- mi voz casi no salía pues literalmente me ahogaba, la presión en el pecho aumentaba y mis manos no paraban de temblar.
-Voy para allá.- colgó y dentro de tan solo 2 minutos Sebastián ya había llegado a mi departamento. No tenía seguro así que entro con facilidad.
-Ey, ey.- tomo mi cara entre sus manos. -Mírame y respira.- el comenzo a respirar de manera tranquila para que yo siguiera su respiración. Eso me sirvió y comencé a calmarme. Después de un rato normalizando mi respiración, pude llorar.
-¿Que paso bonita?- acariciaba mi espalda en forma de consuelo y yo continuaba llorando.
Después de 10 minutos yo ya me encontraba mejor así que le conté todo a Sebastián.
-Daila, esto no puede seguir así.- yo agache la mirada. -Te mudaras conmigo.- levante rápidamente la mirada.
-¿Que?- el asintió.
-Si, que te vendrás a vivir conmigo. Si quieres solo por un rato, pero así tu mamá no seguirá molestándote.- yo lo pensé un poco pero después accedí. -Mi madre vendrá a visitarme un tiempo, eso es bueno ya que yo no puedo estar todo el tiempo en casa por el trabajo. Ella te puede escuchar y se puede quedar contigo, también puede cuidarte mientras yo no estoy.- me sonrío de lado y yo le sonreí tiernamente.
-Muchísimas gracias Sebas. Eres el mejor prometido.- el soltó una risita.
-Te amo.-
ESTÁS LEYENDO
Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo