🤍 Capitulo 56 🤍

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Al día siguiente por la mañana Sebas como siempre estaba entrenando así que decidí limpiar la casa, cocine y después me arreglé. Me vestí con un pantalón cargo café claro, una sudadera blanca acompañado de unos tenis blancos y mi cabello suelo. Hoy no lo alacie, al contrario, me definí mis ondas y noté que se me veían bien.

-Sin duda, nuevo estilo.- hable sola e hice una pose diva en el espejo. Después oí como tocaron el timbre. -Voy!- grite desde el baño y me dirigí a la puerta para después abrirla. -Diego!- me lance a abrazarlo.

-Me extrañaste, ¿no? Lo sé, no puedes vivir sin mi.- golpeé su pecho levemente y el rio.

-Pasa.- me hice a un lado para que entrara.

-Apenas te iba a decir que no reconocía tu casa, pero olvidé que ya tienes vida de señora casada.- reí y el igual. -Hablando de casados- sacó un sobre de su bolsillo. -Te lo entregó Dama de honor.- abrí los ojos como plato. Era una invitación a su boda con Blanca.

-No mames.- lo mire con los ojos abiertos como platos. -Felicidades Dieguito.- lo abrace y a los segundos nos separamos. -¿En serio seré dama de honor?- el asintió y yo sonreí de oreja a oreja.

-Blanca me lo pidió, dijo que eres una maravillosa amiga.- estaba sintiendo mil emociones.

-Espero verla pronto, ya la extraño.- hice una mueca y Diego rio.

-Si supieras cuanto te extraña ella. Todos los días dice que ya quiere verte.- yo reí.

-Hay que intercambiar de parejas.- le dedique una mirada pícara, obviamente bromeando y Diego me miro mal.

-Aunque pensándolo bien, no estaría mal. El amor de mi vida, digo, mi cuñado esta muy guapo.- le di un codazo.

-Dios, cállate.- hice una cara de desagrado y el rio.

-A todo esto- lo mire confundida. -¿Que haces en Monterrey?- Diego fingió tocar tambores.

-Tigres me ficho!- tan pronto como escuché sus palabras me lance a abrazarlo.

-Que buena noticia, Diego!- el correspondió a el abrazo y después de unos segundos nos separamos.

-Lo see, y Blanca también vino conmigo.- sonrío como niño pequeño.

-Me siento muy feliz por ti hermanito. Tu prometida, tu carrera, todo. Estoy muy orgullosa de ti.- Diego me abrazo.

-También me siento muy orgulloso de ti hermanita. No puedo creer que en tan solo 4 meses te veré frente al altar, después te veré formar tu propia familia con el chico de tus sueños.- aun sin separarnos de el abrazo jugaba con mi cabello. -¿Sabes que es lo raro?-

-¿El que?- pregunte confundida.

-Que te vas a casar con mi mejor amigo.- reí por sus palabras.

-Tu mejor amigo de la infancia siempre estuvo destinado a ser mi esposo.- me encogí de hombros y el me dio un leve golpe en la cabeza.

-Tarada.- reí y el imito mi acción. Acto seguido entró Sebastián a la casa.

-Hola amor.- saludo y  se sentó junto a nosotros.

-¿No vas a saludar a Diego?- pregunte confundida.

-A la que no salude fue a ti reina.- lo mire mal. Acabo de entender que le dijo "Hola amor" a Diego?.

Diego rio y se burló de mi.

-Tu marido ya es mi marido, linda.- me mando un beso en broma y yo lo patee.

-Fuera de broma. Me da gusto verte de nuevo, Diego.-

-Igualmente Sebas.- chocaron los puños.

-Pensé que le dirías antes a Daila.- yo los mire confundida.

-¿Como? ¿Ya sabias?-

-No seas estúpida Daila. Sebas juega en tigres, obvio sabía.- los dos rieron y yo patee a los dos.

-Oye! Ya deja de patear.- me regaño Diego como si fuera niña pequeña.

-No le grites a mi marida por favor.- Sebas me abrazo como si fuera un bebé.

-Ja, ¿y por que o que? No se vaya a sentir agredida mi mantequilla.- pellizcó mi mejilla en broma y yo aparte bruscamente su mano.

-Le hará daño a nuestro bebé.- Sebas reposo su mano en mi estómago y yo lo mire confundida.

-No mames.- Diego abrió los ojos como plato. Acto seguido Sebas tomó a Draco, el cual se encontraba en sus pies.

-Le hace mal a Draco oír ruidos fuertes.- yo solté una carcajada y Diego soltó un suspiro.

-Me cague.- coloco una mano en su pecho asustado y Sebas soltó una carcajada.

-Bonita manera de recibirte.- le guiñe el ojo y ahora el que me pateo fue el. -Oye!- Diego se encogió de hombros.

-No te quejes, es una patada de 1000 que me haz dado tu.-

Los 3 reímos y después de un rato platicando hice una pregunta.

-Oye Diego- mi hermano me miro. -¿Y Blanca? ¿Por que no la invitas a la casa?- Diego pareció recordar algo.

-Ah claro, olvidé decirte- dio un trago a su vaso con agua que se había servido hace un momento. -Blanca vendrá en unos minutos, solo que paso a comprar productos para la cara, o como tu y las fresas le dicen, fue a comprar "skin care".- hizo voz chillona y Sebas y yo reímos.

En ese momento tocaron la puerta así que yo fui a abrir.

-Dai!- Blanca se lanzó a abrazarme. -Te extrañe mucho cuñadita.- confeso aun sin separarse de el abrazo.

-Yo igual Blanca.- nos separamos de el abrazo y Blanca paso a saludar a los demás.

-Bueno, ya que están las dos aquí; Diego y yo iremos por botana, regresamos en unos minutos.- las dos asentimos y ellos se fueron.

-Bueno, ahora si, actualízame sobre lo que ha pasado con tu vida.- me miro atenta.

-Pues me voy a casar- le dije con voz chillona mientras le mostraba mi anillo de compromiso.

-Yo igual!- dijo con el mismo tono de voz y nos abrazamos emocionadas.

-Claro que seremos dama de honor de cada una, ¿verdad?- Blanca asintio.

-Obviamente- se encogió de hombros. -Diego si te dijo, ¿no?- yo asentí con la cabeza.

-Tu también serás mi dama de honor.- las dos nos sonreímos y continuamos platicando de cualquier cosa cuando entro una llamada telefónica a mi celular.

-Espérame 1 minuto.- Blanca asintió entendiendo y yo me paré de el sofá dirigiéndome al patio.

-¿Hola?-

-¿Daila Lainez? Marcamos de la fiscalía.-

-¿Si, que sucede?- el oficial al otro lado de la línea raspo su garganta.

-Mire, tenemos que cerrar el caso de su padre.- yo fruncí el ceño molesta y confundida.

-¿Que? No pueden hacer eso, hay suficientes pruebas.- dije molesta.

-Son decisiones de la ley y usted no puede intervenir. No encontramos las pruebas necesarias para proceder una demanda. Todo indica que su padre murió por una caída en las escaleras.- bufee.

-Es absurdo lo que están diciendo y sus argumentos tan pendejos.- solté con rabia.

-Señorita, le está faltando el respeto a la ley y eso no se lo permit- lo interrumpí.

-No, los que me están faltando al respeto a mi, a mi padre y a mi familia son ustedes, así que o me resuelven este caso o lo resolveré por mi propia cuenta a MI modo.- Sin mas que decir colgué la llamada, furiosa y con un nudo en la garganta lance mi celular al pasto.

Después de unos minutos tranquilizándome regrese con Blanca y continué como si no hubiera pasado nada.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora