🤍 Capitulo 26 🤍

132 8 0
                                    


Esa nostalgia rápidamente se apoderó de mi, hizo que pensara en Sebastián. Esa vez que me dejo sola en un hotel con chicas que recién conocía y aunque fueron muy lindas conmigo lo que hizo Sebastián me lastimó.

-¿Daila?- me llamó Kevin

-Ah, si, ¿que pasó?- hable prestando atención de nuevo.

-Te decía que ya me voy.- se acercó a mi lentamente, pude notarlo más de cerca, ese brillo en sus ojos, sus labios, su cabello, sus ojos lindos y muchas cosas más.

Se acercó más a mi hasta darme un beso en la frente por lo que yo sonreí.

-Te quiero mucho, cualquier cosa llámame y estaré aquí en 5 minutos.- me señaló y yo asentí mientras reía.

Kevin salió de mi departamento, haciéndome sentir de nuevo en esa soledad. Parecía que solo con el me sentía cómoda, acompañada, querida y feliz, en serio Kevin ha sido como un rayito de luz en mi oscuridad.

Tome mi celular y vi un mensaje de Kenia diciendo que ya no trabajaría porque salí de vacaciones, yo estaba más relajada por esa noticia, ohh... eso creía cuando de la nada comencé a temblar y a sentirme desesperada, trate de escuchar música o meditar un poco pero no funcionaba hasta que tuve que hacerlo, ya no lo pedía yo para despejarme, ahora lo pedía mi cuerpo.

De nuevo me drogue, después de tranquilizarme me senté en la ventana y comencé a llorar. Desde que terminé con Samuel jure nunca mas rebajarme por un hombre o llorar por esos mismos, pero Sebastian no era cualquier hombre, en verdad me enamoré de él y ese amor y aprecio que le tengo no lo he tenido con nadie en mi vida, pero soy muy tonta y siempre termino siendo yo la herida en las relaciones.

Lloraba y lloraba desconsoladamente, en mi cabeza se repetía esa escena donde veía al chico que amaba besándose con Lu, me dolía y bastante aunque quisiera disimularlo.

Dure unos 15 minutos llorando cuando recibí una llamada, era de Ali.

Yo se que es mi mejor amiga pero no quería hablar con nadie ni dar explicaciones, así que colgué la llamada y seguí mirando por la ventana.

Las llamas dieron frecuentes pero no contesté ninguna, hasta que de repente escuché como la puerta principal de mi departamento se habría dejando ver a una Ali preocupada, pálida y agitada.

-Daila.- corrió hacia mi para después abrazarme así que yo le devolví el abrazo. -¿Estas bien?- ya sabia a que se refería así que yo asentí. -No lo estás.- nos quedamos en silencio. -Muéstrame tus brazos.- ella los tomo pero yo los aparte.

-Alison, no es necesario.- Ella me ignoro y de nuevo tomo mis brazos, los descubrió y efectivamente no tenía autolesiones, pero no porque haya mejorado, sino porque descubrí una forma mejor de desahogarme.

-No sabes que gusto me da, mi vida.- ella me abrazo con fuerza, como si fuera el fin del mundo. -¿Quieres hablar sobre lo qué pasó?- ella sugirió y yo negué así que ella asintió entendiendo.

Pase el resto de la tarde con ella, vimos películas, jugamos videojuegos, hicimos galletas y más cosas hasta que se tuvo que ir.

(...)

Han pasado casi 2 semanas desde que vi a Sebastián con Lu, después de ese día no los volví a ver ni a ella ni a él y como Diego lo prometió, hemos pasado estos días juntos porque en 2 días se ira. Estos días han aumentado las veces que hago eso, no puedo parar, cada vez que trato de hacerlo termino desmayándome o rompiendo cosas por la desesperación. Pero bueno, ahora mismo me estoy arreglando para ir al cine con Diego.

Llegamos al cine y Diego se formó para pedir las palomitas y vaya sorpresa, mi cuerpo comenzó a alterarse de nuevo.

-Entonces ¿que pedirás para la película?- volteé a verlo pero mi cuerpo temblaba demasiado provocando también que me costara hablar,

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora