Han pasado 2 días y sigo algo distante con Diego. Permití que se quedara en mi casa ya que solo será un rato en lo que comienza la liga, una vez que comience se regresará a Monterrey.Ya falta un tiempo para nuestro cumpleaños, sinceramenre no puedo creer que ya haya pasado 1 año desde que tuve ese encuentro con Samuel, realmente me hizo reflexionar esas rupturas que he tenido, incluso mi novio, la persona que mas amo me ha lastimado, quizás solo soy yo la que es sensible.
-Daila, ¿quieres que te ayude a preparar la comida?- pregunte Blanca, la novia de mi hermano.
-Así estoy bien.- le sonreí amablemente. Debo admitir que no quiero encariñarme con ella porque estoy segura de que Diego la dañara más adelante.
-No pasa nada, igual te ayudaré, no es justo que el flojo de Diego no haga nada.- yo reí.
-Si es muy flojo.- ella asintió riendo.
-Lo se.-
Juntas preparamos la cena. Nos llevamos bien, aunque igual yo ya tenía en mente lo que podía pasar, la última vez que me encariñé con una cuñada fue con Pau y ahora llevo tiempo sin verla, por lo mismo de que se divorciaron, aunque bueno, ellos juntos me dieron un regalo hermoso que es a Salo y es una sobrina que estoy muy agradecida de tener.
Blanca y yo preparamos pasta, comimos los 3 y después yo iría a una final en mi torneo de básquet.
Comí y me dirigí a la cancha, donde me encontré a Sebas.
-Amoor.- lo salude dándole un beso rápido.
-Me hubieras dicho que te trajera, pase a buscarte a tu casa y ya te habías ido.- yo me encogí de hombros.
-Me gusta caminar, me ayuda a meditar.- el me sonrío y mi entrenador me llamo.
-Nos vemos.- me despedí.
-Mucha suerte!- grito mientras me alejaba.
Estuve con mis compañeras de equipo platicando sobre algunas técnicas que siempre funcionaban, hasta que comenzó el partido.
Hubo mucha batalla en la cancha, el equipo rival era realmente bueno, era muy difícil conseguir el balón e íbamos perdiendo por 12 canastas, pero no nos dimos por vencidas.
El 3/4 tiempos terminó, con un marcador de 30-42, realmente era difícil y estresante.
Me percaté de que Blanca y Diego estaban en las gradas junto a Sebas, los salude y me dirigí a una de las bancas del equipo para tomar agua, donde me encontré a mi director técnico.
-Lo hiciste pésimo, Daila.- me destacó el entrenador.
-¿Yo? Por dios, he estado con más movimiento en la cancha que en cualquier otro partido.-
-No lo haz dado todo.- lo mire con el ceño fruncido.
-¿A que se refiere? Claro que lo estoy dando todo.- el negó riendo.
-Pierdes el balón fácil, te distraes por los nervios, te cuesta encestar y mas cosas ¿te parece bien?- me pare molesta.
-Entonces sáqueme si no le apetece tenerme en el partido.- deje mi botella de agua y me fui a platicar con mis compañeras.
El partido comenzó y todas nos dirigimos a nuestras posiciones, pero me percaté de que el equipo contrario hizo varios cambios, pero una chica me pareció conocida.
-Lu..¿LULÚ?- dije incrédula.
-Así es, hola Dayiyi.- yo fruncí el ceño molesta, después el árbitro pitó el inicio del partido.
El partido comenzó y logre encestar varias veces, también recibí varios empujones por parte de Lu, pero nunca marcaron nada.
El partido estaba por terminar, con un marcador 93-93.
Mi momento era este, tenía el balón en mis manos, yo estaba a centímetros de la canasta, faltaban solo 30 segundos para que terminara el partido; lance el balón y...alguien me empujó por la espalda, haciendo que mi cuerpo cayera encima de mi brazo, se escuchó un crujido y sentí un dolor inmenso.
Trate de pararme, apoyándome de el brazo en el que caí pero solté un grito de dolor. Bueno en contexto, me acababa de fracturar el brazo derecho, lo vi y estaba fuera de su lugar, estaba chueco, en pocas palabras.
Rápidamente entraron los médicos de mi equipo a atenderme, trataron de acomodarme el brazo y de nuevo grite de dolor, pero ahora comencé a llorar. Después me percaté de la presencia de Diego, Sebas y Blanca, quienes estaban preocupados.
-¿Es grave?- pregunto preocupado Diego mientras los médicos me sacaban de la cancha.
-Es una fractura, tendremos que llevarla a operar de emergencia.- Diego y Blanca subieron a la ambulancia conmigo y Sebas se quedó a recoger mis cosas.
Narra Sebastián:
Estaba guardando las cosas de Daila en su mochila para dirigirme al hospital cuando sentí que alguien atrás mío, respirando sobre mi cuello. Rápidamente voltee sobresaltado.
-¿Te gusto lo que hice, amor?- pregunto con orgullo.
-Lu, ¿por que lo hiciste?- pregunte molesto.
-¿Que pasa, no me digas que realmente la amas?-
-Claro que lo hago.- respondí molesto.
-Se nota que la amas, la amas tanto que te veias conmigo, nos besamos 2 veces mientras seguías en la relación, o cuando nos besamos toda la noche entera que terminaste con ella ¿no es así?- apreté los puños recordando esos momentos, cuando Daila estaba ocupada en el trabajo y universidad, cuando los 2 descuidamos la relación.
-Deja de decir esas cosas, yo ya no siento nada por ti y si te bese y salía contigo a escondidas en ese tiempo fue porque era un idiota.- ella río irónicamente.
-Vamos Sebas, nunca me dijiste que no. ¿Acaso ya te olvidaste como me besabas sin negarte? ¿Esas múltiples veces que me prometiste dejarla por mi mientras nos besábamos en tu casa y ella trabajaba? Vivirás con esa culpa toda tu vida, Sebastián.- se fue y yo apreté la mandíbula, la tomé de el brazo haciendo que me mirara a los ojos.
-Escúchame bien, Lulú.- la apreté más del brazo. -Le estás haciendo daño a Daila por tus celos, porque te sientes opacado, porque sabes que ella tiene mi amor y porque es mejor que tu en todo. Solo mírate, tu eres una porquería de persona, podrás sentirte bonita en el exterior, pero interiormente eres la persona más miserable que existe- ella me pellizco el brazo para que la soltara pero no lo hice. -La próxima vez que le hagas daño a Daila créeme que no pensaré en las consecuencias, me iré sobre ti y tu pagarás las consecuencias de tus actos.- la solté bruscamente y me fui al hospital en busca de mi novia.
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo