🤍 Capitulo 43 🤍

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Al llegar al hospital me topé a Diego y Blanca, quienes estaban platicando tranquilamente.

-¿Como esta?- pregunte preocupado.

-Esta bien, la están operando en este momento ya que el hueso si se movió mucho de lugar.-

-Debe de estar doliéndole mucho.- hice una mueca imaginándome su dolor.

-Por ahora está anestesiada así que no siente su brazo, no te preocupes Sebas.- suspire y me senté junto a ellos.

Pasaron unos minutos y Daila regresó con nosotros, solo que ahora estaba enyesada.

-Amor, ¿te duele mucho?- ella nego.

-Ojala me doliera, me preocupa no sentir ni el brazo.- yo reí.

-La anestesia pasará. ¿Cuanto tiempo tendrás que estar enyesada?-

-2 meses.- respondió agachando la cabeza. -No podré jugar.- yo hice una mueca.

-Estare acompañándote este tiempo, la liga todavía no comienza y cuando lo haga seguiré en Ciudad de México contigo.- ella me sonrío con un brillo en los ojos.

-Eres el mejor novio que existe.-

-Próximamente esposo.- ella rió.

-Bueno, y próximamente esposo.-

-Sisi, ya vámonos tórtolos.- dijo Diego para después salir todos juntos del hospital.

Cuando llegamos al departamento de Daila yo subí con ella a su habitación, es nuestro lugar favorito para pasar el rato, aparte de las azoteas.

Estábamos platicando de cualquier cosa cuando cambié el tema.

-Oye Dai.-

-¿Si?-

-Quiero...confesarte algo.- ella estaba sentada en la cama junto a mi, con un gran yeso en el brazo derecho.

-¿Confesarme algo? Claro, Sebas, dime.- respondió con una sonrisa en el rostro.

-¿Recuerdas...cuando terminamos?- ella asintió.

-¿Que pasa con eso?- yo suspire.

-Esa vez que peleamos bajo la lluvia que yo te dije que no te había sido infiel.- ella me miro confundida, pues hice una pausa antes de volver a hablar. -Yo..- suspire. -Si te fui infiel, lo siento.- agache la cabeza avergonzada.

-Oh..- sonó dolida, como si estuviera decepcionada o no se lo creyera. -¿Con quien, Sebas?- pregunto en otro tono de voz tranquilo.

-Con Lu.- La mire a los ojos, a ella se le llenaron de lágrimas. -Lo siento.-

-Claro, no pasa nada.- susurro agachando la mirada.

-Esta..esta confesión no influirá en nuestra relación actual ¿no es así?- ella se encogió de hombros.

-Realmente no lo sé, agradezco que me lo digas, pero...siento que no puedo darte mi confianza ahora, si lo hiciste una vez ¿quien me asegura que no lo volverás a hacer?- yo suspire.

-Tienes tus razones para no perdonarme.- ella solto una risita y me tomo de el mentón, levantando mi mirada hacia sus ojos.

-Te perdono- mis ojos brillaron de felicidad. -solo que nadie me asegura que no lo volverás a hacer.- sus ojos reflejaban dolor y decepción.

Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora