Al llegar al hospital me topé a Diego y Blanca, quienes estaban platicando tranquilamente.-¿Como esta?- pregunte preocupado.
-Esta bien, la están operando en este momento ya que el hueso si se movió mucho de lugar.-
-Debe de estar doliéndole mucho.- hice una mueca imaginándome su dolor.
-Por ahora está anestesiada así que no siente su brazo, no te preocupes Sebas.- suspire y me senté junto a ellos.
Pasaron unos minutos y Daila regresó con nosotros, solo que ahora estaba enyesada.
-Amor, ¿te duele mucho?- ella nego.
-Ojala me doliera, me preocupa no sentir ni el brazo.- yo reí.
-La anestesia pasará. ¿Cuanto tiempo tendrás que estar enyesada?-
-2 meses.- respondió agachando la cabeza. -No podré jugar.- yo hice una mueca.
-Estare acompañándote este tiempo, la liga todavía no comienza y cuando lo haga seguiré en Ciudad de México contigo.- ella me sonrío con un brillo en los ojos.
-Eres el mejor novio que existe.-
-Próximamente esposo.- ella rió.
-Bueno, y próximamente esposo.-
-Sisi, ya vámonos tórtolos.- dijo Diego para después salir todos juntos del hospital.
Cuando llegamos al departamento de Daila yo subí con ella a su habitación, es nuestro lugar favorito para pasar el rato, aparte de las azoteas.
Estábamos platicando de cualquier cosa cuando cambié el tema.
-Oye Dai.-
-¿Si?-
-Quiero...confesarte algo.- ella estaba sentada en la cama junto a mi, con un gran yeso en el brazo derecho.
-¿Confesarme algo? Claro, Sebas, dime.- respondió con una sonrisa en el rostro.
-¿Recuerdas...cuando terminamos?- ella asintió.
-¿Que pasa con eso?- yo suspire.
-Esa vez que peleamos bajo la lluvia que yo te dije que no te había sido infiel.- ella me miro confundida, pues hice una pausa antes de volver a hablar. -Yo..- suspire. -Si te fui infiel, lo siento.- agache la cabeza avergonzada.
-Oh..- sonó dolida, como si estuviera decepcionada o no se lo creyera. -¿Con quien, Sebas?- pregunto en otro tono de voz tranquilo.
-Con Lu.- La mire a los ojos, a ella se le llenaron de lágrimas. -Lo siento.-
-Claro, no pasa nada.- susurro agachando la mirada.
-Esta..esta confesión no influirá en nuestra relación actual ¿no es así?- ella se encogió de hombros.
-Realmente no lo sé, agradezco que me lo digas, pero...siento que no puedo darte mi confianza ahora, si lo hiciste una vez ¿quien me asegura que no lo volverás a hacer?- yo suspire.
-Tienes tus razones para no perdonarme.- ella solto una risita y me tomo de el mentón, levantando mi mirada hacia sus ojos.
-Te perdono- mis ojos brillaron de felicidad. -solo que nadie me asegura que no lo volverás a hacer.- sus ojos reflejaban dolor y decepción.
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Tan hermosa como una flor || Sebastián Córdova ||
FanfictionDaila Dagmar Lainez Leyva, la hermana melliza del famoso futbolista mexicano Diego Lainez. Conoce al mejor amigo de su hermano, Sebastián Cordova, quien también es futbolista del cual se enamora pero le cuesta admitirlo