Love Story | Quackity |

045

ᵉˢᵖᵉᶜⁱᵃˡ ᵖᵒʳ ˡᵒˢ ˢᵉᵗᵉⁿᵗᵃ ᵐⁱˡ ᵈᵉ ˡᵉᶜᵗᵘʳᵃˢ
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Mads.

Sin duda la noche había sido muy larga, viajar y después estar varias horas en una fiesta, en donde tomaste y bailaste demasiado, que después de eso, evitaste que encontrarán a tu amigo y a la hermana de novio durmiendo juntos.

Lo peor de todo...

Fue en vano.

La realidad fue que Alejandra no había estado con Valdo después de las tres de la mañana.

Cuando llegue, estuve casi otra hora contándole lo que había pasado, tenía que saber que Aldo había visto entrar a Valdo y a una chica a la habitación.

Estaba enojada.

Alejandra era diferente a Alex. Ella era explosiva, cualquier cosa o acción se lo tomaba muy en serio, por eso debías tener mucho cuidado de lo que digas con ella. Esta situación le hizo ponerse un poco triste cuando le conté, pero a los pocos minutos estuvo dando vueltas en la habitación e insultando a mi amigo.

Le dije que antes de apresurarse a tomar una acción, hablará con él. Quiero a Valdo, pero Ale era mi cuñada. Y por está vez no podía, por así decirlo, defenderlo.

Ella veía mis ojos cerrarse cada dos minutos, pero aún así decidía a escuchar sacar todo rastro de enojo que sentía. Iban a ser las cinco de la mañana cuando me dijo que me durmiera, me despertaría pasadas las siete ya que sabía que no dormiría después de eso.

En efecto, me levanto a las siete con treinta minutos. Estaba segura que mis ojos debían estar hinchados por la falta de sueño.
Las chicas me esperaban para desayunar juntas, pero tendría que bañarme primero, así que les dije que se adelantarán, Ale iría con ellas.

Mi cabello estaba limpio, anoche lo había lavado, pero si me dí un baño en mi cuerpo, procurando usar todos mis productos diarios para la piel. Al salir me puse ropa interior limpia con un pantalón beige y una blusa blanca, me puse unos tenis del mismo color.

Agarre mi maleta, en donde tenía todo mi maquillaje y cosméticos dentro, dónde también estaba mi vestido y tacones. Agarre mi bolsa de mano y abrí la puerta.

— ¿Que haces acá?— Pregunté sorprendida de verlo parado en mi habitación.

Solo me dió una irritable sonrisa, se acercó rápidamente a mi y me besó. Le tuve que empujar.

— ¿Que te pasa?— Reclamé.— Alguien pudo habernos visto...

— Pues que vayan sabiendo que eres mi novia.— Responde él. Solté una pequeña risa y negué.— Buenos días, ¿A dónde ibas?

— Buenos días...— Me acerque para darle un pequeño beso. Extendió su mano para llevar mi maleta.— Voy a llevar mi maleta a la habitación de Ari, después iría a comprar un café.

— ¿Porque sola?— Pregunta alex.— Es muy peligroso que vayas sola.

— Quise dormir un poco más, le dije a Ale que fueran, después iría. Pero me dijeron que se acabó el café, así que quiero ir a comprar uno.— Cerré el cuarto mientras empezábamos a caminar hacia el ascensor.— E iría sola, porque pensaba que mi novio estaría dormido.

— Bueno, me levanté temprano porque quería verte antes de los premios.— Nos paramos un momento, en dónde nos miramos.— Lo estuve pensando mucho anoche, pasaríamos muchas horas sin vernos y eso no me pondría de buen humor.