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Mads.

Los días fueron pasando, mientras que cada día me fortalecia aún más.

Hacia una semana que había dejado de ir a las rehabilitaciones, ya que mi brazo estaba muy bien.

Me había quedado toda esa semana para hacerle saber a mamá que me iría pronto, pata que mi despedida no fuera muy rápida.

Había hecho de todo para estar conmigo, incluso pidió vacaciones toda esta semana, lo cuales complicado por su trabajo, pero acá estaba mamá.

El día de mañana me iría a Argentina, Iván y Rodri estaban planeando hacer unas cosas para los tres salir de joda, como dicen ellos.

Y yo, aprovecharía este día para despedirme de mis amigos de Monterrey a los cuales no los vería hasta mucho tiempo después.

Ese día me aliste, nadie sabía, pero le propondría a Samy hacer un sparring, algo peligroso para el estado en que me encontraba, pero quería demostrar que podía hacerlo.

Me puse unos shorts negros y un top blanco deportivo, me hice una coleta y me maquille.

Una de las cosas que mamá no me dejaba hacer ahora, era manejar. Así que si salía ella me llevaba a todos lados, pero yo jamás manejaría, al menos no delante de ella.

Me dejó en el gimnasio de Ronny, procurando antes advertirme de no hacer algo que me ponga en riesgo, solo asentí le sonreí inocentemente.

Caminé hasta dentro, en donde antes verifique si Alex me había contestado.

Después de la llamada de Iván hace unos días atrás, él se puso un poco celoso, pues Iván había subido unos tuits, yo le reclamé a él diciendo que la que debería estar enojada, era yo.

Después de calmarnos un poco, él se disculpó, me contó que todo esté tiempo había estado trabajando y que no contestaba porque no queria ser interrumpido.


El trabajo puede esperar cuando se trata de ti

Era algo que siempre repetía, y me dolía un poco que ahora no las este tomando en cuenta.

No pido una hora, pido cinco minutos.

Fue lo que pudo darme, cinco minutos del día, y yo los sabía apreciar muy bien.

Por lo regular nunca tenía un horario fijo para contestar mis mensajes, creo que lo hace cuando se acuerda. Tenía que estar casi siempre revisando si me había contestado, y ahora no eran los cinco minutos.

Entendía muy bien esto, entendía muy bien que tuviera mucho trabajo. Es algo que me pone muy feliz, pues veo lo emocionado que está por eso, así que solo debía esperar a verlo.

— ¿Porque estás tan... Ida?— Pregunta Samy calentando un poco.

— Yo...

— ¿Quackity sigue sin contestar?— Pregunta Abi, parándose del piso.

— No. Me dijo anoche que tendría algunas pruebas con algo, así que debe estar ocupado con eso aún.— Lo excuse guardando el celular en la bolsa.

Love Story | Quackity |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora