La quinta merodadora pero la mayor de todos, la más "problemática" pero que cuida de todos, se descubrirá que hubo ciertos cambios en un pasado en el que antes no estaba presente, que pasa si no fue una Evans la que enamoró a Potter si no una Black...
Había un silencio sepulcral en la sala, Neville había decidido ir al invernadero para cuidar de las plantas que por el momento no podrían recibir la atención de la morocha. Por el contrario, los demás estaban en la sala, ya sea luchando contra el sueño, o velando por saber qué sucedería después.
Por las escaleras se dejaron oír pasos cansados, todos pensando que eran provenientes de la matriarca de la casa Black, pero era nada más y nada menos que su gemelo. Su expresión era fría, algo molesta a decir verdad, fue a la cocina para salir con un té en mano. Se dirigió a la sala y tomó asiento en un sillón individual para observar a lo que se supone que sería su sobrino.
Harry, incómodo por tal mirada sobre él, solo se removió en su lugar.
Regulus: Sí que tienes sus ojos. — Murmuro.
Regulus sentía el alma colgarle de un hilo, a pesar de la situación, se sentía emocionado, pues aunque el muchacho se pareciera en mayoría a su cuñado, algo en él le recordaba al alma valiente y tenaz de su hermana. Se le hacía el corazón chiquito de solo pensar en su compañera de vida cargando con un ser tan pequeño y frágil, más aún, pensar en que probablemente no pueda pasar de eso.
Harry: ¿Dijiste algo? — Pregunto por el desentendimiento que le causaron sus palabras.
Regulus: Nada. — Tomo un sorbo aún más grande. — Así que no conoces para nada a tu madre.
Harry: No puedo hablar mucho sobre ello, creo que mis relaciones con los miembros de esta familia y de la orden pueden confundir aún más a todos.
Regulus: No quiero saber tu relación con la pelirroja, quiero saber que tanto sabes de la mujer que está arriba.
Harry: Para ser honesto, no supe de su existencia hasta que los conocí. — Regulus asintió con la cabeza algo decepcionado.
Con una mueca de disgusto tomo su varita y apunto al joven.
Hermione: ¿Qué hace? No es su culpa, no saber. — Se puso a la defensiva, dispuesta a lanzar hechizos de ser necesario.
Regulus con desagrado y cierto prejuicio la miro para ignorarla. Al final de cuentas creció en el ambiente de los Black, así que el prejuicio de la pureza era ciertamente persistente, más no evidente.
Con un movimiento de su varita algo se escuchó rechinar y en cuestión de segundos varios libros de lo que parecían ser fotos caminaban en fila hacia la mesilla, para ser más precisos delante de Harry.
Regulus: Pregunta lo que quieras, yo te lo diré. — Harry lo miro con sorpresa y duda. — Escucha niño, no voy a dejar que sigas por aquí sin saber nada de mi hermana, además todo está bien si es del pasado, de cualquier manera no creo que su presencia cambie algo.
Harry, aun con duda y nerviosismo, comenzó a ojear el primer álbum. Era de ___ y Regulus de pequeños.
Harry: ¿Cómo es ella de verdad?
La pregunta fue dicha sin pensar, inspirada por la confusión de las fotos. En ellas se mostraba desde una ___ pequeña, montando a un hombre algo grande con una sonrisa de oreja a oreja hasta una pelinegra más desarrollada, bailando animadamente con un chico de anteojos.
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