Enigma ha recibo un bálsamo sanador. Su energía, su emoción, incluso el brillo en su mirada; reflejo de su alma, ha ido en aumento desde que su madre ha comenzado a reintegrarse en su vida, ha estado sucediendo despacio, pero me es imposible no apreciar lo bien que le hace, la diferencia entre el hombre que conocí hace un año y el que duerme a mi lado cada noche.
Han pasado par de semanas tras su primer encuentro, sin embargo, el acontecimiento del día tiene otro motivo, y no es más que nuestros preciosos cachorros cumpliendo su segundo mes de vida, por lo que les ha tocado su última visita al veterinario, quien nos entrega un certificado de salud con todas sus vacunas y cuidados, lo que indica que ya están listos para ser adoptados.
Mi corazón se siente apretado en mi pecho, es posible que he hecho más mohínes con mis labios de lo acostumbrado, una parte de mí no quiere dejarlos marchar, pero, también sé, que Gioele ha conseguido familias fantásticas para cada uno de ellos donde recibirán la atención, el amor, que merecen, mucho más del que podríamos darle nosotros con nuestros horarios tan ajustados.
Es complicado para mí ver como cada cachorrito va saliendo de casa con un precioso collar nuevo junto alguien que por el momento le es desconocido. Técnicamente le he cedido un pedacito de mi corazón a siete chiquitos que ahora se marchan, sin embargo, al menos me queda el confort de tener a Hera y Tyr conmigo, junto a su octava cría, que será mío, mío para amar, cuidar y mimar, mi pequeño peludo, al que he bautizado bajo el nombre de Osiris.
Su pelaje es negro brillante como el de Hera, sin embargo, él tiene una mancha más clara en su pecho. Enigma me ha asegurado que es probable que ese lunar de pelos se vaya en cuanto continue creciendo, sin embargo, no le pierdo el encanto, lo percibo como la pureza que tiene impregnada allí, que, aunque su pelaje cambie, su alma no perderá el brillo, lo que es un factor común en esta familia que hemos decido formar.
Ahora, Enigma y yo, tan solo con nuestros tres hijos en casa, como nuestra nueva realidad, siento el espacio más tranquilo, los finos ladridos se han disminuido en una grandiosa cantidad, al igual que el desastre. Osiris se siente un poco solo, puedo verlo en su mirada, también por la forma en la que busca a su alrededor a los demás, al final del día termina buscando mi calor para que lo suba a mi regazo, como un bebé lo tomo de sus costados y llenándole su carita de besos intento hacerlo sentir mejor.
—Todos los chicos estarán bien, cariño —le explico, aunque no me entienda —Tendrán un buen hogar y una linda familia, justo como tú —Un beso más para él antes de dejarlo en mi regazo y seguir mimándolo con caricias —Serás un buen chico.
—Un buen chico consentido —Añade Enigma, encontrándome en el salón de estar.
—Extraña a los demás —Me es imposible contener el mohín que nace en mis labios.
—Tal parece que no es el único.
Tras decir ocupa un sitio a mi lado, acompañándome también a rascar el naciente pelaje de nuestro cachorro. Aún no añado nada, por su mirada compasiva sé que sus palabras están dirigidas a mí, tal parece que Hera y Tyr han quedado agotadísimos de ser padres, ya que ambos llevan un largo tiempo totalmente rendidos en sus respectivas camas, mientras que Osiris y yo nos hemos quedado dando vueltas por la casa intentando encontrar a los demás.
ESTÁS LEYENDO
Enigma (Serie: LIBRO IV)
ChickLit***CUARTO LIBRO DE LA SERIE AMORES EN ITALIA*** En medio de su divorcio Coraline Lestienne se cruzó con Enigma, un hombre lleno de tatuajes, envuelto en misterios, y unos ojos azules que gritaban caos, justo lo que ella llevaba atrapado en el corazó...