***ENIGMA III*

1.6K 213 70
                                    

Esto no está bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esto no está bien.

Sí, si está bien, sólo no se siente de la misma forma. Se siente como una puta mierda.

No importa lo que viví antes, lo que sentí antes, nada me hubiese preparado para esto, no sabía cuan oscuro estaba todo dentro de mí, a mí alrededor, hasta que ella trajo la luz, hasta que me dio pase para una estadía en el cielo y se me fuese arrebatada en poco tiempo.

No, no se me fue arrebatada, yo lo dejé ir, la dejé ir, porque era lo correcto. Tal vez esta sea la razón por la que toda mi vida he estado tomando malas decisiones, porque hacer lo justo se siente terrible como un demonio. Tal vez quedarme con mi Barbie hubiese sido la mejor de mis malas decisiones, pero de todas las veces que lo pensé elegí perder un brazo antes de hacer algo egoísta que apagara su brillo.

Es mi sol, mi propio cielo despejado, de esos que no consumen, sino que te alimentan, te llenan de energía y hacen llevadero tu día. Elijo mantener su brillo aún cuando no pueda admirarlo, aunque eso signifique quedarme con este maldito sentimiento de insuficiencia que me come por dentro.

La extraño, la extraño cada día que pasa, cómo si hubiese vivido cada día de mi existencia junto a ella.

«Tal vez es porque realmente viví esos días con ella» susurra, esa nueva voz de autocompasión dentro de mí.

Yo morí, no en sentido literal, realmente morí por unos segundos, y tuvo que pasar más de un año para volver a sentirme vivo. No fue la maniobra de reanimación, las interminables recetas medicas, los cuidados en el hospital o la rehabilitación posterior que me devolvió a la vida, fue ella, fueron sus sonrisas, su cariño, aún cuando era un desconocido y no lo merecía en lo absoluto.

Cora me hizo sentir vivo, y lo correcto es que viva sin ella. Una puta mierda.

No sé si puedo hacer esto, sin embargo, tampoco puedo decirle la verdad, sé que ella no me juzgaría, no me rechazaría, me lo dijo, y le creo, es demasiado buena para ello, pero no se merece lidiar con esto, cargar con mis oscuros matices, no es justo, menos aún con su propia historia.

No importa cuántas vueltas le haya dado en las últimas semanas, no hay otra opción para esto. Intento volver a concentrarme en el inventario de local, pero ahora mismo no puedo hacer nada más que gruñir frustrado.

Es una puta mierda.

Me desplomo sobre mí sofá masajeándome la sien, la frente, e incluyo un pellizquito al puente de mi nariz, repitiéndolo varias veces hasta que me siento un poco más relajado. Escucho la puerta de mi despacho abrirse, más no tengo el deseo de recomponerme, mucho menos de mirar quién es.

—Y yo pensaba que enfermo eras patéticamente llorón —La voz de Stella me hace abrir un solo ojo encontrándola frente a mí —Despechado eres una puta mierda.

Una puta mierda, lo he dicho.

—No estoy despechado —le aclaro de nuevo, cómo si las diez mil veces que lo he dicho desde que Cora se fue no las hubiese oído.

Enigma (Serie: LIBRO IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora