***CAPITULO QUINCE***

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Como una leona en plena cacería, arranco el día enfocada en mi Casa Lestienne

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Como una leona en plena cacería, arranco el día enfocada en mi Casa Lestienne. Al abrir los ojos me he encontrado con una nota y una llave a nombre de Enigma para desearme un buen día, y a su vez, cederme su despacho para que trabaje cómodamente en él, ha salido desde temprano, por lo que, desde el desayuno que he tomado en solitario frente a la playa, he pasado toda la mañana encerrada atendiendo mis propios asuntos.

Mi negocio es el único aspecto de mi vida donde me siento plenamente poderosa con todas las riendas en mis manos, retomar el juego ahora mismo se siente bastante bien. La reunión a primera hora con mi equipo a través de una videoconferencia me recarga las energías. La creatividad se desborda en cada poro, emocionada observando y discutiendo bocetos, diseños, entre otras cosas con los chicos.

Atiendo alguno de mis clientes, colaboradores, incluso boceteo entre llamadas, dejando fluir algunas nuevas ideas. El tiempo corre frente a mi cara, no me doy cuenta que ha pasado hasta que en una de las llamadas; esta vez solo con Lucia, mi asistente, y Brigitte, mi cuñada y mano derecha, me dicen:

—Hemos avanzado muchísimo —Asiento satisfecha —¿Te parecería bien tomarnos un tiempo para comer?

Miro el reloj en mi muñeca, hace dos horas que debimos haber tomado el almuerzo.

—Por supuesto que sí, chicas —les respondo bastante apenada —Ya no queda demasiado por hacer, podemos dejarlo para otro momento.

Estoy lista para cerrar la llamada, pero no me lo permiten, en realidad, mi cuñada, una autentica curiosa, envía a Lucia afuera para que pida la comida, y enfocándose solo su rostro precioso en la cámara, con una brillante sonrisa, me susurra:

—Quiero que me cuentes todo.

El «todo» me hace saltar los laditos de mi corazón. Su todo me apunta a un hombre caliente, lleno de tatuajes, con la mirada más cautivadora que he visto jamás, pero desecho rápido la idea, ella no sabe nada de él.

—¡¿Qué?! —expreso entonces con más fuerza de lo que requiere.

—Todo —repite —Quiero saber cómo estás, cariño ¿Qué has estado haciendo? ¿Cómo te has sentido?

Me muerdo el labio un minúsculo segundo. La imagen de la mano gruesa y tatuada de Enigma perdida entre mis muslos, follándome con sus dedos ásperos en el sofá antes de ir a dormir me viene a la cabeza. He estado haciendo cosas sucias, pero pasándolo muy bien. Me obligo a traer a mi mente la playa, mis revelaciones, pero estos recuerdos se mezclan con cierto vaivén de caderas, y la presión de la corbata en mis muñecas.

No puedo simplemente apartarlo, mi momento con Enigma ha sido tan bueno como el resto. Él ha sido parte de todo esto que he estado viviendo.

—Haber venido hasta aquí ha sido la aventura más... reveladora, divertida, relajante —Quiero añadir apasionante, pero me lo ahorro —, que he tenido en toda mi vida.

Enigma (Serie: LIBRO IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora