Superación personal y cómo amarse a pesar de la oscuridad

Miro mi foto de niña

Y ya no soy la misma, quizá he madurado por tantos daños, no por los años. Desde pequeña tragando malos momentos, malas palabras, miradas que no olvido llenas de asco, de odio... Y esa niña ahora es una mujer divertida, a pesar de tanto dolor dentro, con su lado loco que hace reír a cualquiera, que canta donde sea, que hace lo que quiere sin importar el qué dirán. Porque crecer en un lugar donde le importaban más lo que los demás dijeran antes que ser felices haciendo lo que quieren y siendo ellos mismos, aprendí que debo de ser la oveja negra, la que va sola y libre, pero al menos hago, digo lo que quiero, y que hablen, pero yo al menos no soy esclava de la opinión de nadie.

Quizá he madurado, pero esa niña interior debo de hacerla feliz viendo la mujer en la que se ha convertido. Nunca fui una niña feliz, ahora mismo tampoco soy feliz, y es normal, quién podría ser feliz siendo apartada por los de tu propia sangre, queriendo cargar sobre ti lo que otros te hicieron. No se puede ser feliz, pero al menos estoy tranquila, libre de ellos, de sus maldades, de sus opiniones llenas de envidia.

Siguen igual, me dan pena, porque dentro de todo, no puedo ser como ellos, yo sí tengo sentimientos, gracias a ellos me dejo llevar escribiendo y soy tan libre en mis palabras, en mi vida, que puede que nunca sea feliz, pero al menos sé lo que es la libertad, la tranquilidad y la resiliencia. ¡Bendita resiliencia! Sin ella no estaría escribiendo ni viviendo.

Perdono, pero no olvido, porque llenarme de odio no puedo, y menos con personas que he querido, pero aquellos que me han hecho tanto daño, algo de rencor les tengo. He madurado, pero sigo necesitando abrazos, atención, empatía, porque miro mi foto de niña, y no la veo feliz y me siento con impotencia de que me vea feliz ahora, de que sepa lo que es la felicidad, pero puede que algún día le muestre la felicidad en la vida o en un segundo, pero de que la conocerá, seguro que sí.

Nos lo merecemos.

Carmen Delia