Desde mi niñez me intentaban moldear a la manera que ellos lo veían conveniente. No seas tan mimosa, no seas tan sensible, no hables tanto...
Y todo eso al crecer me hizo dudar de cómo debía de ser, de comportarme, de hablar e incluso de pensar. Estaba agobiada porque no podía entender por qué conmigo querían ¨mejorarme¨ y no aceptarme tal y como soy.
Por eso, ahora me da igual que piensen de mí lo que quieran pensar. Y todos aquellos que me han rechazado por ser simplemente yo, les agradezco que lo hayan hecho, porque no se merecen a alguien como yo.
Observo a las personas tan bien, que ahora me gusta seguirles el rollo hasta pararlos en seco. Me llaman borde por defenderme, hasta agresiva por no quedarme quieta ante la falta de respeto.
Las personas que me tratan bien, que me aportan cosas positivas, saben que no soy para nada lo malo que cuentan de mí. Saben que soy graciosa, natural, loca, amable... pero si decides ponerte chulo conmigo, subirme el tono de voz, comportarte como un animal conmigo, he de advertirte que hace tiempo no le temo ni al Diablo.
Mi valor jamás va a depender de la opinión externa.
Carmen Delia
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Superación personal y cómo amarse a pesar de la oscuridad
Non-FictionTodos pasamos por situaciones desagradables, que nos llegan a cambiar. Pero amarse en ese proceso no es fácil, pero no imposible. Aquí iré dejando escritos mis experiencias, que sinceramente, espero les sirvan, porque quiero que todo lo que he pasad...