Desconectar

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Me gusta desconectar un rato, porque me lo dedico para mí. Me asomo a la ventana, admiro el cielo, aviones decorar el paisaje, los árboles parecen que bailan dirigiéndolos el viento,( como cuando nos enamoramos de quien no nos merece, hacemos según nos diga por simplemente amar). Siento el aire en mi cara, viendo las nubes, haciendo llegar a mí varios recuerdos.

Veo a personas pasar, un anciano con su bastón con cara triste, o quizá así es su cara, una parejita agarrada de la mano, y ahí suspiro recordando esos tiempos donde yo también agarraba la mano de quien me soltó, otra pareja pero de ancianos, se ven tan tiernos, me dio curiosidad de cómo él la mira a ella mientras ella no para de hablar, ella me recuerda a mí por lo habladora que parece, curiosidad de como la mira, porque se ve desde la ventana el brillo en los ojos, y a esa edad tenerla con tu pareja, difícilmente. Veo a una familia, que va a comer al bar de enfrente, una niña muy bonita con su vestido que va agarrada de las manos de sus padres, también veo al vecino que le tengo un asc0 por ser un viejo verde conmigo.

Después de mirar me tomo mi té rojo, a veces frío, a veces quemando, depende de mi estado de ánimo. Cuando estoy triste lo necesito que esté quemando mucho y cuando estoy tranquila, frío o tibio. Hoy lo tomé tibio, quizás hoy ha sido un día tranquilo, donde desearía otra vida, pero la que tengo he de construirla de nuevo.

Una ruptura es dura, pero lo es más cuando ha terminado como terminó mi relación. Perdí a mucha gente pero me estoy encontrando a mí, más madura, más calmada, más esperanzada y en mis nostalgias sé que haré arte, porque del dolor más fuerte se crean poemas que llegan al alma.

Y así soy, pura alma.


Carmen Delia

Superación personal y cómo amarse a pesar de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora