Superación personal y cómo amarse a pesar de la oscuridad

Yo y mis gafas

Muchos pensarán que uso gafas por hacerme la chula, ojalá... En realidad me gusta ponerme gafas porque siento que oculta mi mirada. Antes me gustaban las gafas más oscuras, que no se viese ni por los lados mis ojos, sentían que me observaban, que me juzgaban...

Todo  es mental. Lo sé.

Después me compraba gafas de colores, pero que seguían ocultando mis ojos. Y últimamente quiero atreverme a ponerme gafas que se vean mis ojos, gafas transparentes, así como quiero ser yo.

Hasta poder no usarlas si no hacen falta, y sentirme bien.

Es algo raro, pero no me gusta que me miren tanto a los ojos, siento que me pongo nerviosa y a veces hasta ganas de llorar.

Puedo sonreír, pero yo sé que cuando lo que más quieres te deja ir, vives, pero no sientes las cosas igual.

Y no, no hablo de amor de pareja. Del amor más fuerte y que te marca toda la vida, porque no puedes odiarla, tampoco tenerla en tu vida, pero sí quererla aunque duela y te llene de más heridas.

Quizá las gafas sean ese salvavida que busco de alguna manera.

Así hacemos todos, ponernos lo que nos oculten nuestros miedos, defectos, etc...

Todo es mental. Lo sé. Pero esta sociedad no ayuda tampoco y a veces necesitamos parar, respirar y ver qué podemos hacer para no estancarnos.

Carmen Delia