Prologo

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Jayce

6 años antes

La noche ha caído sobre Cambridge. Hoy es mi último día como estudiante de último curso de Derecho en Harvard y salgo a celebrarlo con mis compañeros y amigos. El lugar elegido para la ocasión es nuestro pub habitual, al que hemos ido tantas veces en los últimos años que nos sentimos como en casa entre sus paredes de ladrillo vista y su mobiliario rústico. Al entrar, me recibe un caos alegre que invita a olvidar el estrés de los exámenes recién terminados. El local está abarrotado, y el bullicio de la gente charlando, bebiendo y divirtiéndose se escucha por encima de la música que suena de fondo.

Con los nervios retorciéndose en mi estómago, me abro paso entre la multitud, buscando con la mirada a una persona en concreto.

Y es que, he tomado una determinación.

Voy a decírselo.

Que me gusta.

Que he estado loco por ella desde aquel primer día de clase hace cuatro años.

Que ahora que ha roto con Richie y ambos estamos solteros, es nuestro momento.

Que quiero que nos demos una oportunidad.

Dejo atrás la inmensa barra donde varias personas exigen ser atendidas y, finalmente, la encuentro. A Audrey. Está sentada en una de las mesas del fondo, acompañada por algunos compañeros de la facultad y de Caroline, su mejor amiga.

Mi corazón da un vuelco y mi pulso se acelera, porque brilla con la intensidad de un maldito cartel de neón fluorescente. A pesar de estar rodeada de cientos de personas, ella destaca sobre el resto.

Audrey es hermosa de forma obvia y elegante. 
Pelo castaño, largo, liso.
Ojos grandes, un poco rasgados, verdes.

Rostro en forma de corazón.

Facciones delicadas.

Nariz pequeña.
Labios rosados y llenos.

Cuerpo grácil.

No sé cuánto tiempo llevo observándola, solo sé que hay un momento en el que nuestros ojos se encuentran y mi sistema se desborda. Mi boca se seca como si hubiera tragado un puñado de arena y el aire se atasca en mis pulmones, impidiéndome respirar con normalidad.

Maldita sea. 

Por el bien de mi estabilidad mental y emocional, espero zanjar lo mío con Audrey hoy.

Audrey me sonríe desde la distancia. Yo le devuelvo la sonrisa y me acerco a la mesa. Saludo a los presentes y me siento en una silla libre junto a ella. Todos hemos terminado la carrera hoy, incluso Caroline, quien, en lugar de estudiar Derecho, se especializa en Empresariales.

Pido una cerveza y la noche transcurre en una charla agradable en la que apenas participo. Estoy distraído y me siento ansioso. Necesito hablar con Audrey y sacar de mi interior este sentimiento que lleva demasiado tiempo enquistado, pero debo esperar el momento adecuado.

Audrey parece ausente también. Algo le preocupa. Lo percibo por la forma en la que retuerce entre sus dedos la tela de la falda del vestido azul que lleva hoy.

Nuestras miradas se cruzan varias veces durante la noche, pero no logro descifrar el origen de la inquietud en sus ojos.

—¿Nos echamos unas partidas a los dardos? ¿Quién se anima? —pregunta alguien.

La mesa se vacía de inmediato. Todos parecen deseosos de jugarse la próxima cerveza a los dardos. Audrey y yo declinamos la oferta y nos quedamos solos. Ninguno de los dos dice nada durante los primeros instantes. Necesito ordenar los pensamientos en mi cabeza antes de hablar.

Entre Leyes y Pasiones (Libro 4: Saga Vínculos Legales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora