Audrey
—Entonces, ¿su marido no sabía que era una mujer trans antes de casarse? —pregunto a Minerva, la amiga de Ruby, que quiere que lleve su caso de divorcio.
Estoy en el despacho y la noche se vislumbra a través de las grandes cristaleras.
—No, no se lo dije. Temía que me dejara al conocer esta parte de mi pasado
—Entiendo —digo tomando notas en el documento abierto del ordenador.
—Debe pensar que soy una persona horrible.
—Para nada —me apresuro en responder—. No hago juicios de valor, pero necesito tener toda la información. —Ella asiente y yo pregunto—: ¿Cuánto tiempo estuvieron saliendo antes de casarse?
—Tres meses.
—Vaya, eso fue rápido.
—Fue amor a primera vista. Nos conocimos en la agencia de viajes en la que trabajo. Él necesitaba programar un viaje para la semana siguiente y nada más terminar la gestión me pidió el teléfono y quedamos dos días más tarde para tomar una copa. Desde ese momento no nos separamos. Me pidió que fuera a vivir con él a las dos semanas de conocernos y al mes ya quería que nos casáramos. Obviamente yo sabía que debía contarle sobre mi pasado, pero llevaba tanto tiempo queriendo enterrarlo y estaba tan enamorada de él que... simplemente lo omití.
—¿Llevan mucho casados?
—Tres años.
—¿Y cómo se enteró de la verdad?
Hace una mueca taciturna. Minerva Collins es una mujer muy atractiva, de pelo oscuro, ojos grandes y figura esbelta.
—Cuando tomé la decisión de hacer la transición de género, algunas personas de mi entorno decidieron excluirme de sus vidas. Mis padres optaron por alejarse de mí y cortar todo vínculo. Así que dejé atrás Chicago y construí una nueva vida en Nueva York, lejos de esas personas tóxicas. El caso es que hace unos meses mi padre murió y mi madre decidió buscarme para retomar la relación. Por lo visto, ella quiso hacerlo antes, pero mi padre no se lo permitió. Tras su muerte, se sintió liberada para hacerlo. Y bueno, se presentó en nuestra casa un día que yo no estaba, dio por hecho que él sabía lo mío y... bueno, lo descubrió. Y se enfadó muchísimo. Me culpó de engañarlo, me echó de casa y solicitó el divorcio.
Asiento. Es un caso complicado, y tengo que investigar a fondo las leyes y precedentes legales relacionados con el matrimonio y el divorcio en el estado de Nueva York en casos similares.
Profundizo en el asunto, hablando con Minerva sobre los pormenores de su relación. Se nota que ella aún está enamorada de su marido y que el divorcio es un duro golpe para ella. Además, se trata de un hombre adinerado y no hay contrato prematrimonial, por lo que la otra parte luchará duro para conseguir un pacto ventajoso.
Después de recabar estos datos, pregunto:
—¿Y sabes quién representará a Philip? —Philip es el aún marido de Minerva.
Ella se lleva un pañuelo de papel a los ojos para secarse las lágrimas y luego saca el móvil del bolsillo para revisarlo. Después de encontrar lo que buscaba, me muestra la pantalla y yo leo. Es un correo electrónico del abogado de Philip.
Mi corazón da un vuelco al ver el nombre de Jayce como remitente.
De: Jayce MacKinnon Para: Minerva Collins
Asunto: Acuerdo de divorcio Estimada señora Collins,
Le escribo como representante del señor Collins. Mi nombre es Jayce MacKinnon y quería comunicarle que he sido designado como abogado del señor Collins en el proceso de divorcio.
Me gustaría proponer una reunión para discutir los detalles del caso y explorar posibles vías de resolución amistosa. Creo firmemente en la mediación y en encontrar soluciones fuera del tribunal cuando sea posible. Estoy abierto a escuchar sus preocupaciones y necesidades, y trabajar juntos para llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio.
Por favor, hágame saber si está de acuerdo con esta propuesta y cuándo estaría disponible para reunirnos. Espero que podamos abordar este asunto de manera profesional y llegar a un resultado que sea justo y satisfactorio para ambas partes.
Quedo a la espera de su respuesta.
Atentamente,
Jayce MacKinnon
Abogado de Philip Collins
MacKinnon & Asociados.
Mierda. ¿Jayce va a ser el abogado de la otra parte?
¿Cómo es posible que de pronto Jayce MacKinnon esté presente en cada maldita cosa que pasa en mi vida?
Al cabo de un rato, me despido de Minerva y me siento en el sillón pensando en qué hacer a continuación. ¿Debería avisar a Jayce de esto? Una parte de mí cree que sí, pero la otra no lo tiene claro. No decírselo supondría tener una ventaja el día de la reunión, ya que mi aparición podría desestabilizarlo. Y maldita sea, ese Philipp es un idiota por dejar a Minerva por algo como esto.
El móvil vibra sobre la mesa y lo cojo para consultar los mensajes pendientes. Leo el de Caroline primero.
Caroline
Tía, qué fuerte lo de Richie. ¿Estás bien? Espero que no te afecte verlo por todas partes.
Enarco una ceja. No entiendo nada de lo que dice, ¿por qué tendría que verlo por todas partes? Entonces una intuición desagradable baja por mi espina dorsal provocándome un estremecimiento.
Con la boca seca, introduzco el nombre del grupo de Richie, Noisy Stones, en el buscador. Google me devuelve los resultados. Hay varios titulares de noticias y videos subidos a YouTube. Pincho un enlace y leo por encima la noticia. Por lo visto una de las canciones de la banda se ha hecho viral de la noche a la mañana.
Se me cae el alma a los pies.
¿Richie se ha hecho famoso? Entonces, ¿tenía razón?
¿Esta era su oportunidad?
Con todas estas preguntas revoloteando en mi cabeza, cierro el móvil y rompo en llanto.
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Entre Leyes y Pasiones (Libro 4: Saga Vínculos Legales)
RomanceMe llamo Audrey Simmons, soy abogada y acabo de romper con mi novio, con el que llevaba 15 años de relación. Desde entonces he buscado un piso para vivir en Manhattan, lo que no ha sido fácil. Por eso, cuando me ofrecen la posibilidad de vivir en un...