Jayce
Entro en la habitación del hotel y me acerco a la ventana con vistas a la ciudad de Londres. El cielo está encapotado y los edificios aparecen desdibujados por la niebla. Desde que llegué hace una semana, no ha habido ni un solo día de sol, lo cual está empezando a ser deprimente.
Con un suspiro, me quito la americana y la dejo sobre el respaldo de una silla. Me aflojo la corbata y me siento en la cama.
La habitación del hotel es lujosa, con una cama king size cubierta por sábanas blancas impecables, un escritorio de madera oscura y una televisión de pantalla plana montada en la pared.
La vibración del móvil en el bolsillo del pantalón me saca de mis pensamientos. Leo el nombre de Harrison Lewis, mi administrador de propiedades, en la pantalla.
—Hola, Jayce, ¿qué tal te va, tío? —pregunta con esa voz alegre que lo caracteriza.
Harrison es un tipo amigable y siempre está dispuesto a ayudar con cualquier asunto relacionado con mis inmuebles.
—Hola Harrison. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿En qué puedo ayudarte?
—No es algo urgente, pero necesito discutir algo contigo —dice con tono ligero—. ¿Sigues en Londres?
—Sí, por desgracia.
—¿Por desgracia? —Se ríe un poco a través del teléfono —. ¿No te gusta la ciudad?
—No es que no me guste, pero el clima no está siendo muy amable conmigo. Además, estoy aquí por trabajo y no tengo mucho tiempo libre para hacer turismo.
Soy abogado en MacKinnon & Asociados, un bufete importante de la Costa Oeste que pertenece a mi familia. Hay algunas cosas que debes saber sobre mí antes de seguir:
→Mi abulo, un inmigrante escocés humilde, fue el fundador del bufete que fue creciendo y ganando popularidad hasta convertirse en el imperi que es ahora
→ Mi padre dirige elnegocio en la actualidad.
→ Trabajo en el bufetejunto a tres de mis hermanos. El cuarto está terminandosu especialización en la universidad antes de unirse a nosotros.Llevamos el amor por la leyen la sangre.
→ Nuestro origen escocé ha hecho que todo el mundo nos conozca como Los Highlanders de Nueva York.
→Hasta hace poco los cinco estábamos en la listade los hombres neoyorkinos más codiciados de la ciudad, por nuestro evidente atractivo (modestias aparte) y nuestra herencia millonaria,pero en los últimos años tres de mishermanos, Will, Aiden y Oliver secasaron y abandonaron esa lista. Solo quedamosDean, el pequeño, y yo.
Aunque trabajamos principalmente en nuestras oficinas en el Upper East Side de Manhattan, en esta ocasión me encuentro en Londres debido a la solicitud de un cliente importante. Tengo a mi cargo ciertos asuntos legales que requieren mi atención personal.
—¿Y vas a tener que quedarte mucho más tiempo? — pregunta Harrison
—Mínimo dos semanas —respondo con desánimo.
—Entiendo. Te llamaba por un asunto relacionado con el sistema de seguridad de tu apartamento en Park Avenue.
—¿Ha ocurrido algo?
—Oh, no, nada importante. Solo hay un problema técnico con el modelo de alarma que te instalaron. —Hace unos meses que compré mi piso actual, donde instalaron la alarma—. Están trabajando en solucionarlo y es posible que recibas mensajes extraños en la aplicación durante los próximos días. Eso no influye en la seguridad de la vivienda, pero creí necesario avisarte —explica Harrison tranquilizadoramente.
Le agradezco por mantenerme al tanto y, después de intercambiar un par de frases, cuelgo el teléfono. Vuelvo a la ventana y observo la ciudad mientras la lluvia empieza a caer una vez más. Suspiro. Extraño Nueva York. Con resignación, me dirijo hacia el escritorio para revisar mi correo electrónico y ponerme al día con el trabajo.
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Entre Leyes y Pasiones (Libro 4: Saga Vínculos Legales)
RomanceMe llamo Audrey Simmons, soy abogada y acabo de romper con mi novio, con el que llevaba 15 años de relación. Desde entonces he buscado un piso para vivir en Manhattan, lo que no ha sido fácil. Por eso, cuando me ofrecen la posibilidad de vivir en un...